28
abril 2008 - DF, México — La propuesta
legislativa viola acuerdos internacionales
y promueve el lucro con especies protegidas;
permitiría derogar las prohibiciones
que existen para capturar delfines y lobos
marinos, para la industria del espectáculo,
y para que se permita su importación
con fines comerciales
El Senado de la República podría
convertirse en promotor del cautiverio de
delfines y lobos marinos, entre otras especies,
si se aprueba la iniciativa para permitir
capturas e importaciones, que hoy se encuentran
prohibidas, y que le han otorgado un gran
prestigio internacional a México, denunciaron
los grupos ambientalistas Conservación
de Mamíferos Marinos de México
(Comarino), Defenders of Wildlife, Teyeliz,
Grupo Ecologista del Mayab (Gema) y Greenpeace
México.
Desde el año 2002,
en el Artículo 69 Bis de la Ley General
de Vida Silvestre (LGVS) se prohíbe
la captura de mamíferos marinos con
fines comerciales; en 2005, el Artículo
55 Bis de la misma ley prohibió la
importación y reexportación
de mamíferos marinos y primates. Esto
es parte de una política internacional
de conservación de especies marinas
ante las pruebas irrefutables de los impactos
negativos ocasionados durante su captura,
principalmente en México y Cuba.
“La intención de
la iniciativa es derogar de facto las prohibiciones
que existen para capturar delfines y lobos
marinos, para el lucro de la industria del
espectáculo, y también que se
vuelva a permitir su importación con
fines comerciales. La iniciativa carece de
sustento porque el uso educativo o terapéutico
de estas especies, no está definido
en la propia ley y oculta el fin lucrativo
con el que se capturan y mantienen en cautiverio
delfines y lobos marinos. Por ejemplo, la
captura de un delfín cuesta alrededor
de 50 mil pesos, incluyendo los pagos a los
pescadores; y su explotación aporta
un promedio de 30 mil pesos diarios a los
delfinarios, la ganancia es exponencial”,
afirmó Alejandro Olivera, coordinador
de la campaña de océanos y costas
de Greenpeace México.
“De acuerdo con los expertos
en mamíferos marinos, la captura de
delfines es inaceptable porque equivale a
una cacería, ya que es material genético
que la población de delfines pierde
para siempre, además rompe con las
estructuras familiares y sociales estrechas
que tienen todas las sociedades de delfines.
Además los individuos capturados y
confinados viven bajo niveles persistentes
de estrés, con mortalidades muy altas
debido al manejo intensivo. Nos resulta claro
que detrás de esta iniciativa están
los intereses económicos de delfinarios,
y el intenso cabildeo que han realizado en
el Senado, agregó Yolanda Alaniz, Vice
presidenta de COMARINO.
“Los argumentos de esta
iniciativa son falsos y tampoco están
sustentados. La ley vigente no es violatoria
de la Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna
y Flora Silvestre (CITES por sus siglas en
inglés), como se argumenta en esta
iniciativa; al contrario está sustentada
en el artículo 14 de CITES (1), aseveró,
María Elena Sánchez, presidenta
de Teyeliz.
“En México existen
alrededor de 300 delfines en cautiverio, un
25 por ciento de ellos ya nació en
estas condiciones debido a la protección
que otorga la LGVS. Desde hace seis años
se han mejorado las técnicas de reproducción
en cautiverio en México, a tal grado
que es una de las más exitosas en el
mundo, por lo que no hace falta capturar,
sino promover una tenencia responsable para
lograr una mayor supervivencia. Esta es una
prueba más de que las prohibiciones
sí son un factor que incide directamente
en la salud de las poblaciones que se pretende
conservar”, apuntó Juan Carlos Cantú,
director de programas de Defenders of Wildlife
México.
Los grupos ecologistas exhortan
al Senado de la República a legislar
por el interés público y el
bien común, y no por intereses particulares.
Aprobar esta iniciativa significaría
relajar las leyes ambientales de nuestro país
y pone en riesgo la protección que
brinda México a cientos de especies
que se reproducen en costas de nuestro país.
+ Más
Se disculpa VW con Greenpeace
El AUTO VERDE es el que
no existe
25 abril 2008 - DF, México — En una
misiva enviada a Greenpeace, VW se disculpa
por usar nuestras letras institucionales;
nada dicen acerca de su publicidad "verde"
ni desmienten nuestra postura frente a los
autos que en apariencia emiten menos CO2
Usa VW letras institucionales de GP para promover
"autos verdes"
Califica Volkswagen de acción
"desafortunada y sin dolo alguno"
la publicación del anuncio titulado
"Turbodiesel" el pasado 20 de abril
en un suplemento de un diario de circulación
nacional. Esto según una carta firmada
y enviada el 24 de abril por su director de
Marketing y el presidente de su agencia de
publicidad, a la Directora de Greenpeace México,
Patricia Arendar.
Aunque señalan que
se trata de "una ejecución única
que no se repetirá, copiará
o distribuirá de modo alguno",
en Greenpeace nos pronunciamos en contra de
este tipo de mercadotecnia "verde"
o "green wash" que sólo engaña
al público.
Las políticas de
Greenpeace frente a la industria automotriz
y su contribución al cambio climático
han sido muy estrictas en todo el mundo. Campañas
enteras y acciones se han desarrollado desde
Greenpeace Internacional para pronunciarse
en contra de la industria. En México
no es la excepción. Greenpeace apuesta
por el uso de tranporte público, no
motorizado, o el auto compartido, en todo
caso, y nunca el individual.
No hay una evidencia científica
que afirme que el uso de autos híbridos
o de turbodiesel disminuya el cambio climático.
Por ello Greenpeace desmiente
que el uso del turbo diesel sea la solución
o equivalga a "Cero CO2" como lo
anuncia Volkswagen en su campaña para
México. La reducción de CO2
es mínima y, por el contrario, la cantidad
de energía usada en su manufactura
es igual a la que podría emplear un
auto común durante su vida útil.
Recuérdalo, los AUTOS
VERDES NO EXISTEN. En realidad, el verdadero
AUTO VERDE, es aquél que nunca se construyó
y aquél que nunca se usó.
Esa es la única
solución para que la industria automotriz
deje de emitir el 18% de las emisiones de
CO2 en el mundo y una de las principales causas
del cambio climático.
Greenpeace exige a la Junta de Andalucía
que se responsabilice de la catástrofe
ambiental de las marismas de Huelva