Un
año sin Basura Cero - 04 marzo 2009
- Buenos Aires, Argentina — Artículo
de opinión de Eugenia Testa, coordinadora
de la Unidad Política de Greenpeace
en relación al plan de gestión
de residuos del Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires durante la administración Macri.
El 2008 representó
un año de alarmantes retrocesos en
materia de gestión de residuos en la
Ciudad de Buenos Aires; el resultado: un pico
de crecimiento histórico en el porcentaje
de residuos enviados a entierro a la provincia
de Buenos Aires, llegando a cerca de un 15%
de incremento comparado a las toneladas de
residuos enviadas durante 2007.
A este dato debemos sumarle
un agravante: la Ciudad de Buenos Aires cuenta
con la Ley 1854 de Basura Cero, que establece
objetivos concretos de reducción de
los residuos que se envían a rellenos
a partir de la implementación de acciones
interdependientes y complementarias, a través
de las cuales la Ciudad debe asegurar la puesta
en marcha de un sistema que comprende la administración
en la generación, la disposición
inicial selectiva, la recolección diferenciada,
el transporte, el tratamiento y transferencia,
el manejo y aprovechamiento de los residuos.
Hoy el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
desconoce la Ley y no la implementa.
Desde que asumió
la jefatura de gobierno Mauricio Macri y su
ministro de Ambiente y Espacio Público,
Juan Pablo Piccardo, no solo han desestimado
el alcance de la Ley 1.854, sino que yendo
un paso más allá, han sentenciado
el fracaso de la norma que apenas había
sido puesta en marcha 5 meses antes del cambio
de gestión, y culpó a los vecinos
y a las organizaciones no gubernamentales
de dicho fracaso.
Es así que todas
las medidas adoptadas por el Gobierno de la
Ciudad en materia de gestión de residuos
durante 2008 han sido contrarias a la ley
vigente en la Ciudad: interrupción
y marcha atrás del proceso de doble
contenerización; desaliento de la separación
domiciliaria de residuos; disolución
de la Comisión de Seguimiento de la
implementación de la Ley de Basura
Cero que funcionaba desde julio de 2007; la
firma de un acuerdo para la construcción
de dos nuevos rellenos sanitarios en la provincia
con el objetivo de seguir enviando los residuos
de la Ciudad, sin ningún compromiso
por parte del gobierno porteño en reducir
las cantidades actuales ni de cumplir con
la normativa vigente en la materia; desvalorización
del verdadero alcance de campañas de
comunicación y educación acerca
de la separación en origen de residuos
( sin embargo suplantadas por la campaña
“Jugá Limpio”, carente de objetivos
y de sentido) y la desarticulación
del sistema de recolección diferenciada
establecida por los actuales contratos con
las empresas recolectoras de residuos, por
nombrar algunas de ellas.
Pero como todas estas medidas
no le fueron suficientes al ejecutivo porteño
en su intento por sepultar la Ley de Basura
Cero, hacia septiembre de 2008 presenta ante
la Legislatura un proyecto de ley para la
elaboración del pliego para los nuevos
contratos con las empresas recolectoras de
residuos. Intentando acertar con un tiro final
a la Ley, el proyecto oficial que actualmente
está en la Legislatura, pretende perpetuar
por 10 años un sistema de enterramiento
masivo de residuos, basado en la desarticulación
de la Ley de Basura Cero y en un criterio
de facturación que premia económicamente
la generación y el entierro indiscriminado
de residuos, lo que generará más
basura en Buenos Aires y más toneladas
a ser enterradas en la provincia.
Lejos de aceptar las sugerencias
de la oposición en la Legislatura y
de las organizaciones sociales, el Gobierno
de la Ciudad, modificó el proyecto
superficialmente transformándolo en
un “frankestein” más impresentable
que la primera versión.
A pesar de que durante su
campaña electoral para Jefe de Gobierno
porteño Mauricio Macri defendió
la aplicación de la Ley de Basura Cero;
y que la norma fue votada en 2005 por la actual
vicejefe de gobierno, Gabriela Michetti, y
también por actuales legisladores del
PRO como Diego Santilli y Marcelo Godoy; esta
es la situación al día de hoy
de la Ley que otrora votaron y defendieron.
Durante el año 2008
y más allá de la readecuación
acorde a la Ley 1854 de los contratos vigentes
a principios del 2007, que obliga a las empresas
a cumplir con circuitos de recolección
y contenerización diferenciada, el
Gobierno porteño ha hecho hasta lo
imposible por no cumplir la Ley, los contratos
vigentes que se han extendido por una año
más obligan al Gobierno de la Ciudad
a cumplir la Ley y a exigir a las empresas
que lo hagan.
Hoy la Legislatura porteña
tiene el deber de aprobar un proyecto de ley
para la elaboración de los contratos
con las empresas acorde a lo que establecen
las leyes que la misma Legislatura votó
y aprobó.
Las cifras de enterramiento
de basura de la CEAMSE durante el 2008 dan
cuenta que lo que le falta a Buenos Aires
es una correcta gestión de residuos:
va a estar bueno Buenos Aires si repasan la
letra de la Ley de Basura Cero y empiezan
a cumplirla.