02 febrero
2006 - DF, México — En el Día Mundial
de los Humedales, Greenpeace denunció que
las autoridades ambientales pretenden autorizar
la destrucción de manglares, pues aunque
dicen reconocer la importancia de este ecosistema
acaban de anunciar que clasificarán algunas
regiones de manglar como "no prioritarias".
En octubre de 2005 quedó
demostrado que la destrucción de este ecosistema
incrementó los daños que provocó
el huracán Wilma en Quintana Roo. Pese a
ello, las autoridades ambientales no han actuado
para proteger este valioso ecosistema. Todo lo contrario:
los humedales costeros o manglares siguen sufriendo
de una rápida deforestación en México
y en el mundo.
Junto con las organizaciones Defenders
of Wildlife y Centro Mexicano de Derecho Ambiental
(Cemda), Greenpeace señaló que la
propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) ha reconocido que en los últimos
20 años fue destruido el 65% de la superficie
que ocupaban los manglares en el país. A
pesar de reconocerlo, hace nueve meses esta secretaría
debilitó la legislación que protegía
a los manglares al modificar de manera ilegal la
Norma Oficial Mexicana 022, para dar prioridad a
la construcción de hoteles.
Otras causas de la acelerada pérdida
de manglares son la expansión de ciudades,
de actividades agrícolas y de granjas de
cultivo de camarón.
La más reciente evaluación
realizada por el Instituto Nacional de Ecología
determina que en México se pierden cada año
22 mil hectáreas de manglares. El estudio
estima que de continuar esta tasa de deforestación
en 25 años desaparecerá la mitad de
los manglares que aún conserva el país
(886 mil hectáreas). El costo de esta pérdida
no es solo ambiental. Recientemente, el Programa
de Naciones Unidas para el Medio Ambiente estimó
que el valor del ecosistema de manglar, con base
en los servicios ambientales que proporciona, oscila
entre 200 mil y 900 mil dólares por hectárea
por año. El gobierno mexicano ha tasado la
hectárea de manglar en 12 pesos.