El PSOE negoció
con el PP una versión descafeinada
de la reforma y y ahora el PP tumba las mejoras
de última hora acordadas con la Entesa
catalana
04 octubre 2007 - España
— Greenpeace acusa al PSOE de haber impedido
que el Parlamento aprobara una verdadera y
profunda reforma del Consejo de Seguridad
Nuclear (CSN) en una maniobra política
para defender los intereses de la industria
nuclear.
El grupo socialista fue
el primero en apoyar la Proposición
del grupo de Izquierda Verde, IV-IU-ICV, para
reformar el CSN, cuando se destapó
el escándalo de Vandellós-2,
pero durante la tramitación parlamentaria
el grupo socialista ha acabado por seguir
la estela de la popular María Teresa
Estevan Bolea durante los 5 años que
estuvo al frente de la Presidencia del CSN,
dedicados intensamente a favorecer los intereses
del lobby nuclear, pasando por alto el interés
general y sin ninguna preocupación
por la seguridad.
El PSOE pactó con
el PP una versión muy descafeinada
de la reforma del CSN de espaldas a IV-IU-ICV,
el grupo que presentó la Proposición
de Ley. Este texto desvirtuado se aprobó
en el Congreso en junio de 2007.
Esta maniobra produjo tal
escándalo en Presidencia del Gobierno
y otros sectores del partido, que el presidente,
José Luis Rodríguez Zapatero,
forzó al Grupo Parlamentario Socialista
a llegar a un acuerdo con IV-IU-ICV y los
partidos nacionalistas para mejorar la Proposición
de Ley en el Senado, y evitar así que
el PP, con su mayoría, pudiera bloquear
la mejora de la Proposición de Ley.
En septiembre, el PSOE y
IV-IU-ICV, a través de Entesa Catalana
de Progres, registraron en el Senado ocho
enmiendas pactadas que, de haber sido aprobadas,
hubieran mejorado sustancialmente esa Proposición
de Ley. Pero los socialistas han vuelto a
demostrar que su intención de reformar
el CSN es una farsa. En el Senado, lejos de
buscar un acuerdo con los nacionalistas, han
dejado que el PP se aliase con CiU para tumbar
sin problema las enmiendas pactadas con la
Entesa en la reunión del pasado martes
de la Comisión de Industria, Turismo
y Comercio del Senado.
Con su doble moral, el PSOE,
junto con el PP y CiU, han impedido que se
reconozcan un importante número de
derechos ciudadanos en la legislación
nuclear, que se cree una oficina de gestión
de las denuncias de los trabajadores, que
el Comité Asesor para la transparencia
y la participación pueda acceder a
documentos imprescindibles para su trabajo,
que se eliminen algunas de las barbaridades
que se incluyen en el nuevo régimen
sancionador, entre otros aspectos clave.
Por su parte, la actuación
de CiU es paradigmática de hasta dónde
puede llegar la clase política para
defender la agenda personal de aquellos a
quienes consiguen colocar en las instituciones.
En este caso, el apoyo de CiU al PP se ha
visto compensado con la introducción
de una enmienda cuyo único objetivo
es asegurar la renovación automática
por otros seis años del único
consejero del CSN propuesto por CiU hace seis
años.
Greenpeace recalca también
la lamentable actuación del CSN, actualmente
presidido por la socialista Carmen Martínez
Ten, en la campaña del lobby pronuclear
para evitar que este organismo pueda llegar
a funcionar alguna vez de forma transparente
e independiente de la industria nuclear. Así
pues, con la connivencia del Grupo Socialista,
el CSN intentó colar a última
hora una enmienda que habilitaba a este organismo
para dejar sin efecto, a su voluntad, las
normas que por imperativo legal están
obligadas a cumplir las centrales nucleares.
Esta bochornosa maniobra, que el CSN etiquetó
de simple “mejora técnica” de la Ley,
tuvo que ser detenida por altas instancias
del Grupo Socialista en el Congreso después
de que Greenpeace alertara de ello.
De la misma manera, la revisión
del régimen sancionador de la Ley de
energía nuclear, que el Ministerio
de Industria ha tramitado a instancias del
CSN en paralelo con la reforma de la Ley del
CSN, no deja de ser otro manifiesto engaño
a la ciudadanía.
