El
Ministerio de Industria pretende limitar a
300 MW la potencia fotovoltaica que se pueda
instalar cada año, cuando existe capacidad
industrial para más del doble.
24 julio 2008 - España
— Greenpeace ha expresado su rechazo a la
propuesta del Ministerio de Industria de frenar
el crecimiento de la energía solar
fotovoltaica en la que impone que la potencia
a instalar cada año no supere los 300
MW. La organización ecologista propone
que, para evitar un coste excesivo en las
tarifas que pagan los consumidores, en lugar
de limitar la potencia a instalar, se controle
el gasto con revisiones periódicas
de la tarifa de venta de cada kWh producido
con energía solar fotovoltaica.
Según la propuesta
de Greenpeace, esta tarifa sería mayor
cuanto menor fuera la potencia de cada proyecto
y se debería dar un apoyo mayor a las
instalaciones en edificios.
“Seguimos tropezando con
el “miedo escénico” del Gobierno ante
el rápido crecimiento de esta energía
renovable, que se traduce en buscar formas
de limitarlo como sea”, ha declarado José
Luis García Ortega, responsable de
la campaña de Cambio Climático
y Energía de Greenpeace.
El Ministerio propone ahora
un límite anual de potencia muy restrictivo
respecto a las posibilidades reales de la
tecnología, además de ser una
forma arbitraria y poco efectiva de controlar
el desarrollo de la fotovoltaica. En esta
propuesta de Decreto de retribución
de la solar fotovoltaica también se
incluye una severa reducción (entre
un 27% y un 36%) de los precios de venta de
esta energía que fija el Gobierno a
los generadores, que será efectiva
a partir de septiembre. Greenpeace cree que
lo que se necesita es un instrumento que responda
eficazmente a los fines que se persiguen:
disponer de energía limpia y barata
lo antes posible.
Según la organización,
no hay duda de la utilidad de la fotovoltaica
para la lucha contra el cambio climático.
Esta tecnología está disponible
para su aplicación inmediata, por lo
que es útil para la necesidad urgente
de actuar, y tiene un potencial enorme que
aportaría una cantidad significativa
de producción energética en
el actual panorama español.. Otras
ventajas inherentes a esta tecnología
son la creación de empleo, la generación
de actividad industrial, la capacidad de exportación
de tecnología española, la generación
distribuida y eficiente de electricidad, la
contribución al desarrollo sostenible
y al acceso a la electricidad para miles de
millones de personas que no disponen de ella,
etc.
Greenpeace defiende la necesidad
de usar a gran escala la energía fotovoltaica,
aunque el principal obstáculo a corto
plazo es el coste. Por este motivo es necesario
disponer de un mecanismo económico
de apoyo para que esta tecnología avance
por su curva de aprendizaje (la reducción
de costes que se obtiene al aumentar la capacidad
de producción y de I+D). El avance
de la fotovoltaica por su curva de aprendizaje
está siendo mucho más rápido
de lo esperado, por lo que se puede esperar
que esta energía renovable deje de
necesitar apoyo económico durante la
próxima década, pues es cuando
se espera que el coste de generación
fotovoltaica se sitúe por debajo del
precio de la electricidad para usuarios domésticos.
“La cuestión clave
es mantener el apoyo económico ahora,
y modularlo con el mayor acierto posible para
que la reducción de costes se siga
produciendo y llegue cuanto antes el momento
en que no sea necesario más apoyo que
el que otorgará el propio mercado por
ser ya plenamente competitiva la tecnología”
-ha añadido García Ortega. “No
hay que tener miedo. Todo lo contrario. No
tendría ningún sentido, por
ahorrarse unos costes de corto plazo, evitar
los enormes beneficios que la fotovoltaica
está aportando ya y sobre todo va a
aportar muy pronto”.
Greenpeace cree que es especialmente
necesario reforzar el apoyo a las instalaciones
fotovoltaicas situadas en edificios. Sin embargo,
la propuesta del Ministerio añade nuevas
barreras a estas instalaciones: exige consumir
al menos la mitad de la energía en
el mismo edificio, elimina la exención
actual de depositar un aval de 500€/kW, limita
la potencia máxima por edificio a 2
MW y no discrimina entre grandes y pequeñas
instalaciones.
Asimismo, la organización
ecologista cree que la propuesta del Ministerio
ha mejorado diversos aspectos de la que presentó
el pasado mes de octubre y que nunca llegó
a ver la luz. Ahora la propuesta presenta
unas tarifas predecibles en el tiempo, pero
su gran inconveniente es que reduce la aportación
total de la energía solar fotovoltaica
muy por debajo de lo que es factible, lo cual
supone el riesgo de que se enfríe el
sector y se pierda la oportunidad histórica
de lograr que esta energía limpia sea
también barata en menos de una década.
