14
julio 2008 - España — La organización
ecologista solicita, entre otras medidas,
la declaración de un santuario para
los atunes al sur del archipiélago
Científicos del Instituto de Ciencias
del Mar (ICM-CSIC), a bordo del Arctic Sunrise,
estudian las poblaciones de medusas y los
fondos marinos en aguas baleares
A lo largo de los últimos tres meses,
el barco de la organización MY Arctic
Sunrise ha recorrido las aguas de diferentes
países del Mediterráneo para
denunciar los efectos de la sobrepesca --particularmente
del atún rojo-- y la destrucción
de los hábitats costeros por el urbanismo
o la contaminación. Antes de que la
situación alcance un estado de degradación
en la que no haya vuelta atrás, Greenpeace
demanda medidas urgentes de protección
de los ecosistemas marinos mediterráneos
(1).
Desde el pasado día
9 de julio, el Arctic Sunrise se encuentra
en aguas baleares, donde científicos
del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona
(ICM), dependiente del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC),
estudian las poblaciones de medusas y los
fondos marinos de la zona.
La pesquería de atún
rojo es probablemente una de las que tiene
un mayor índice de pesca ilegal en
todo el mundo. Los científicos os han
estimado que las capturas en 2007 pueden haber
rondado las 60.000 toneladas, más del
doble de la cuota legal para la especie, de
29.500 toneladas ese año. Es bien conocido
que las actividades ilegales, tales como el
uso de avionetas, para detectar el atún
o de barcos de transporte para evitar declarar
las capturas están extendidas en la
región (2).
La situación del
caladero balear es un buen ejemplo de lo que
está sucediendo en la pesquería:
en el año 2006 se capturaron tan sólo
unas 2.000 toneladas en la zona, mientras
que seis años antes se extrajeron 14.000,
lo que supone un descenso del 85% de las capturas.
“La comunidad internacional
ha fracasado plenamente en la conservación
de este recurso compartido por todos los países
mediterráneos. Las flotas pesqueras
están acabando con la población
reproductora de atún rojo y es imprescindible
proteger las zonas de puesta de la especie,
como las aguas al sur de Baleares”, ha declarado
Sebastián Losada, responsable de la
campaña de Océanos de Greenpeace.
“Por este motivo, demandamos la declaración
urgente de un santuario para los atunes y
especies afines como el pez espada en aguas
al sur del archipiélago balear como
medida para recuperar la población
reproductora de estas especies” (3).
Greenpeace ha publicado
recientemente el informe Destrucción
a Toda Costa 2008 (4) donde denuncia el urbanismo
salvaje que ha predominado en el archipiélago
en los últimos años. La organización
ha seleccionado siete puntos negros amenazados
por el urbanismo, la promoción de infraestructuras
(sobre todo la creación de puertos
deportivos) y la contaminación, puntual
o continua, de sus aguas.
“A pesar de los tímidos
esfuerzos para poner orden la situación
urbanística por parte del Govern, dos
de los casos más graves en nuestro
país por el acoso del ladrillo al litoral
se encuentran en las Baleares: la ampliación
de Port Adriano (Toro, Calvià) y el
campo de golf en Son Bosc (Muros, Mallorca)”,
ha declarado Pilar Marcos, responsable de
la campaña de Costas de Greenpeace.
“El desequilibrio causado por la acción
del hombre en el medio costero y marino balear
se refleja en sus aguas, donde las invasiones
de medusas y otras especies como algas invasoras
están destruyendo un patrimonio que
es de todos”, ha subrayado Marcos.
A bordo del Arctic Sunrise
se encuentran, además, los científicos
del ICM-CSIC Dacha Atienza, Uxue Tilves y
Andrea Gori realizando labores de investigación
de las poblaciones de medusas y de los fondos
marinos mediterráneos. Con la ayuda
de una cámara submarina que alcanza
los 500 metros de profundidad y de un Robot
submarino (ROV), sumergible a más de
200 metros, buscan poblaciones de gorgonias
y corales profundos.
Greenpeace quiere llamar
la atención sobre la necesidad de combatir
las causas que originan una mayor presencia
de medusas en las costas cada año como
única forma de resolver el problema.
