Las
asociaciones ecologistas se reafirman en sus
análisis y propuestas
01 agosto 2007 - España
— A juicio de varias organizaciones ecologistas,
la memoria sobre los incendios forestales
del año 2006 presentada por la Fiscalía
de Galicia confirma las posiciones defendidas
por ellas y desacredita las especulaciones
sin fundamento manejadas sobre las causas
de los incendios, constituyendo una llamada
de atención sobre la importancia de
los incendios debidos al uso tradicional del
fuego en el medio rural.
Asimismo, puede leerse como
un “tirón de orejas” para todos los
políticos que, en el año pasado
o antes, han usado irresponsablemente los
incendios como arma partidaria y han pretendido
reducir el complejo problema social de los
incendios principalmente a una cuestión
técnica y policial.
Las organizaciones firmantes
destacan las siguientes conclusiones formuladas
desde la Fiscalía:
-La ola de incendios registrada
entre el 4 y el 15 de agosto de 2006 no supuso
un hecho inusual en Galicia. Se contabilizó
cuando menos una ola cada año desde
el 2000, “siendo el número de incendios
similar e incluso superior al del año
2006”. Sólo se diferenció por
las “condiciones climatológicas extremas,
que no se dieron en el resto de los periodos”.
Esto, junto con insuficiencias y fallos importantes
en el dispositivo de extinción –que
no evalúa la Fiscalía- explican
que sus consecuencias fueran tan devastadoras.
-No existen pruebas de tramas
o de terrorismo incendiario, ni nunca existieron.
Tampouco se comprobó que determinados
incendios sucedidos en 2006 pretendieran causar
alarma social.
-Las motivaciones políticas,
urbanísticas o relacionadas con la
venta de madera tienen “una incidencia cuantitativamente
insignificante en relación con el número
total de siniestros”. La principal causa de
los incendios es el uso tradicional del fuego
en el medio rural. En este sentido, el elevado
número de quemas autorizadas por la
Xunta (una media de 300.000 anuales) y la
falta de su control adecuado originan un número
importante de incendios.
-El “incendiario-tipo” actúa
solo, está vinculado a actividades
agrícola–ganaderas, vive en una localidad
próxima al lugar del incendio y a veces
puede reincidir, distinguiéndose tres
perfiles: el imprudente, el incendiario y
el pirómano. En particular, el imprudente
es responsable de un importante número
de incendios, caracterizándose por
usar el fuego como herramienta agraria “de
forma indisciplinada, incontrolada o sin adoptar
suficientes medidas de prevención,
a lo que se añade, en no pocos casos,
carencia de capacidad física por razones
de edad, lo que, en algunos casos, provocó
que el siniestro tuviese consecuencias fatales”.
- Cuando los incendios son
investigados en profundidad, la proporción
de incendios intencionados desciende del 85%
al 60%, por lo que las estadísticas
basadas en simples estimaciones de las causas
de los incendios sobrevaloran la intencionalidad.
En consecuencia, entendemos
que:
-La Xunta y el resto de las Administraciones,
en general, y la Conselleria del Medio Rural,
en particular, así como las fuerzas
políticas, deben tomar buena nota de
la Memoria de la Fiscalía y actuar
en consecuencia.
-Es prioritario incidir
sobre las causas inmediatas de los incendios
relacionadas con el uso tradicional del fuego
en el espacio rural y restringir las autorizaciones
de las quemas agrarias, reforzando su control
y no concediendo ayudas para ellas (1). Asimismo,
la Xunta debe dar ejemplo y abandonar el uso
de las quemas prescritas.
-Las Fiscalías provinciales
deben estudiar la posibilidad de interponer
querellas contra los delegados de la Consellería
del Medio Rural que hayan autorizado quemas
agrarias que hayan dado lugar a incendios.
-Es necesario mejorar el
conocimiento de las causas de los incendios,
aumentando la proporción de aquellos
que son objeto de una investigación
en profundidad. Hoy se desconocen las causas
del 7% de los incendios y las motivaciones
del 49% de los incendios intencionados.
-Es urgente dejar de usar
irresponsablemente los incendios como arma
grosera de confrontación partidaria,
como ha sucedido bajo todos los Gobernos autonómicos
de Galicia habidos hasta hoy.
-Considerar las reformas
legislativas propuestas por la Fiscalía,
sin incurrir, como indica la propia Fiscalía,
“en la ingenuidad de pensar que la lei penal
pueda resolver, por si sola, la dimensión
del problema”. Por ello, es necesario consensuar
un modelo de gestión del monte que
tenga como objetivo final superar el enquistamiento
de la honda problemática social y política
que impide finalizar con esta lacra de los
incendios forestales. En este sentido, reclamamos
la elaboración de una Ley de Montes
autonómica y de un nuevo Plan Forestal
de Galicia y la potenciación del papel
del Consejo Forestal de Galicia como órgano
de participación social.
Notas
1 A Orde do 12 de xullo de 2007 (DOG 141 de
20/07/07) de axudas para a valorización
integral e promoción da multifuncionalidade
do monte, contempla axudas para a realización
de queimas controladas (punto 3.4.1).