Greenpeace ha presentado
ante la Comisión Nacional de Energía
sus alegaciones al Decreto propuesto por el
Ministerio de Industria, en las que pide que
se eliminen los objetivos propuestos, no sólo
por resultar insuficientes para la capacidad
actual del sector fotovoltaico, sino porque
los objetivos no pueden convertirse en límites
para restringir el desarrollo. La fijación
de objetivos debería realizarse en
el contexto del Plan de Energías Renovables
2011-2020, que debe elaborarse este año,
y ante el cual Greenpeace propone un objetivo
del 50% de energías renovables para
la producción de electricidad.
Según los informes
de Greenpeace Renovables 2050 y Renovables
100%, la energía solar fotovoltaica
en edificios podría producir en la
España peninsular el doble de la electricidad
demandada en 2050, y los parques solares en
suelo hasta cinco veces. El coste de la electricidad
solar se habría reducido para entonces
en un 80%. El papel fundamental de la fotovoltaica
ha de ser el de aportar una generación
distribuida cercana a los puntos de consumo,
por lo que estos informes recomiendan aprovecharla
como parte de un sistema de generación
eléctrica 100% renovable.
NOTA: Alegaciones disponibles en la web www.greenpeace.es
+ Más
Greenpeace pregunta a Montilla
por qué la Generalitat no ha hecho
nada para proteger a la población de
la fuga de Ascó I
La organización pide al Presidente
que la Generalitat ponga en marcha un estudio
epidemiológico para la población
de alrededor de la central nuclear
25 julio 2008 - Barna, España
— Esta tarde en Ascó (Tarragona), durante
la primera visita institucional del Presidente
de la Generalitat, José Montilla, desde
que Greenpeace hizo pública la fuga
de partículas radiactivas en la central
nuclear Ascó I, la organización
ecologista ha desplegado una pancarta con
el mensaje “Nuclear: residuo del pasado”.
Greenpeace ha entregado a José Montilla
una carta en la que le pide que dé
explicaciones públicas de por qué
la Generalitat no hizo nada cuando detectó,
a través de la red REVIRA, la fuga
de partículas radiactivas desde Ascó
y por qué continúa paralizada.
La Red de Vigilancia Radiológica
(REVIRA), compartida por la Generalitat y
el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) realiza
cada diez minutos medidas radiológicas.
En los datos transmitidos a Greenpeace por
el CSN – datos que la Generalitat no ha enviado
a Greenpeace aunque está obligada por
ley -- los picos de radiactividad medidos
en dos estaciones (una está en la propia
central y la otra en la playa de Almadrava,
a unos 50 kilómetros) evidencian una
correlación entre los momentos en los
que arrancó el sistema de ventilación
normal del edificio de combustible y las emisiones
de radiactividad al medio ambiente detectadas
en ambas estaciones de la red.
Además, se comprueba
que la emisión más importante
de partículas radiactivas se produjo
a mediados de diciembre, cuando, una vez terminada
la recarga de combustible, se empezó
a descontaminar el sistema. Esto implica que
la radiactividad desprendida en la limpieza
fue emitida a la atmósfera, en lugar
de ser gestionada como un residuo.
Los gráficos de las
señales del detector muestran también
un constante incremento de la media de radiactividad
en el medio ambiente a lo largo de diciembre
de 2007, así como importantes picos
entre el 14 y el 19 de diciembre, a finales
de diciembre y principio de enero.
“Una simple revisión
de los datos de la red REVIRA hubiera permitido
concluir a los técnicos de la Generalitat
que se estaban produciendo fugas de radiación
al medio ambiente en noviembre, así
como en diciembre y enero” -ha declarado Anna
Rosa Martínez, delegada de Greenpeace
en Cataluña. “Hace falta que el Presidente
aclare inmediatamente si se produjo una negligencia
inadmisible o si hubo una ocultación
deliberada de los acontecimientos por parte
de la Generalitat, y que depure responsabilidades
a la luz publica”.
La inacción de la
Generalitat es más grave al hacerse
patente aquello que desde un inicio ha negado
la propia Generalitat, así como el
CSN y ANAV, el operador de la central, y que
han querido ocultar: que se ha tratado de
una fuga con un impacto radiológico
nada menospreciable: el 86% de las partículas
recogidas por el CSN el 9 de abril producían
una radiactividad suficiente para medir los
límites legales aplicables a miembros
del público en caso de contaminación
interna, y el 27% en el caso de los límites
aplicables a los trabajadores, que son veinte
veces superiores. Estos datos no incluyen
ni las partículas detectadas antes
de que Greenpeace hiciera pública la
fuga ni las que hicieron saltar el arco de
detección de radiación del vertedero
de la Selva del Camp, que recibió chatarra
contaminada de Ascó I.
