Azata del Sol trata de anular
la expropiación llevada a cabo por
el Ministerio de Medio Ambiente sobre el hotel
que comenzó a construirse ilegalmente
en 2003 en la playa del Parque Natural Cabo
de Gata-Níjar
24 octubre 2007 - España
— Greenpeace se ha personado en el recurso
contencioso administrativo nº 2/266/2007
interpuesto por la constructora Azata del
Sol contra el Acuerdo del Consejo de Ministros
que declaró la utilidad pública
de los terrenos de la playa de El Algarrobico,
donde se asienta el hotel de 21 plantas y
411 habitaciones, cuya construcción
lleva a cabo esta empresa desde el año
2003.
El pasado mes de agosto,
el Ministerio de Medio Ambiente declaró
la necesidad de ocupación de la parte
del hotel de El Algarrobico, que invade la
franja de cien metros que protege la Ley de
Costas, para culminar la expropiación
forzosa que este organismo comenzó
en marzo de 2006 tras las denuncias de los
grupos ecologistas sobre la ilegalidad del
hotel.
La demanda de Azata del
Sol contra la expropiación forzosa
de los terrenos donde se ha edificado el hotel
supone la continuación del proceso
emprendido por esta constructora para tratar
de salvar de la demolición el edificio,
que está levantado ilegalmente en la
playa de El Algarrobico en un suelo de máxima
protección dentro del Parque Natural
Cabo de Gata-Níjar. Además,
el hotel viola la Ley 22/1988 de Costas que
en su artículo 25 prohíbe las
edificaciones en la Servidumbre de Protección.
"Azata del Sol trata
de seguir adelante con la mayor ilegalidad
de todo el litoral español mientras
las administraciones implicadas, Ministerio
de Medio Ambiente y Junta de Andalucía,
siguen sin ponerse de acuerdo para demoler
el hotel pese al compromiso verbal expresado
por Chaves y Narbona. Greenpeace va a seguir
reclamando la desaparición de esta
construcción aberrante y la restauración
de la playa en todos los ámbitos existentes"
ha declarado María José Caballero,
responsable de la campaña de Costas
de Greenpeace.
Nota: Principales ilegalidades
en las que ha incurrido la construcción
del hotel.
El hotel se ubica dentro del Parque Natural
Cabo de Gata-Níjar. El sector S-T1
de la Normativa Urbanística Municipal
donde se ubica el hotel está dentro
de los límites del Parque Natural en
las zonas denominadas B y C, incompatibles
con el uso urbanístico.
La normativa urbanística
que ampara la construcción del hotel
contraviene lo establecido en el Plan de Ordenación
de los Recursos Naturales (PORN) y en el Plan
Rector de Uso y Gestión (PRUG) del
Parque Natural Cabo de Gata-Níjar que
prevalecen sobre el planeamiento urbanístico
según la Ley 4/1989.
El Plan Parcial donde se
ubica el hotel fue aprobado definitivamente
el 26 de mayo de 1988, siendo posterior a
la Ley 22/1988 de Costas. La licencia de obras
del hotel concedida en 2003 es nula de pleno
derecho al contravenir la Disposición
Transitoria Tercera, apartado segundo, de
esta Ley.
+ Más
Greenpeace denuncia el escándalo
de la auditoría ambiental al grupo
ENCE
La auditora SGS concede el sello forestal
más ecológico a plantaciones
de pino y eucalipto que invaden la red Natura,
provocan erosión y abusan de los químicos
24 octubre 2007 - España
— Greenpeace lanza hoy el informe "El
escándalo NORFOR-SGS" en el que
denuncia las graves irregularidades y fallos
del proceso de auditoría de la multinacional
SGS, empresa responsable de otorgar el certificado
forestal FSC (1) a la empresa forestal NORFOR,
perteneciente al Grupo ENCE.
La certificación
forestal FSC (Forest Stewardship Council)
garantiza una gestión forestal ambientalmente
responsable, socialmente beneficiosa y economicamente
viable, comprometida con los bosques y plantaciones
del planeta. Este certificado forestal es
el único que apoyan la mayoría
de las organizaciones ecologistas, sindicales,
de ayuda al desarrollo y de comercio justo.
