La unidad
de delitos transgénicos de Greenpeace finaliza
su recorrido denunciando la contaminación
por transgénicos en España
06 octubre 2006 - Internacional
— Se ha documentado la presencia de cultivos transgénicos
en Cataluña, Aragón y Castilla-La
Mancha y denunciado el secretismo, las irregularidades
y los daños provocados por estos cultivos
en el único país de la UE cuyo Gobierno
tolera su presencia a gran escala
Unas semanas después de
que el Ministerio de Agricultura (MAPA) apruebe
un nuevo grupo de variedades de maíz modificado
genéticamente (MG) para su cultivo en España,
único país de la UE en que se cultivan
transgénicos a gran escala y en un contexto
de absoluta falta de control sobre este tipo de
cultivos, la caravana de Greenpeace denominada "Unidad
de Delitos Transgénicos" termina en
la provincia de Albacete la campaña "Denunciando
la contaminación genética", cuyo
objetivo ha sido investigar y denunciar la situación
de los transgénicos en España y los
daños provocados por éstos. La expedición,
que comenzó el pasado 25 de septiembre en
Manresa -provincia de Barcelona-, ha recorrido numerosas
localidades de Cataluña, Aragón y
Castilla-La Mancha y termina este fin de semana
en los municipios de Elche de la Sierra (viernes)
y Casas Ibáñez (sábado).
La unidad móvil, dotada de varios espacios,
entre ellos un laboratorio equipado para detectar
campos de maíz transgénico y contaminaciones
en campos convencionales y ecológicos, ofrece
multitud de materiales pedagógicos y una
exposición. En ella se han realizado durante
dos semanas numerosos encuentros y jornadas de puertas
abiertas en las principales zonas de maíz
MG de España. Aragón, Castilla-La
Mancha y Cataluña son, en este orden, las
principales regiones cuyas Administraciones toleran
e incluso fomentan el cultivo de transgénicos
a pesar del amplio rechazo social. "Hemos comprobado
in situ, intercambiando pareceres e información
con investigadores, organizaciones de consumidores
y de productores, autoridades locales, industriales
y ciudadanos en general, que los españoles
no quieren transgénicos, que son percibidos
como una aberración ecológica y económica
pero que, desgraciadamente, los gobiernos regionales
y el MAPA prefieren seguir protegiendo los intereses
de las 3 ó 4 empresas que los comercializan
por encima de las consideraciones ambientales, sanitarias
y socioeconómicas", ha afirmado Juan-Felipe
Carrasco, responsable de la campaña contra
los transgénicos de Greenpeace.
En estas dos semanas se han afianzado lazos con
organizaciones ecologistas y sociales que trabajan
por una agricultura más justa, por una mayor
biodiversidad y por el respeto al medio ambiente
y al mundo rural. Se han recogido muestras de variedades
locales, gravemente amenazadas por los transgénicos,
se han analizado decenas de campos transgénicos
para informar a la población de su presencia
a escasos metros de las tierras de cultivo para
alimentación, y se ha evaluado la situación
de los agricultores ecológicos cuyas tierras
están amenazadas por el maíz transgénico.
El éxito en la recogida de miles de firmas
para la campaña de etiquetado de derivados
animales, cuyo objetivo es alcanzar en la UE un
millón de firmas para exigir a la Comisión
Europea que se etiqueten los productos procedentes
de animales alimentados con transgénicos,
demuestra que la ciudadanía está preocupada
por su alimentación y exige su derecho a
ser informada para evitar consumir transgénicos.
"No nos olvidemos que más del 80% de
los transgénicos se emplean para producir
piensos para alimentar a las diferentes ganaderías,
y que directa o indirectamente estos peligrosos
productos acaban en nuestros platos", ha recordado
Carrasco.
El pasado martes, un grupo de activistas de Greenpeace
marcó un campo de maíz transgénico
experimental con una señal gigantesca de
"prohibido" en Zuera, Zaragoza, como mensaje
simbólico para que las administraciones prohíban
definitivamente los cultivos transgénicos.
El campo en cuestión, escondido por sus dueños
para evitar su localización, está
solamente a unos centímetros de maíz
destinados a la comercialización (por lo
tanto, con un alto riesgo de contaminación
de la cadena alimentaria humana y animal), en las
inmediaciones de varias poblaciones, y a pocos metros
del río Arga.
Las variedades transgénicas
que contiene, plantean una serie de graves riesgos
para el medio ambiente y la salud. Este tipo de
señales aparecieron esta misma mañana
simultáneamente en España, México
y Filipinas. "Se trata de una señal
de Greenpeace para evitar la contaminación
irreversible de la agricultura y la naturaleza y
para alertar sobre los efectos a largo plazo de
los transgénicos en el suelo, los animales,
las plantas y la salud humana; la contaminación
genética en todo el planeta es una amenaza
para la biodiversidad, la seguridad alimentaria,
el modo de vida de los agricultores y la elección
de los consumidores", ha recordado Carrasco.
Greenpeace realizó ayer, jueves, una rueda
de prensa conjunta con el alcalde de Albacete y
la Asociación de consumidores y usuarios
ecológicos La Tierrallana. Esta ciudad, cuyo
alcalde manifestaba ayer su apoyo a la campaña
contra los transgénicos de Greenpeace, es
la única capital de provincia declarada Libre
de Transgénicos por sus autoridades1. La
Tierrallana, por su parte, ha recibido de manos
de la ministra de Medio Ambiente el premio Ecogourmets
2006 otorgado a "la mejor asociación
de consumidores ecológicos de España
por fomentar y reconocer a las personas y entidades
que han trabajado a favor de los alimentos ecológicos".
Este galardón es un reconocimiento a una
organización que ha venido ejerciendo un
importante trabajo político durante los últimos
años a favor de una agricultura social y
ambientalmente sostenible en Castilla-La Mancha.
Ante la agresión sin precedentes que suponen
estos peligrosos cultivos, son ya 172 las regiones
y 4.500 los municipios de toda la UE que se han
declarado libres de transgénicos, lanzando
así un claro mensaje a una Comisión
Europea que sigue anteponiendo los intereses de
las multinacionales a los de los ciudadanos y del
medio ambiente. "España, ante la evidencia
de que la coexistencia entre transgénicos
y no transgénicos es imposible2, debe imperativamente
dejar de ser el campo experimental de toda la UE",
ha concluido Carrasco.
Para más información:
1.- Moción aprobada por
unanimidad en el pleno del Ayuntamiento el día
27 de abril de 2006 para declarar el municipio Libre
de Transgénicos y pedir al Gobierno de Castilla-La
Mancha que no autorice más transgénicos
y al de España la prohibición de estos
cultivos.
2.- Ver el informe de Greenpeace,
Assemblea Pagesa y Plataforma Transgènics
fora! "La Imposible Coexistencia", disponible
en la página www.greenpeace.es