Debido a la gravedad de los acontecimientos
ocurridos en Ascó, y la incapacidad
de reacción demostrada hasta el momento
por la Generalitat, Greenpeace pide al Presidente
que deje de intentar tranquilizar a la población
con un discurso sin base científica
y que se comprometa ante los vecinos de los
municipios del entorno de la central a:
1. Dar explicaciones de
por qué la Generalitat no reaccionó
inmediatamente ante las primeras fugas radiactivas
detectadas por la red REVIRA, lo que permitió
a la central repetir la liberación
intencionada de las partículas radiactivas
en las diversas operaciones de limpieza del
sistema de ventilación del edificio
del combustible.
2. Depurar las responsabilidades
técnicas y políticas de esta
omisión.
3. Hacer públicos
los datos recogidos por la red REVIRA, que
la Generalitat todavía no ha enviado
a Greenpeace, cuando estaba obligada a hacerlo
antes del 17 de julio, según la Ley
27/2006, de 18 de julio, por la que se regulan
los derechos de acceso a la información,
de participación pública y de
acceso a la justicia en materia medioambiental.
4. Dar a conocer a la población
las actuaciones que la Generalitat piensa
realizar para proteger a la población
y el medio ambiente de alrededor de Ascó
I de los efectos de la fuga. Estas medidas
tendrían que incluir el establecimiento
urgente de un estudio epidemiológico
de larga duración para determinar si
el incidente ha tenido repercusiones en la
salud de los trabajadores, visitantes y vecinos
de los municipios alrededor de la central,
que incluya análisis de los posibles
afectados con metodologías de detección
precisas.
5. Exigir al CSN que haga
pública la cantidad total de radiactividad
emitida durante los diferentes episodios.
6. Pedir que se retire a
ANAV la licencia de operar en ninguna central
nuclear de Cataluña.
7. Asegurar, de forma prioritaria,
el desarrollo de una estrategia energética
en Cataluña que permita cerrar las
tres peligrosas centrales nucleares con las
que cuenta y su sustitución efectiva
por energías renovables y la eficiencia
y el ahorro energético.
Durante la mañana
de hoy, Greenpeace ha entregado al Presidente
un ejemplar del informe Renovables 100%. Cataluña
en el acto de inauguración de un prototipo
de aerogenerador de 3 MW de Alstom Ecotècnia.
En esta ocasión, Greenpeace ha exhibido
una pancarta donde se leía “Energías
Renovables: Energía positiva”.
“Cataluña ya no se
puede permitir depender de unas centrales
nucleares peligrosas, envejecidas, mal gesionadas
y que van de parada en parada” -ha declarado
Anna Rosa Martínez. “Para llegar a
un sistema energético seguro, con garantia
de suministro y precios competitivos, basados
en energias renovables y en eficiencia energética,
hace falta librarnos de las centrales nucleares
y que no regresen nunca más ”.
Greenpeace pregunta a Montilla
per què la Generalitat no ha fet res
per protegir la població de la fuita
d'Ascó I
Greenpeace demana al President
que la Generalitat posi en marxa un estudi
epidemiològic sobre la població
de l'entorn de la central
Aquesta tarda a Ascó,
durant la primera visita institucional del
President de la Generalitat, José Montilla,
d'ençà que Greenpeace fes pública
la fuita de partícules radioactives
a Ascó I, aquesta organització
ecologista ha desplegat una pancarta que resa
“Nuclear: residu del passat”. Greenpeace ha
lliurat a José Montilla una carta en
què demana al President que doni explicacions
públiques de per què la Generalitat
no va fer res quan va detectar, a través
de la xarxa REVIRA, la fuita de partícules
radioactives des d'Ascó i per què
continua paralitzada tot i la seva magnitud.
La xarxa de vigilància
radiològica (REVIRA), compartida per
la Generalitat i el Consell de Seguretat Nuclear,
CSN, realitza cada 10 minuts mesures radiològiques.
En les dades trameses a Greenpeace el CSN
– dades que la Generalitat no ha fet arribar
a Greenpeace tot i estar-hi obligada per llei
--, els pics de radioactivitat mesurats en
dues estacions (una sonda que es troba a la
pròpia central i una altra a la platja
de l'Almadrava, a uns 50 kilòmetres)
evidencien una correlació entre els
moments en què va arrencar-se el sistema
de ventilació normal de l'edifici de
combustible i les emissions de radioactivitat
al medi ambient detectades en ambdues estacions
de la xarxa.
A més, es comprova
que l'emissió més important
de partícules radioactives va produir-se
a mitjans de desembre, quan, un cop acabada
la recàrrega del combustible, es va
començar a descontaminar el sistema
– la qual cosa implica que la radioactivitat
despresa en la neteja va ser emesa a l'atmosfera
enlloc de ser gestionada com un residu.