Con la excusa de un endurecimiento
de las sanciones, el Parlamento aprobará
un régimen cuya aplicación será
inviable ante las infracciones más
graves, haciendo que éstas se puedan
sancionar como simples faltas leves. Además,
no sólo se mantiene la vergonzosa práctica
de sustituir las multas por cartas de apercibimiento,
sino que se hace más opaca todavía,
permitiendo que el CSN oculte a los órganos
sancionadores (Ministerio de Industria o Gobiernos
Autónomos) cuándo perdona las
multas a las nucleares.
Entre tanto, el CSN de la
socialista Martínez Ten no se aparta
un milímetro de la senda marcada por
la popular Estevan Bolea durante su mandato.
Las ocultaciones que se han revelado en estos
días pasados sobre el robo de uranio
en la Fábrica de Juzbado y sobre el
transporte de residuos radiactivos de muy
alta actividad, que han atravesado de centro
a norte la península, son una prueba
evidente de que el CSN sigue siendo lo que
era y nada hay que haga pensar que será
diferente en el futuro. La historia se repite,
ahora con los socialistas.
+ Más
Greenpeace España
quiso dar a entender su mensaje al gobierno
de Chile en una breve frase: Hoy el sol de
España es nuestro petróleo.
Endesa pretende disfrazar
de verde la térmica de Carboneras introduciendo
la quema de biomasa
Greenpeace denuncia que
este proyecto sólo busca alargar la
vida de la térmica de carbón
y pide una Evaluación de Impacto Ambiental
negativa
05 octubre 2007 - Almería,
España — Greenpeace ha pedido al Ministerio
de Medio Ambiente que el proyecto de quema
conjunta de biomasa y carbón en la
central térmica de Carboneras, presentado
por Endesa, sea sometido al procedimiento
de Evaluación de Impacto Ambiental.
De este modo, se pondría en evidencia
que existen alternativas mejores para reducir
el impacto de esta térmica sobre el
cambio climático, por lo que la Declaración
de Impacto Ambiental debería ser contraria
al proyecto.
Según Greenpeace,
la térmica de Carboneras es el mayor
foco de emisión de CO2 de Andalucía,
y el tercero de España, y lo seguirá
siendo con o sin co-combustión de biomasa,
pues sus emisiones actuales de 6.326.518 toneladas/año
de CO2 se reducirían tan sólo
en un 7,6%, según los datos de Endesa,
a cambio de alargar la vida de la central
con esta operación de “lavado de imagen”.
"Si Endesa tuviese
interés en reducir las emisiones de
Carboneras, presentaría un plan de
cierre de la térmica e invertiría
en auténticas centrales de generación
con fuentes renovables, sea biomasa, solar
o eólica", ha declarado José
Luis García Ortega, responsable de
la campaña de Energía y Cambio
Climático de Greenpeace.
Entre los argumentos de
Greenpeace para expresar su rechazo a este
proyecto, destacan:
• El impacto ambiental puede ser bastante
mayor que si esa misma biomasa se emplea en
centrales específicas en los lugares
de origen de la biomasa. Las emisiones evitadas
serían mayores con la generación
distribuida en centrales de biomasa.
• Podría propiciarse un consumo de
biomasa excesivo que iría en detrimento
de los recursos de biomasa disponibles para
otras aplicaciones, provocando su encarecimiento.
Los 83 MW de biomasa que instalaría
Endesa en Carboneras equivalen, nada menos,
que a la tercera parte del objetivo total
de biomasa eléctrica establecido en
el Plan Energético de Andalucía
2003-2006 para 2010 (250 MW).
• Las biomasas que prevé utilizar preferentemente
(procedente de instalaciones industriales
o restos de poda del olivar) no se encuentran
disponibles en las proximidades de la central,
lo que dará lugar a un incremento significativo
de las necesidades de transporte. El proyecto
prevé la recepción de la biomasa
desde camiones, recibiendo 6 camiones/hora
durante 5 días a la semana, cuyo sobrecoste
y emisiones de CO2 asociadas no se han contabilizado.
• Tampoco considera el proyecto el impacto
de las emisiones de distinta índole
derivadas del tránsito adicional de
camiones a través de, y en los alrededores
de, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
• El proyecto sólo supone un beneficio
para Endesa y para su central térmica
de carbón, que podría alargar
su actividad, con el resultado de mayor cantidad
total de carbón quemada que si se optase
por un cierre anticipado para sustituir esa
central por sistemas de generación
basados en energías renovables.