01 marzo
2007 - DF, México Sigue que fabricantes
e importadores se ocupen de los residuos de sus
productos.
Greenpeace considera positiva
la puesta en marcha del Programa de manejo responsable
de pilas, anunciado ayer por el gobierno capitalino,
y señaló que el siguiente paso debe
ser que productores e importadores de pilas se hagan
responsables de sus productos cuando éstos
dejan de funcionar.
"Iniciar el acopio de pilas
y baterías en la ciudad es un buen primer
paso para enfrentar los riesgos para la salud y
al ambiente que significa la llegada a los basureros
municipales de estos materiales peligrosos. Desde
hace dos años Greenpeace ha alertado sobre
el problema de salud pública que representa
la falta de planes de manejo para pilas y baterías
en el país y ha dialogado con diversos ámbitos
de gobierno para que esto se resuelva. Lo que sigue
es pasar a la etapa de reciclaje y buscar que importadores
y productores de pilas tomen la responsabilidad
que les toca de hacerse cargo de esta basura",
dijo Marisa Jacott, coordinadora de la campaña
de tóxicos de Greenpeace México.
Cabe señalar que en México
la legislación sobre residuos establece la
responsabilidad compartida para el productor, lo
que significa que a fabricantes e importadores les
correspondería asumir tareas sobre el manejo,
pero esta normatividad está siendo totalmente
evadida.
Greenpeace ha señalado
que el creciente consumo de pilas y baterías
y representa un riesgo para la salud y el ambiente,
pues al no haber planes de manejo adecuado, la ciudadanía
se ve obligada a mezclarlas con la basura doméstica,
donde generalmente se incendian y lixivian, con
lo que liberan sus contaminantes al agua, aire y
suelo.
Según la Secretaría de Medio Ambiente
local, en la ciudad se consumen 51 millones de pilas
al año, lo que significa que al Bordo Poniente
llegan anualmente unas 1,275 toneladas de pilas.
Si se considera que al menos 30 por ciento de cada
pila es material tóxico, es claro que el
acopio era una medida necesaria para empezar a trabajar
el problema de la basura en el país.
Es muy bueno que los gobiernos
estatales estén tomando este tipo de iniciativas,
esperamos que esto motive al gobierno federal a
tomar las medidas que son de su competencia para
aplicar los planes de manejo especial para pilas
y baterías en todo el país, concluyó
Jacott.
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En defensa del cañón
de La Huasteca, en Monterrey
01 marzo de 2007 - Monterrey,
México A mediados de febrero se informó
la cancelación del proyecto urbanístico
"Valle de los Reyes", que pretendía
construir diversas obras y un campo de golf dentro
del área protegida La Huasteca, en Nuevo
León. Esta decisión fue una victoria
para el Grupo local de voluntarios de Greenpeace
con sede en Monterrey, que participó intensamente
en la defensa de esta zona, privilegiada por sus
características naturales.
En la escarpada geografía
de Nuevo León destaca La Huasteca como uno
de los cañones más representativos
de la región. Está ubicado en el municipio
de Santa Catarina y forma parte del Parque Nacional
Cumbres de Monterrey. Esta área protegida
estuvo a punto de ser privatizada y afectada irremediablemente
debido a la voracidad de algunos inversionistas
y a la complicidad del cabildo de la administración
anterior que, en sólo 12 minutos durante
una sesión extraordinaria (el 28 de octubre
de 2006) aprobó un "Plan de Desarrollo
Sustentable de La Huasteca 2006-2020" que en
forma inexplicable autorizaba el proyecto inmobiliario
"Valle de los Reyes", que incluía
la construcción de una zona residencial y
un campo de golf dentro del área natural
protegida. Esto amenazaba la biodiversidad de La
Huasteca y ponía en riesgo el suministro
de agua de Monterrey pues este cañón
actúa como zona de recarga de los acuíferos.
A toda prisa, el Grupo local de
Greenpeace en Monterrey recabó toda la información
disponible. Al tiempo que conseguía apoyo
legal y de expertos en la materia, organizó
una campaña de información y concientización
acerca del valor de La Huasteca, los riesgos que
enfrentaba y las repercusiones que tendrían
dichas obras para otras regiones de Nuevo León.
Sus acciones incluyeron una campaña
en espacios públicos (a pesar del crudo invierno)
de recolección de firmas en oposición
al proyecto inmobiliario, así como el envío
de cartas a la Comisión de Medio Ambiente
de la Cámara de Diputados y a los integrantes
del nuevo cabildo del municipio de Santa Catarina.
También elaboró un blog y logró
que a través de internet creciera el rechazo
a este proyecto.
Todo ocurrió a contrarreloj
y el resultado fue magnífico: la cancelación
del proyecto inmobiliario "Valle de los Reyes".
¡Felicidades al Grupo local
de voluntarios de Greenpeace en Monterrey! Su activismo
y entusiasmo fueron determinantes para garantizar
la protección de esta área natural
protegida.