Maderas
de alta calidad
Puerto Cabezas, Nicaragua, 06
de agosto del 2006.- Los pueblos indígenas
de Layasiksa, el Bloque SIPBAA y Las Crucetas, llevan
a cabo un proyecto de “Manejo y Comercio Forestal
Responsable”, orientado a la conservación
de sus bosques, así como a dar sustento económico
a sus familias. Enlaces relacionados
Este proyecto inició en
el 2002, cuando WWF, la organización mundial
de conservación, manifestó la necesidad
de cuidar uno de los bosques más densos y
ricos de la región, ubicado en la Región
Autónoma del Atlántico Norte (RAAN)
de Nicaragua.
Las empresas comunitarias, han
aprovechado maderas como el Níspero (Manilkara
achras), Pino Caribe (Pinus caribaea), Nancitón
(Hyeronima alchornoides), Mora (Vatairea lundellii),
Leche María (Symphonia globulifera), y Santamaría
(Calopylum brasiliense). En total, los indígenas
han logrado ofrecer 17 especies de madera, principalmente
Cedro Macho (Carapa guianensis).
Estas maderas produjeron ingresos
por venta, por un monto que alcanza los 136 mil
dólares, de los cuáles 35 mil están
siendo canalizados para beneficio de las comunidades
en acciones como la construcción de infraestructura
o la inversión para sus propias empresas.
“El proyecto genera empleo y demuestra
que con un buen manejo forestal se brinda una alternativa
económica sustentable para las comunidades,
y con el paso del tiempo el bosque se regenera de
forma natural”, indicó Freddy Ramírez,
Técnico Forestal de WWF Centroamérica.
“Donde yo vivo es bastante difícil
conseguir fuentes de trabajo, necesitamos hacer
crecer a las empresas comunitarias para seguir promoviendo
un cambio positivo”, dijo Chavelo Andrews, líder
indígena en la RAAN.
Ramírez recalcó
la importancia de que con este proyecto “las maderas
que se aprovechan son de alta calidad, resistencia
y facilidad de trabajo. Estol ya está siendo
reconocido por los muebleros y constructores, quienes
han encontrado una manera de apoyar la conservación,
a la vez que hacen crecer su negocio”.
La iniciativa cuenta con el respaldo
económico de la Corporación Financiera
Internacional (IFC, por sus siglas en inglés)
del Banco Mundial, con cuyo apoyo se está
desarrollando la segunda fase de este proyecto de
manejo y aprovechamiento forestal sostenible desde
abril del 2006. Además, forma parte del programa
del gobierno nicaragüense “Comanejo de Áreas
Protegidas” (COMAP), que percibe fondos de la Agencia
Internacional para el Desarrollo de los Estados
Unidos (USAID).