26
julio 2007 - Internacional — Paran acabar
con la tala ilegal en la zona del Ajusco-
Xalatlaco y en el Gran Bosque de Agua (GBA)
se requieren medidas conjuntas entre los gobiernos
del Distrito Federal, Estado de México
y Morelos, por ello Greenpeace presentó
una denuncia ante la Procuraduría Federal
de Protección al Ambiente (Profepa).
Greenpeace le entregó
al procurador Ignacio Loyola Vera, fotos y
videos de 55 puntos de tala detectados en
esa zona por medio de sobrevuelos y recorridos
por tierra realizados entre febrero y mayo
de este año, en los que se muestran
evidencias claras de la tala ilegal.
En la denuncia, la organización
ambientalista señala con base en una
investigación propia, que las bandas
de talamontes han afectado un área
de al menos 2 mil 700 hectáreas de
bosques en los límites de la comunidad
de Santo Tomás - San Miguel Ajusco,
al sur de la delegación Tlalpan, Distrito
Federal y el municipio de Xalatlaco, Estado
de México.
“Nuestra investigación
muestra que la zona del Ajusco- Xalatlaco
es la región del Gran Bosque de Agua
más devastada por la tala ilegal, después
del Parque Nacional de Lagunas de Zempoala
(PNLZ), donde ésta actividad arrasó
por completo con 300 hectáreas, del
año 2000 a la fecha y ha afectado 3
mil hectáreas en total en el mismo
periodo. En el contexto del programa de `Tolerancia
Cero´, la Profepa ha realizado diversos
operativos y se ha logrado inhibir esta actividad
por el momento. Este es un paso adecuado para
abordar el problema pero además se
requieren tareas de inteligencia que permitan
detener a los líderes de las bandas
de talamontes y para eso es preciso que se
involucren otras instancias del gobierno federal
como la Procuraduría General de la
República (PGR)”, explicó Patricia
Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace.
La tala se desarrolla principalmente
en la zona ubicada al sur de la carretera
Ajusco-Xalatlaco, conocida como 'Paraje Agua
Grande', que ha sido motivo de un conflicto
agrario entre las comunidades de Santo Tomás
- San Miguel Ajusco y Xalatlaco, y ha sido
practicada por talamontes de ambas localidades.
Otros parajes afectados son los alrededores
del Volcán Quepil y del Volcán
Malacatepec, Casa Blanca, las faldas del Volcán
Ajusco y alrededor de las comunidades de Agua
Cadena y El Capulín, Xalatlaco, Estado
de México.
Los bosques de pino y de
oyamel ubicados en zonas catalogadas como
de alta y moderada importancia para la recarga
hidrológica (1), son los más
afectados por la tala, situación que
pone en riesgo la principal fuente de agua
de la ciudad de México, ya que tres
cuartas partes del agua que se consume en
el Distrito Federal son capturadas en el Gran
Bosque de Agua.
Las rutas de la tala
La investigación demuestra que la madera
ilegal obtenida por las bandas de talamontes
del Distrito Federal es transportada en camiones
por la carretera Ajusco-Xalatlaco, o por los
múltiples caminos de terracería
de la región, hacia aserraderos de
San Miguel y Santo Tomás Ajusco. En
cambio, las bandas de talamontes del Estado
de México extraen la madera ilegal
por el camino que va de la carretera Ajusco-Xalatlaco
rumbo a El Capulín, continúan
por el camino que va de esta comunidad hasta
Fierro del Toro, Morelos y toman la carretera
federal México- Cuernavaca hasta llegar
a las bodegas o aserraderos ubicados en Tres
Marías o en Huitzilac, Morelos.
“Es claro que la tala ilegal
en la zona del Ajusco-Xalatlaco es parte de
una problemática regional que involucra
la extracción de madera en esta zona
y en la del PNLZ, su procesamiento en San
Miguel -Santo Tomás Ajusco, Tres Marias
y Hutzilac, así como su venta final
en Cuernavaca, Cuautla, Toluca y la Ciudad
de México. Es preciso que el gobierno
federal coordine a las autoridades del Distrito
Federal, Estado de México y Morelos,
para que actúen tanto en las zonas
de tala como en las de almacenamiento, transformación
y comercialización, para evitar que
las bandas de talamontes sigan actuando, de
no ser así, las bandas suspenderán
temporalmente sus actividades o cambiarán
su área de acción hasta que
los operativos pasen. Con esta denuncia, esperamos
que la Profepa tome la iniciativa en este
sentido”, explicó Héctor Magallón,
coordinador de la campaña de bosques
de Greenpeace.
Greenpeace entregó
la denuncia popular directamente al procurador
Loyola Vera, durante una reunión en
la que le solicitó: Abordar el problema
de la tala ilegal en el Gran Bosque de Agua
desde un enfoque regional, que involucre a
los gobiernos del Distrito federal, Estado
de México y Morelos. Dar continuidad
a los operativos de inspección y vigilancia
realizados en la zona durante los últimos
dos meses y establecerlos de manera permanente.
Llevar a cabo, en coodinación
con otras dependencias del gobierno federal,
labores de investigación e inteligencia
policial encaminadas a detener a los líderes
de las bandas de talamontes y desmantelarlas.
Investigar los hechos denunciados para deslindar
responsabilidades.
El Gran Bosque de Agua alberga
dos por ciento de la biodiversidad del mundo,
brinda el agua para la zona más poblada
del país y ayuda a controlar el cambio
climático y mitigar sus impactos. Sin
embargo, la tala ilegal y el crecimiento urbano,
entre otras actividades, están ocasionando
que este bosque desaparezca a un ritmo de
nueve campos de fútbol por día
(2). Si no actuamos ahora, vamos a perder
estos bosques en los próximos 50 años.
Para mayor información
comunicarse con Raúl Estrada a los
teléfonos 04455-2746-3236 y 5530-2165
ext. 120 o visitar la página www.greenpeace.org.mx
Notas al editor
1. Geo Ciudad de México. “Una visión
territorial del sistema urbano ambiental”,
Centro de Investigación en Geografía
y Geomática, Ing. Jorge L. Tamayo (Centro
Geo, 2004).
2. Esta cifra equivale a una tasa de deforestación
de 2 por ciento anual: Alejandro Velázquez
IG-UNAM.