25 junio 2009
- DF, México — Disfrazados de servidores
públicos, activistas ejemplificaron
cómo el gobierno mexicano pone a merced
de la empresa agrobiotecnológica Monsanto
la riqueza genética del maíz
a cambio de los 200 millones de dólares
que ésta ha prometido invertir en México
Organizaciones de productores,
ambientalistas y de derechos humanos integrantes
de la campaña nacional “Sin maíz
no hay país” realizaron una protesta
en la residencia oficial de Los Pinos y entregaron
un documento en el que exigen a el jefe del
ejecutivo, Felipe Calderón Hinojosa,
no autorizar la siembra de maíz transgénico
en México.
Disfrazados de servidores
públicos, ejemplificaron cómo
el gobierno mexicano pone a merced de la empresa
agrobiotecnológica Monsanto la riqueza
genética del maíz a cambio de
los 200 millones de dólares que esta
empresa ha prometido invertir en México
si se permite la liberación de su maíz
transgénico.
Aunque los funcionarios
argumentan que la inversión de recursos
beneficiaría a la economía mexicana
y que los transgénicos resolverán
los problemas del campo, la realidad es que
al abrirle la puerta a la siembra experimental
de maíces transgénicos, el gobierno
federal expone la producción maicera
del país a un alto riesgo de contaminación.
“México es centro
de origen y diversidad del maíz, uno
de los granos fundamentales para la seguridad
alimentaria del mundo, y tenemos la responsabilidad
de cuidar ese importante patrimonio. Esa es
la primera razón para rechazar el maíz
transgénico”, señalaron las
organizaciones.
Los denunciantes entregaron
a elementos de la guardia mayor presidencial
mazorcas con la leyenda “El maíz mexicano
se defiende” y al Ejecutivo una carta en la
que le preguntan cuánto vale la soberanía
alimentaria y los 10 mil años de conocimiento
indígena y campesino aplicado al cultivo
del maíz, nuestro principal alimento,
frente a los intereses de las grandes empresas
que detentan la patente del maíz transgénico.
La protesta se da en el
marco de la posible aprobación de las
25 solicitudes de siembra de maíz transgénico
presentadas por Monsanto, Dow Agrosciences
y Pioneer, y en ese sentido la carta entregada
a Calderón demanda transparencia en
el proceso de consulta pública que
se lleva a cabo actualmente.
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Sin gloria y con pena, concluye
reunión del MEF en México
24 junio 2009 - Jiutepec,
Morelos, México — La organización
ambientalista expresó su decepción
por la falta de seriedad con la que los países
más ricos y que más contribuyen
al cambio climático global abordan
el tema del cambio climático
Sin ningún acuerdo
relevante, marcado por una total falta de
transparencia y por el hermetismo, concluyó
la reunión del MEF y G8, que tenía
como objetivo la integración de acuerdos
y destrabar las negociaciones en torno al
cambio climático, rumbo a las reuniones
de jefes de Estado del G8 en L’Aquila, Italia,
en julio próximo y de Copenhague, en
diciembre, criticó Greenpeace.
La organización ambientalista
expresó su decepción por la
falta de seriedad con la que los países
más ricos y que más contribuyen
al cambio climático global (1) están
abordando el tema del cambio climático.
“La reunión del MEF
en México puede resumirse como otra
ronda de discusiones sin ningún tipo
de compromiso contundente por parte de las
naciones participantes respecto a la necesidad
de adoptar acciones inmediatas y definitivas
para enfrentar el cambio climático”,
dijo Gustavo Ampugnani, de Greenpeace Internacional.
La protección del
clima necesita un compromiso por parte de
los países desarrollados para realizar
recortes profundos en sus emisiones y brindar
asistencia técnica y financiera a los
países en desarrollo para que adopten
tecnologías que permitan usar las fuentes
renovables de energía, detengan la
deforestación y se adapten al cambio
climático.
“Lamentablemente, dado el
hermetismo de la reunión del MEF, no
sabemos a ciencia cierta cuáles son
los acuerdos entre los países participantes.
Ahora viene el turno del G8, que se reunirá
en dos semanas en Italia. La única
forma en que estos países pueden contribuir
a construir la confianza y liderear la lucha
contra el cambio climático es a través
de su compromiso para recortar sus emisiones
de CO2 de forma agresiva y financiar las acciones
de mitigación contra la deforestación
y adaptación de los países en
desarrollo”, agregó Ampugnani.
“La administración
del presidente Obama tiene cinco meses para
renovar su compromiso y seguir lo indicado
por la ciencia para detener el cambio climático.
Aún falta que el país mi país
demuestre un mayor liderazgo y esperamos que
Obama cumpla con su promesa de campaña
de detener el cambio climático”, dijo
Daniel Kessler, de Greenpeace Estados Unidos.
El fondo verde, si no es
obligatorio no sirve
Respecto al anuncio del
Fondo Verde, nuevamente promovido por parte
del presidente Felipe Calderón, Greenpeace
dijo que la principal debilidad de esta propuesta
radica en que el fondo financiero para el
cambio climático debe ser un instrumento
financiero y económico de carácter
obligatorio, que exprese la corresponsabilidad
entre todos los países, desarrollados
y no desarrollados. Además, aún
carece de mecanismos que aseguren que los
países aportarán la cantidad
de dinero requerida para enfrentar el cambio
climático.
Para Greenpeace, las acciones
de mitigación, adaptación, combate
a la deforestación y transferencia
de tecnologías limpias necesarias para
evitar un cambio climático peligroso
deben ascender a 140 mil millones de dólares
anuales, al menos hasta 2020.
La propuesta mexicana es
una de tantas que están a discusión
en las negociaciones sobre cambio climático
que tendrán su clímax en diciembre
próximo en Copenhague. Junto con la
mexicana, la propuesta presentada por Noruega
también aparece como favorita, sobre
todo por el mecanismo que propone para generar
recursos de forma automática a través
de una subasta internacional de permisos de
emisión por el cual deberían
pagar los países que los requieran.
Firma aquí para exigirle
al gobierno de Felipe Calderón que
se comprometa en Copenhague y Píntale
la raya al cambio climático.
— Greenpeace México
Notas:
1. Estados Unidos, Japón, Alemania,
Francia, Canadá, Reino Unido, Rusia,
Italia, países integrantes del G8,
emiten cerca del 50 por ciento de las emisiones
mundiales de bióxido de carbono (CO2),
pese a albergar a sólo 13 por ciento
de la población del planeta.