10 mayo
2006 - Internacional Reducción en el conteo
de esperma, aumento de la infertilidad y de anormalidades
genitales en bebés son algunas consecuencias
de la exposición a químicos peligrosos
contenidos en perfumes, alfombras, electrónicos
y ropa, entre otros, reveló un informe de
Greenpeace (1).
El reporte Frágil: nuestra
salud reproductiva y la exposición química
recopila los resultados de estudios científicos
que muestran, por primera vez, un cuadro exhaustivo
sobre el incremento de desórdenes en la salud
reproductiva, debido a la creciente presencia de
productos químicos en nuestras vidas.
Los estudios, realizados sobre
contaminantes orgánicos persistentes (COP)
y otras sustancias químicas peligrosas, han
demostrado que los recuentos de esperma han bajado
un 50 por ciento en los últimos 50 años
en muchos países y que el descenso continúa
en 1 por ciento anual; que ha bajado la calidad
del esperma en hasta 20 por ciento; que el recuento
de esperma en jóvenes europeos es muy bajo;
que la infertilidad afecta actualmente a entre 15
y 20 por ciento de parejas en países industrializados
(a principios de los años 70 la infertilidad
era de entre 7 y 8 por ciento), y que las niñas
llegan a la pubertad a edades cada vez más
tempranas en algunas regiones. Además, el
cáncer de testículos se ha vuelto
algo común.
Greenpeace analizó la presencia
en la sangre de adultos y de niños de una
amplia gama de sustancias químicas sintéticas
elaboradas por los seres humanos y encontró
que por lo general, la placenta no suele actuar
como barrera contra las sustancias químicas
presentes en el cuerpo de la madre. Se ha descubierto
que tanto el líquido amniótico en
el que se desarrollan los fetos como el flujo sanguíneo
hallado en el cordón umbilical contienen
sustancias químicas peligrosas.
La proporción de nacimientos
entre hombres y mujeres también ha cambiado
en algunos lugares y los defectos de nacimiento
en el sistema reproductivo están aumentando
notablemente en bebes de sexo masculino.
Estas investigaciones evidencian
el vínculo entre la exposición de
los humanos a químicos y los daños
en nuestro sistema reproductivo. Cualquier sustancia
química que pueda potencialmente dañar
a los humanos debe ser retirada y sustituida por
opciones seguras", dijo David Santillo, coautor
del informe y miembro de la Unidad Científica
de Greenpeace.
Muchos de los desórdenes
causados por la exposición a químicos
se manifiestan desde que el bebe está en
el útero e inmediatamente después
de nacer. Entre esos químicos están:
alquilfenoles, que se utilizan en productos de
higiene personal;
plaguicidas, usados en las industrias textil,
del cuero y en actividades agrícolas;
ftalatos, usados como plastificantes en PVC;
polímeros, disolventes y fijadores, usados
en cosméticos y productos de higiene personal
y que provocan toxicidad testicular, reducción
de la distancia anogenital, hendidura en el pene,
hipospadia, reducción de la fertilidad masculina
y femenina y daños al feto;
retardantes de flama bromados, utilizados en las
industrias eléctrica y electrónica,
vehículos, iluminación, cableado,
textiles, muebles;
poliestireno, usado en materiales aislantes y
que provoca defectos de nacimiento en roedores,
daña el sistema nervioso y el comportamiento;
bisfenol A, utilizado en la producción
de plástico;
policarbonato, utilizado en biberones, discos
compactos, parabrisas;
resinas epoxi, usadas en el empaquetado de comida
y que alteran los órganos reproductivos masculinos,
adelantan la pubertad y reducen la producción
de leche materna;
almizcles sintéticos, utilizados en fragancias
para detergentes, telas, acondicionadores, agentes
de limpieza, ambientadores, cosméticos como
jabones, champús y perfumes.
Estos químicos representan
apenas una parte del problema. La mayoría
de los químicos que se utilizan comercialmente
nunca han sido probados para saber si son seguros
o no para la salud humana y el ambiente.
En la legislación de la Unión Europea
(REACH /2) actualmente se esta discutiendo la posibilidad
de que existan controles e inspecciones mucho más
estrictas para el uso de químicos, pero ciertos
fabricantes de químicos están haciendo
presión para que esto no suceda, es decir
para que la ley permita se continué con el
uso de sustancias que se sospechan pueden dañar
nuestro sistema hormonal y órganos sexuales.
Greenpeace sostiene que no existe
justificación alguna para que se siga permitiendo
el uso de químicos peligrosos que dañen
el desarrollo de los niños y que además
puedan perjudicar su desarrollo sexual. Gobiernos
y miembros del Parlamento Europeo tendrán
que votar en la Unión Europea la regulación
sobre químicos al final del año.
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Notas al editor
1. Versión en inglés del documento
en http://www.greenpeace.org/fragile. En breve habrá
versión en español.