16 febrero
2006 - Chile — Greenpeace considera muy acertada
la petición del presidente francés
Jacques Chirac del retorno a Francia del portaaviones
tóxico, Clemenceau, que iba rumbo a las bases
de desmantelamiento de buques en Alang, India. El
buque dejó Francia el pasado 31 de diciembre
de 2005, bajo una enorme nube de controversia, después
de que Greenpeace y otras organizaciones lanzaran
una campaña para impedir la exportación
del Clemenceau a la India dónde finalmente
sería desmantelado.
La razón esgrimida por
Greenpeace es que este buque contiene un alto contenido
tóxico de amianto, PCBs y metales pesados,
lo que hace la exportación ilegal, según
el Convenio de Basilea, tratado internacional que
prohíbe la exportación de residuos
tóxicos de los países desarrollados
a los países que no forman parte de la OCDE.
“Esta es una gran victoria para
el medio ambiente y para la campaña liderada
por Greenpeace y otras organizaciones,”- ha declarado
Juan López de Uralde, Director de Greenpeace
España. -“En un mundo globalizado como el
nuestro es de vital importancia que países
como Francia fomenten la justicia ambiental y social
haciéndose cargo de sus responsabilidades.”
Ayer, el representante del Gobierno
francés en el Consejo de Estado recomendó
la suspensión del traslado del Clemenceau
a la India, destacando la posibilidad de que se
han podido violar la legislación europea.
El Presidente Chirac anunció hoy la decisión
final de hacer regresar el portaaviones a Francia.
Greenpeace también considera una buena noticia
el anuncio de Chirac de que Francia va a desarrollar
una infraestructura europea para descontaminar los
buques europeos antes de que sean enviados a Asia
para ser desmantelados.
El Clemenceau es, sin duda, uno
de los mayores buques enviados a Asia para ser desmantelados,
pero todos los años llegan a Bangladesh,
India, China y Paquistán un gran número
de barcos con sustancias altamente tóxicas,
entre ellas amianto, PCBs (bifenilos policlorados)
y metales pesados. En estos países el sistema
de desguace no respeta los sistemas europeos de
protección ambiental y sanitaria suponiendo
un grave riesgo para las poblaciones locales.
“La decisión del Presidente
Chirac, se ha convertido en un ejemplo de cómo
los gobiernos, cuando son presionados por la opinión
pública, pueden adoptar acciones responsables,”-
ha declarado Sara del Río, Responsable de
la Campaña de Tóxicos.- “Este incidente
debe ser asumido no sólo como un precedente
para el desmantelamiento de buques, sino también
para todo el traslado de residuos tóxicos.”