En ese sentido, destaca la necesidad de poner
freno a la desaparición de especies
depredadoras de medusas, como el atún
rojo y las tortugas marinas, y a combatir
el cambio climático. El calentamiento
de las aguas también es propicio para
la proliferación de estos gelatinosos,
debido al efecto que tiene sobre sus ciclos
de vida y la reproducción. Por ello
Greenpeace hace un llamamiento a combatir
el cambio climático, a través
de medidas que reduzcan las emisiones de gases
contaminantes como la introducción
de energías renovables.
En estos días, el
equipo a bordo del Arctic Sunrise ha podido
inspeccionar los fondos marinos de dos áreas
distintas en aguas de Menorca. En el área
sur se han efectuado un total de cuatro inmersiones
en el cañón submarino que desde
la plataforma continental (80 metros) baja
hasta la zona abisal (por debajo de los 2.000
metros). Se han identificado distintas especies
de peces en los fondos sedimentarios y algunas
especies de coral (Dendrophilia cornigera)
y esponjas en los fondos rocosos encontrados
en la cabecera del cañón.
En el área inspeccionada
en el oeste de Menorca se han efectuado seis
inmersiones que han permitido observar una
densa población de gorgonia blanca
(Eunicella singularis) localizada entre los
38 y los 44 metros de profundidad, además
de la presencia de algunas colonias de otras
especies de gorgonia (Paramuricea macrospina)
y de corales blandos (Alcyonium palmatum).
“Las medusas son el paradigma
del desequilibrio ambiental de nuestras aguas.
Se sabe muy poco de la ecología de
las especies más comunes en el Mediterráneo
y la falta de estudios científicos
es parte del problema”, ha declarado la doctora
Dacha Atienza, del ICM-CSIC. ”Llamamos la
atención también sobre la necesidad
de investigar con mayor profusión los
fondos marinos baleares y las comunidades
biológicas que se encuentran en ellos.
Sin esta información es imposible garantizarles
una protección adecuada”.
Otras causas del incremento
de medusas hay que buscarlas en la mayor afluencia
de nutrientes en el mar, la urbanización
costera que genera esa contaminación,
la falta de aporte de agua dulce de los ríos
al mar y otros desequilibrios en el ecosistema.
Notas
(1) Desde finales de abril,
el Arctic Sunrise ha recorrido el Mediterráneo
en una campaña de cuatro meses para
destacar los principales problemas ambientales
que azotan a los ecosistemas marinos mediterráneos.
La organización ha analizado cómo
la construcción masiva, la sobrepesca,
la contaminación y el cambio climático
están destruyendo un mar que sólo
tiene el 1% de su superficie protegida. Ante
esta situación, Greenpeace demanda
medidas urgentes de protección. Entre
las que destaca la construcción de
una Red Global de Reservas Marinas (equivalente
a los Parques Nacionales en tierra).
(2) No sólo hay un
gran porcentaje de capturas ilegales, además
las regulaciones existentes en la pesquería
suponen un grave problema para la conservación
de la especie. El así llamado "plan
de recuperación del atún rojo"
aprobado por la Comisión Internacional
para la Conservación del Atún
Atlántico (CICAA), y actualmente en
vigor, permite capturas que rondan las 30.000
toneladas de atún rojo (29.500 en 2007,
28.500 en 2008), prácticamente el doble
de la cuota máxima de 15.000 toneladas
recomendada por los científicos para
permitir la recuperación de la especie,
que se encuentra actualmente al borde del
colapso.
(3) En la zona propuesta
se han observado las mayores densidades de
huevos de atún rojo en todo el Mediterráneo.
En esta zona, no sólo se reproduce
el atún rojo, se han encontrado en
ella larvas de las seis especies de túnidos
presentes en el Mediterráneo: el atún
rojo (Thunnus thynnus), el atún blanco
(T. alalunga), la melva (Auxis rochei), la
bacoreta (Euthynnus alleteratus), el bonito
(Sarda sarda) e incluso el atún listado
(Katsuwonus pelamys). Además, en el
Mediterráneo mueren cada año
entre 20.000 y 30.000 tortugas marinas como
resultado de su interacción con las
artes de pesca. Las tres especies de tortugas
marinas que visitan el Mediterráneo
están catalogadas como amenazadas.
