Greenpeace denuncia el desastre
de la ocupación de Irak y reclama la
salida inmediata de las tropas extranjeras
- 20 marzo 2008 - Bagdag,
Irak — El día 20 de marzo se cumple
el quinto aniversario de la invasión
de Irak por parte de fuerzas de EE UU y una
coalición de otros países. Cinco
años después la operación,
se ha demostrado un rotundo fracaso, tanto
en el plano estratégico como en el
militar y, más grave aún, en
lo moral. Fue una guerra ilegal e injusta
que se lanzó basándose en mentiras
y que sólo ha logrado convertir la
vida de la población iraquí
en un desastre, hacer de Oriente Medio un
lugar más inseguro y fomentar aquello
que supuestamente se pretendía combatir:
el terrorismo internacional. Irak es hoy uno
de los países más peligrosos
del mundo, la inseguridad y la falta de servicios
básicos alcanzan niveles sin precedentes,
y las violaciones de los derechos humanos
están a la orden del día.
Los peores efectos los sufre
la población iraquí. No hay
cifras exactas sobre cuántas personas
han muerto en Irak desde la invasión,
pero el estudio más amplio, realizado
por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y el Ministerio de Sanidad iraquí,
y publicado el pasado mes de enero, hablaba
de más de 150.000 personas hasta junio
de 2006. La revista médica The Lancet
eleva la cifra a más de 600.000, teniendo
en cuenta no sólo los muertos debido
a la violencia sino los que se producen como
consecuencia del deterioro de las condiciones
de vida y la falta de asistencia sanitaria.
Pese a que desde Washington
se afirma que la situación de seguridad
ha mejorado, en realidad sigue siendo dramática.
Son numerosos los responsables de esta situación:
por una parte, los grupos armados siguen secuestrando,
torturando y asesinando a civiles; la violencia
sectaria sigue disparada y ha logrado crear
zonas étnicamente homogéneas,
ya que la población suní o chií
huye de las zonas de mayoría diferente
por el miedo; las fuerzas de la coalición
y las fuerzas de seguridad iraquíes
atacan indiscriminadamente a civiles y llevan
a cabo ataques desproporcionados, y lo mismo
(o peor) ocurre con los contratistas privados.
La situación humanitaria
es dramática. Dos de cada tres iraquíes
no tienen acceso a agua poblable y un tercio
de la población (ocho millones de personas)
necesitan ayuda de emergencia para sobrevivir.
La mitad de la población activa está
desempleada y más del 40% vive con
menos de un dólar al día, es
decir, en el umbral de la extrema pobreza.
Los sistemas de salud y educación han
colapsado. Pero quizá el dato más
espectacular es el de la población
que ha tenido que huir de su hogar: 2,2 millones
de personas huyeron a países vecinos
y se han convertido en refugiados, y más
de dos millones han sido desplazados dentro
del país. Todos ellos viven en condiciones
penosas.
“La invasión de Irak, y en general
la llamada guerra global contra el terrorismo,
ha sido un rotundo error y un fracaso. Esta
guerra fue ilegal, se lanzó basándose
en mentiras, y ha creado un problema donde
no lo había: en Irak había un
régimen despótico, pero no había
terrorismo antes de la invasión. Ahora
es, junto con Afganistán, el campo
de entrenamiento para terroristas más
importante del mundo. El próximo presidente
de EE UU, sea cual sea, debería pararse
a pensar y replantearse una estrategia, basada
en la violencia, que sólo ha generado
más violencia”, asegura Mabel González,
responsable de Desarme de Greenpeace.
Esta guerra, además,
ha tenido un altísimo coste económico.