Igualment, les gràfiques
dels senyals dels detectors mostren també
un constant increment de la mitjana de radioactivitat
en el medi ambient al llarg de desembre de
2007, així com importants pics entre
el 14 i el 19 de desembre, a finals de desembre
i principis de gener.
“Una simple revisió
de les dades de la xarxa REVIRA hagués
permès concloure als tècnics
de la Generalitat que s'estaven produint fugues
de radiació al medi ambient en novembre,
així com al desembre i gener” -- ha
declarat Anna Rosa Martínez, delegada
de Greenpeace a Catalunya. “Cal que el President
aclareixi immediatament si es va produir una
negligència inadmissible o si hi va
haver una ocultació deliberada dels
esdeveniments per part de la Generalitat,
i que depuri responsabilitats a la llum pública”.
La inacció de la
Generalitat és més greu en tant
que la realitat ha fet palès allò
que des d'un començament han negat
tant la mateixa Generalitat com el CSN i ANAV,
l'operador de la central, han volgut ocultar:
que s'ha tractat d'una fuita amb un impacte
radiològic gens menyspreable: el 86%
de les partícules recollides pel CSN
entre el 9 d'abril i el produïen una
radioactivitat suficient com per superar els
límits legals aplicables a membres
del públic en cas de contaminació
interna – i el 27%, els aplicables als treballadors,
que són vint cops superiors. I aquestes
dades no inclouen ni les partícules
detectades abans que Greenpeace fes pública
la fuita ni les que van fer saltar l'arc de
detecció de radiació de la deixalleria
de la Selva del Camp que va rebre ferralla
contaminada d'Ascó I.
Donada la gravetat dels esdeveniments esdevinguts
a Ascó i l'esfereïdora incapacitat
de reacció demostrada fins ara per
la Generalitat, Greenpeace demana al President
Montilla que deixi d'intentar tranquil•litzar
a la població amb un discurs sense
base científica i que es comprometi
davant dels veïns dels municipis de l'entorn
de la central a:
1. Donar explicacions de
per què la Generalitat no va reaccionar
immediatament davant les primeres fuites radioactives
detectades per la xarxa REVIRA, la qual cosa
va permetre la central repetir l'alliberament
intencionat de les partícules radioactives
en les diverses operacions de neteja del sistema
de ventilació de l'edifici del combustible.
2. Depurar les responsabilitats
tècniques i polítiques d'aquesta
omissió.
3. Fer públiques
les dades recollides per la xarxa REVIRA,
que la Generalitat encara no ha enviat a Greenpeace,
tot i que estava obligada a fer-ho abans del
17 de juliol, segons la Llei 27/2006, de 18
de juliol, per la qual es regulen els drets
d'accés a la informació, de
participació pública i d'accés
a la justícia en matèria mediambiental.
4. Donar a conèixer
a la població les actuacions que la
Generalitat pensa emprendre per protegir la
població i el medi ambient de l'entorn
d'Ascó 1 dels efectes de la fuita.
Aquestes mesures haurien d'incloure l'establiment
urgent d'un estudi epidemiològic a
llarg termini per determinar si l'incident
ha tingut repercussions sobre la salut dels
treballadors, visitants i veïns dels
municipis de l'entorn de la central, que ha
d'incloure anàlisis dels possibles
afectats amb metodologies de detecció
precises.
5. Exigir al CSN que faci
pública la quantitat total de radioactivitat
emesa durant els diferents episodis.
6. Demanar que es retiri
a ANAV la llicència d'operar cap central
nuclear a Catalunya.
7. Assegurar, de forma prioritària,
el desenvolupament d'una estratègia
energètica a Catalunya que permeti
tancar les tres perilloses centrals nuclears
que s'hi ubiquen i la seva substitució
efectiva per energies renovables i l'eficiència
i l'estalvi energètics.
En aquest sentit, Greenpeace
el matí d'avui ha lliurat al President
un exemplar de l'informe Renovables 100%.
Catalunya en l'acte d'inauguració d'un
prototip d'aerogenerador de 3MW d'Alstom Ecotècnia.
En aquesta ocasió, Greenpeace ha exhibit
una pancarta en què s'hi llegia “Energies
Renovables: Energia positiva”.
“Catalunya ja no es pot
permetre dependre d'unes centrals nuclears
perilloses, envellides, malament gestionades
i que van de parada en parada” -ha declarat
Anna Rosa Martínez. Per assolir un
sistema energètic realment segur, amb
garantia de subministrament i preus competitius,
basat en energies renovables i en l'eficiència
energètica, cal deslliurar-nos de les
nuclears i que no tornin mai més”.