15 febrero 2006 - DF, México
— Greenpeace aplaude la decisión tomada por
el gobierno brasileño de proteger una extensa
superficie en el corazón de la selva amazónica.
Se trata de 6.4 millones de hectáreas de
bosque primario, una extensión tan amplia
como lo que México ha perdido de bosques
en la última década.
Durante años, Greenpeace
ha trabajado en la protección del Amazonas
y otras regiones boscosas. Este decreto es un gran
paso hacia la protección y el uso sostenible
de los últimos bosques primarios del planeta,
aunque sólo sea una fracción de lo
realmente necesario. La Amazonia y la vida que alberga
están seriamente amenazadas por la tala destructiva
y el "aclaramiento" de su suelo para plantar
cultivos como la soya. A lo anterior se suma la
amenaza de la sequía y los incendios.
En los últimos tres años
se han destruido casi 70 mil kilómetros cuadrados
de selva tropical -el equivalente a un campo de
fútbol cada dos segundos-. Esto está
llevando a una dramática pérdida de
biodiversidad y está contribuyendo al cambio
climático global.
La zona que se va a proteger es particularmente
vulnerable a la explotación debido a la próxima
pavimentación de la carretera BR-163. Esto
podría abrir la selva a futuras plantaciones
de soya, a la ganadería, la tala y otras
formas de destrucción.
El Decreto Presidencial establece tres niveles de
protección: 1.6 millones de hectáreas
serán protegidas de manera total y permanente
de cualquier tala o actividad que deforeste; en
más de 2.8 millones de hectáreas se
crearán concesiones para talas controladas
que evitarán la deforestación y asegurarán
una buena gestión forestal; por último,
en otros 2 millones de hectáreas se mejorarán
las directrices que regulan el desarrollo.
Sólo quedan intactos el 20% de los bosques
primarios que cubrían el planeta originalmente.
A menos que sean protegidos los perderemos, así
como la biodiversidad que albergan. El Decreto Presidencial
de Brasil se produce después del anuncio
por parte del Gobierno de Columbia Británica
(Canadá) de que protegerá 2 millones
de hectáreas del Bosque Húmedo del
Gran Oso.