06 noviembre
2009 - DF, México — Contraponen metas
de reducción de emisiones con apoyo
a energías sucias; se mantiene la tendencia
a perder la independencia en este rubro
El proyecto de Presupuesto
de Egresos de la Federación 2010 destina
los recursos en apoyo de una política
energética basada en el petróleo
cuya disponibilidad es cada vez menor, en
el gas natural que es importado y en tecnologías
peligrosas y causantes del cambio climático
como la nuclear, lo que pone en riesgo la
seguridad e independencia energética
del país.
De acuerdo con las cifras
del proyecto de presupuesto se proponen hasta
siete veces más recursos al desarrollo
de la energía nuclear que a la ampliación
de la participación de las fuentes
de energía renovables como la eólica
o la solar en la matriz energética
de México, denunció Greenpeace
México.
Para labores de instrumentación
y cumplimiento de programas, proyectos y acciones
destinados a promover el uso eficiente de
la energía, el impulso a la energía
renovable y el impulso para la adopción
de estándares internacionales de emisiones
vehiculares, el ejecutivo federal ha proyectado
un presupuesto de sólo $63,581,985
y particularmente para la investigación
y desarrollo tecnológico en energías
renovables no se detectó ningún
recurso presupuestal programado.
En contraste, para otros
organismos que no coadyuvan a la transición
energética que requiere México,
se contemplan montos mucho mayores: $108,428,028
para la Comisión Nacional de Seguridad
Nuclear y Salvaguardas; $477,488,036 para
el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares.
Asimismo, se sigue apoyando a la Comisión
Nacional de Hidrocarburos, con un monto $60’000,035
a pesar de que los costos de dichos recursos
serán cada vez más elevados.
Por ello, Greenpeace lanzó
un exhorto a los legisladores a redistribuir
este gasto programado en energías convencionales
y peligrosas hacia proyectos destinados a
ampliar la generación con energías
sustentables, pues de otra forma, el país
continuará perdiendo su soberanía
energética y fomentando un cambio climático
catastrófico.
"Es necesario que ahora
que el Congreso ha iniciado las discusiones
respecto al Presupuesto de Egresos, se destinen
mayores recursos a promover el aprovechamiento
de energías renovables en nuestro país
y disminuir el gasto en fuentes de energía
sucias e insostenibles. La inversión
en tecnologías limpias ha demostrado
que además de tener impactos positivos
en el medio ambiente, incentiva la innovación
tecnológica, la inversión, y
la generación de nuevos empleos tan
necesarios en estos tiempos, pero este cambio
de política energética no se
vislumbra en el presupuesto para el 2010.
Además, en otros países como
España y Chile, las energías
renovables han tenido un crecimiento sin precedentes
gracias a que sus gobiernos las han incentivado
fiscalmente", señaló María
José Cárdenas, coordinadora
de la campaña de cambio climático
y energía de Greenpeace.
Por su parte, Rubén
Dorantes del departamento de energía
de la Universidad Autónoma Metropolitana
recalcó que el gobierno mexicano ha
manifestado como sus principales objetivos
del sector energético para 2010 básicamente
tres aspecto: garantizar la seguridad energética
del país, diversificar las fuentes
primarias de energía a través
de fuentes primarias renovables y del uso
eficiente de la energía y mitigar las
emisiones de gases de efecto invernadero.
Al respecto, afirmó,
no existe una definición oficial de
lo que representa para el gobierno mexicano
y para la Secretaría de Energía
la seguridad energética y si no se
define claramente es imposible alcanzar este
objetivo.
“Seguridad energética
es un concepto clave de la seguridad nacional
de cualquier nación para asegurar una
condición permanente de libertad, paz,
desarrollo y justicia social a través
de implementar un conjunto de políticas
y de estrategias que aseguren el suministro
permanente de recursos energéticos
primarios y secundarios a la población,
procurando que estos tengan un origen nacional,
diversificado y de larga duración,
con la mayor estabilidad de precios posible
en el tiempo y que estos recursos permitan
realizar su transformación de manera
eficiente, de acuerdo con el nivel tecnológico
disponible en el país.
Además su uso debe
constituir el menor riesgo posible para la
población, procurando el menor impacto
ambiental posible a lo largo de toda su cadena
de transformación y con base en estos
principios, la propuesta del gobierno mexicano
esta muy mal planteada para garantizar la
seguridad energética”, concluyó
Dorantes.
Coincido con Greenpeace
en que el proyecto de presupuesto del gobierno
mexicano en materia de energía esta
mal orientado y contradictorio en cuanto a
sus objetivos y los recursos destinados hacia
sus alcances.
A menos de un mes de que
inicie la Cumbre del Clima en Copenhague,
la organización ambientalista hizo
un llamado para exigir que el gobierno mexicano
asuma compromisos concretos en materia energética,
tales como una meta de 11% de participación
de renovables en la generación eléctrica
para 2012 (1), en concordancia con su aspiración
de ser un actor sobresaliente en la lucha
internacional contra el cambio climático.
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De acuerdo con el Inventario
Nacional de Gases de Efecto Invernadero 2006
(2), el sector de la generación de
energía contribuye con el 27.3 por
ciento de dichas emisiones, basada principalmente
en hidrocarburos (89.1 por ciento), en donde
el gas natural (46.7 por ciento) y el combustóleo
(20.1 por ciento) tienen la mayor participación.
“Si México quiere
ser un líder mundial en la lucha contra
el calentamiento global, debería dejar
de invertir recursos en planes de construcción
de nuevas carboeléctricasEs posible
que tu navegador no permita visualizar esta
imagen. para justificar la continuidad en
el uso de este combustible tan sucio",
añadió Cárdenas.
Respecto al gas natural,
México ocupa el 12º lugar en el
consumo de este hidrocarburo a nivel mundial,
el cual es importado principalmente de Estados
Unidos. Aunque éste es considerado
un combustible de transición energética,
se espera que la demanda de gas natural crezca
a una tasa anual promedio de entre 5 y 6 por
ciento entre 2010 y 2013 lo que también
pondría en riesgo la seguridad energética
de México al ser un combustible proveniente
de otro país.
Si México tiene capacidad
suficiente para abastecerse y tiene todos
los recursos renovables disponibles, ¿por
qué incentivar la generación
mediante gas natural si se trata de un combustible
que se prevé tendrá costos elevados,
que además es insuficiente y un combustible
fósil que agudiza el problema del calentamiento
global?, concluyó Cárdenas.