Las aguas propuestas como santuario para los
atunes figuran entre las zonas de más
alto riesgo de capturas accidentales de tortugas
marinas en la región. Los beneficios
de la propuesta para la conservación
del Mediterráneo serían pues
enormes. Mapa disponible en http://www.greenpeace.org/espana/reports/propuesta-de-santuario-para-el
(4) El informe Destrucción
a Toda Costa 2008 en su versión completa
o dividido por Comunidades Autónomas
está disponible en la página
www.destruccionatodacosta.com. También
hay disponible una versión en inglés.
Puede descargar más
información sobre Campaña del
Arctic Sunrise en las Baleares, así
como fotografías en el siguiente dirección
de ftp:
http://gente.greenpeace.es/descargas/prensa/AS_TOUR_2008
+ Más
Greenpeace exige que se
concreten los plazos para el reflotamiento
del Don Pedro
Buceadores de la organización
a bordo del Arctic Sunrise realizaron hoy
una
16 julio 2008 - España — Esta mañana
buceadores de Greenpeace a bordo del buque
de la organización ecologista Arctic
Sunrise desplegaron una pancarta submarina
en la que podía leerse “El mar no es
un basurero”. Los activistas demandaban así
el reflotamiento del buque Don Pedro, hundido
tras colisionar con un islote bien señalizado
el pasado 11 de julio de 2007 en la bocana
del Puerto de Ibiza.
El buque de la naviera Iscomar
y 142 metros de eslora, iba cargado con 150
toneladas de gasóleo y todavía
se encuentra hundido, un año más
tarde, a 43 metros de profundidad. En las
primeras horas tras el accidente se vertieron
varias toneladas de fuel que obligaron a clausurar
tres playas –Talamanca, Figueretes y En Bossa-
cercanas al Parque Natural de Ses Salines.
Tras los vertidos, el día
12 de julio, Greenpeace presentó una
denuncia ante la Fiscalía de Baleares
contra la empresa Iscomar, propietaria del
buque Don Pedro por el vertido de una cantidad
indeterminada de combustible en las costas
de Ibiza, lo que podría entrañar
un delito ecológico por vertido de
sustancias tóxicas al medio ambiente
(art. 325 del Código Penal).
El buque Don Pedro transportaba
varias toneladas de residuos peligrosos procedentes
de vehículos al final de su vida útil
que regula la Directiva 2000/53/CE. A día
de hoy todavía no está claro
si la naviera y las empresas gestoras de los
residuos, habían completado todos los
trámites necesarios para realizar este
traslado y si había sido notificado
al Ministerio de Medio Ambiente.
La organización ecologista
presentó el 27 de julio una nueva denuncia
contra la naviera Iscomar por ocultar el traslado
de varias toneladas de residuos de baterías
de coches, residuos considerados peligrosos
por la UE. Las bodegas del Don Pedro guardaban,
en el momento de su hundimiento, 3.016 kilos
de baterías de coche usadas y 12 bidones
con sustancias potencialmente peligrosas no
especificadas, y que resultaron ser filtros
de aceite.
“El Don Pedro, como todos
los barcos en funcionamiento, contiene una
amplia gama de productos peligrosos, tales
como metales pesados, amianto o PCBs. Todas
estas sustancias todavía se encuentran
en el fondo marino suponiendo una amenaza
continua al mar de Ibiza y a sus recursos
naturales”, ha declarado Pilar Marcos, responsable
de la campaña de costas de Greenpeace.
Actualmente las denuncias
de Greenpeace se han incorporado a las diligencias
previas abiertas ante un Juzgado de Instrucción
de Ibiza, que sigue en trámite.
“Nos consta la voluntad
del Govern Balear de reflotar el buque, pero
ha pasado ya un año y todavía
el Don Pedro sigue en el fondo del mar”. “Queremos
plazos concretos y un plan de reflotamiento
que tenga en cuenta las condiciones para reciclar
el buque con todas las garantías ambientales”,
ha añadido Pilar Marcos.