Según el premio Nobel de Economía
Joseph Stiglitz, una evaluación conservadora
situaría esa cifra en torno a los 3
billones de dólares, cantidad muy superior
a lo que se calculó inicialmente, y
el precio real lo pagarán las generaciones
futuras. Si el Gobierno de George W. Bush
dijo que la guerra iba a costar 50.000 millones
de dólares, la realidad es que cuesta
esa cifra cada tres meses. Hasta el momento,
casi 4.000 soldados estadounidenses han muerto
en Irak, la mayoría en combate. Pero
el número de heridos multiplica por
15 al de fallecidos. Hay 52.000 veteranos
diagnosticados con síndrome de estrés
postraumático y se calcula que habrá
que pagar pensión por discapacidad
al 40% de los 160.000 soldados desplegados.
La guerra de Irak ha demostrado
que los millones de manifestantes que clamaban
contra ella hace cinco años tenían
razón, cuando afirmaban que la violencia
no era la solución y que sólo
generaría más violencia. Oriente
Medio es hoy un lugar más inseguro
y también lo es el resto del mundo.
La ocupación ha convertido a Irak en
un polo de atracción y campo de entrenamiento
para el terrorismo internacional.
Cinco años después,
dos de los promotores de la guerra (Tony Blair
y José Mª Aznar) han perdido el
poder, y otro (George W. Bush) está
a punto de finalizar su presidencia. “Esperamos
que aquellos que los sustituyan reconozcan
el desastre que han causado y emprendan políticas
de claro retorno al multilateralismo y al
Derecho Internacional. En el caso del nuevo
presidente o presidenta de EE UU, debería
plantearse de forma inmediata la retirada
de sus tropas y el cese de la injerencia en
aquel país”, concluye Mabel González.
Greenpeace
ANEXO
Algunos datos sobre la situación en
Irak
- No se conoce la cifra
de víctimas civiles en Irak desde la
invasión, en marzo de 2003. La organización
Iraq Body Count ha documentado 47.668, mientras
la publicación médica The Lancet
eleva la cifra a más de 600.000. El
estudio más completo realizado hasta
ahora, por la OMS y el Ministerio de Sanidad
iraquí, lo cifraba en 151.000 personas
hasta junio de 2006 (últimos datos
disponibles).
- Todas las partes de este
conflicto violan los derechos humanos y atacan
indiscriminadamente a los civiles: las fuerzas
de ocupación, las fuerzas armadas iraquíes,
los grupos de oposición y los contratistas
privados. Todos han cometido violaciones de
los derechos humanos y crímenes de
guerra, en medio de una impunidad generalizada.
- La situación económica
es desastrosa. Dos de cada tres iraquíes
no tienen acceso a agua potable, la mitad
de la población activa no tiene trabajo
y un 40% vive con menos de un dólar
al día, y necesita ayuda de emergencia
para sobrevivir. La malnutrición se
ha disparado. Y nadie puede hacerse cargo
de la situación porque los sistemas
de educación y salud se han desmoronado.
- El miedo y las necesidades
han llevado a mucha gente a huir. 2,2 millones
se han ido a países vecinos como Siria
y Jordania, donde su situación es muy
difícil, y dos millones más
se han desplazado dentro de Irak.
- Cerca de 60.000 personas
han sido detenidas por la fuerza multinacional
y las fuerzas de seguridad iraquíes,
según el Comité Internacional
de la Cruz Roja. La mayoría permanece
en esta situación sin ser acusados
ni llevados a juicio. La tortura y los malos
tratos son prácticas generalizadas.
La pena de muerte se reinstauró en
el año 2004 para una amplia serie de
delitos, cientos de personas han sido condenadas
y decenas ejecutadas. Sólo en 2007
Amnistía Internacional documentó
199 condenas.
- La situación de
las mujeres y niñas se ha deteriorado
de forma gravísima y sus derechos son
sistemáticamente vulnerados. Muchas
han abandonado el trabajo o el colegio, y
en numerosas zonas son atacadas si no cumplen
con el código de vestimenta islámico.
- Algunas fuentes cifran
en 3 billones de dólares el coste de
la guerra, a los que habría que sumar
3 billones más que pagará el
resto del mundo.