En 2004, NORFOR contrató
los servicios de la empresa auditora SGS para
obtener el certificado FSC para sus más
de 12.000 hectáreas de plantaciones
de eucalipto y pino en Galicia, Asturias y
Cantabria. Greenpeace revela en su informe
que este proceso de auditoría ha sido
poco transparente y plagado de irregularidades,
por lo que pese a los serios impactos negativos
de las plantaciones de eucalipto, SGS otorgó
el certificado FSC a la empresa NORFOR en
octubre de 2004.
Esta certificación
ha sido un mazazo a la credibilidad del FSC
y provocó que durante 3 años
el movimiento ecologista haya reclamado a
SGS, primero, y a FSC, después, revocar
esta decisón. El resultado ha sido
que la empresa SGS ha sido auditada por los
Servicios de Acreditación del FSC para
verificar la conformidad de las evaluaciones
de esta empresa con los requisitos del certificado
forestal.
El resultado de esta auditoría
ha sido demoledor para la imagen pública
de SGS y la gestión forestal de NORFOR.
Los Servicios de Acreditación del FSC
admitieron públicamente el pasado 5
de octubre que (2):
* Sobre el trabajo de auditoría
de SGS: El proceso de participación
pública durante los procesos de evaluación
ha sido deficiente; los informes de SGS contienen
errores garrafales sobre la localización
geográfica o sobre el grado de intensidad
de la gestión forestal de NORFOR; la
auditora realizó una inadecuada evaluación
sobre la erosión provocada por las
actividades de NORFOR o sobre el seguimiento
de los impactos de la gestión; SGS
evaluó de manera errónea los
aspectos de conservación de las plantaciones
de eucaliptos situadas dentro o en la proximidad
de bosques de alto valor para la conservación.
* Sobre la gestión
forestal de NORFOR: Se pone en evidencia la
falta de transparencia y el oscurantismo de
NORFOR; la ausencia de evaluación de
impacto ambiental previa a sus trabajos de
plantación; la inexistencia de un comité
de resolución de conflictos para dirimir
los problemas entre la empresa y los propietarios;
el incremento del riesgo en caso de incendio
por el abandono de restos de tala en sus plantaciones;
el escaso interés de NORFOR por las
invasiones de especies exóticas fuera
de sus plantaciones, incluso en espacios incluidos
en la Red Natura 2000; la ausencia de una
estrategia que minimize el uso de productos
químicos; los problemas de erosión
en las tareas de preparación del suelo
y la ausencia de un plan de gestión
disponible para la consulta de interesados.
FSC ha dado la razón
a los ecologistas: la gestión forestal
de las plantaciones de NORFOR está
muy alejada de los requisitos del FSC y el
trabajo de la auditora SGS ha quedado en entredicho.
El escándalo SGS-NORFOR ha revelado
una realidad distinta a la imagen de calidad
e independencia que pretende dar SGS.
De hecho, esta empresa auditora
ha estado envuelta en los últimos años
en dos escándalos internacionales por
dar la certificación FSC a empresas
cuya gestión estaba muy alejada de
los requisitos exigidos por este sello forestal
en Polonia y la Guayana inglesa.
“Para Greenpeace, el sello
FSC es la mejor manera de asegurar que la
madera y sus productos derivados proceden
de una gestión social y ambientalmente
responsable” ha declarado Miguel Ángel
Soto, responsable de la Campaña de
Bosques de Greenpeace España. “No es
un sistema perfecto pero estamos trabajando
activamente dentro del FSC para mejorarlo,
resolver problemas y mantener su integridad”,
añadió.
Greenpeace apoya la revisión
de la política de plantaciones que
está realizando en estos momentos FSC.
En este contexto, Greenpeace ha expresado
su preocupación por los impactos sociales
y ambientales de las plantaciones industriales
de especies exóticas, como el eucalipto.