19
junio 2007 - Ciudad de México, México
— El Ajusco (Sierra del Ajusco-Corredor Biológico
Chichinautzin) es la segunda zona más
afectada por la tala ilegal en el Gran Bosque
de Agua, detrás del Parque Nacional
de Lagunas de Zempoala. Greenpeace detectó
y documentó 55 sitios, en una superficie
de 2 mil 700 hectáreas de bosque, afectados
por bandas de talamontes.
Mediante sobrevuelos y recorridos
por tierra, Greenpeace detectó y documentó
55 puntos de afectación con evidencias
claras de tala ilegal: árboles tirados,
restos de árboles (tocones), copas
tiradas (son consideradas “desperdicio”),
así como tablas, aserrín y pedacería
de madera.
"La tala ilegal en
la zona está fuera de control. Durante
nuestros recorridos escuchamos las motosierras
trabajando y observamos a los camiones cargados
de madera aserrada para llevarla a aserraderos
y lugares de distribución, a plena
luz del día. Tal parece que, al igual
que en Lagunas de Zempoala, las bandas de
talamontes aprovechan los conflictos de tierras
y la falta de definición de las autoridades
para actuar en estas zonas con total impunidad",
explicó Héctor Magallón,
coordinador de la campaña de bosques
y selvas de Greenpeace.
Las imágenes obtenidas
por Greenpeace durante los recorridos muestran
que los parajes más afectados por la
tala ilegal son: Xalatlaco, Estado de México
(a lo largo del camino de terracería
que va de la carretera Ajusco-Xalatlaco a
El Capulín, Estado de México);
en los alrededores de la comunidad de Agua
Cadena y El Capulín; en Santo Tomás
y San Miguel Ajusco, en Tlalpan, Distrito
Federal (zona boscosa del volcán Quepil
y del volcán Malacatepec, Casa Blanca
y las faldas del volcán Ajusco).
La madera producto de la
tala ilegal es transportada principalmente
a aserraderos en San Miguel y Santo Tomás
Ajusco, en camiones con capacidad hasta de
tres toneladas. Sin embargo, Greenpeace constató
que parte de esta madera ilegal va a los aserraderos
de Tres Marías y Huitzilac, Morelos.
“La tala ilegal en esta
zona está afectando a distintos ecosistemas,
como bosques de pino, bosques de oyamel y
bosques de pino con vegetación secundaria.
Por si esto fuera poco, se da en zonas catalogadas
como de alta y moderada importancia para la
recarga hidrológica, por lo que pone
en riesgo la principal fuente de agua de la
ciudad de México. A pesar de la anunciada
política de `cero tolerancia´
de Felipe Calderón, las bandas de talamontes
continúan operando en la zona. Por
esto, hacemos un llamado al presidente a encabezar
una estrategia integral de combate a la tala
ilegal en toda la zona, en coordinación
con los tres estados involucrados: DF, Morelos
y Estado de México. Si no actuamos
ahora, vamos a perder el Gran Bosque de Agua
en los próximos 50 años”, concluyó
Magallón.