23 diciembre 2009 - DF,
México — Nuestros cuatro héroes
del clima pagarán con su libertad la
máxima afrenta que pudo haber ocurrido
en Copenhague: exigir que los políticos
salvaran el clima; esta mañana activistas
de Greenpeace exigieron la libertad inmediata,
en una protesta pacífica, fuera de
la embajada de Dinamarca en México
En la víspera de
la Nochebuena, treinta activistas de Greenpeace
acudieron a la embajada de Dinamarca en México
para exigir la liberación de los cuatro
activistas de la alfombra roja que fueron
detenidos en Copenhague, durante la recepción
oficial ofrecida a los Jefes de Estado que
asistieron a la Cumbre del Clima.
Con la leyenda “¡Libertad
a los héroes del clima!”, los activistas
acudieron a la sede diplomática dónde
la directora ejecutiva de esta organización
ambientalista en México, Patricia Arendar,
entregó una carta dirigida al embajador
Johannes Dahl-Hansen en la que se le exige
la liberación urgente de los activistas
presos desde hace una semana.
Uno de los activistas caracterizado
como Hamlet, el príncipe de Dinamarca
de la famosa obra de Shakespeare, recitaba
el siguiente texto: “Algo huele a podrido
en Dinamarca… Desde hace siete días
cuatro activistas de Greenpeace permanecen
arrestados en aquel país por demandar
a los jefes de estado del mundo mayores esfuerzos
para evitar un caos climático. Después
del fracaso de la Cumbre del Clima de Copenhague,
Greenpeace exige la liberación de los
héroes del clima y un acuerdo legalmente
vinculante que aleje al mundo de un cambio
climático catastrófico” (Hamlet,
adaptación de Greenpeace).
“Mientras los culpables
del fracaso de la reunión de Copenhague,
que es el verdadero crimen que nos puede llevar
a un caos climático, están en
libertad, las autoridades danesas han detenido,
sin juicio, a estos cuatro activistas pacíficos,
apartándolos de sus hogares y sus familias
durante todas las fiestas de fin de año”,
denunció Patricia Arendar.
Los detenidos: Juan López
de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace
España; Nora Christiansen, de Noruega;
Chrigi Schmutz, de Suiza; y Joris Thijssen,
de Holanda, se encuentran privados de su libertad
desde el pasado 17 de diciembre por desplegar
dos pancartas con la leyenda “Los políticos
hablan, los líderes actúan”.
Esperamos que el gobierno
mexicano, como anfitrión de la 16ª
Conferencia de las Partes de la Convención
Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático
(COP-16) en el 2010, no siga el ejemplo del
gobierno danés actuando de manera represiva
y que, por el contrario, impulse un acuerdo
climático justo, ambicioso y vinculante
que obligue a las naciones industrializadas
a reducir en al menos un 40 por ciento sus
emisiones de gases de efecto invernadero para
evitar condenar al mundo a padecer los efectos
catastróficos del cambio climático.
Quedan cinco días
para salvar el clima
Greenpeace cree que es posible
llegar a un acuerdo en la cumbre climática
si se dialoga sobre dos textos: la modificación
del Protocolo de Kioto y un nuevo protocolo
de Copenhague - 14 diciembre 2009 - España
— La última semana de negociaciones
arranca con una buena noticia: el acuerdo
que puede evitar los peores efectos del cambio
climático es posible. Ahora mismo hay
dos textos sobre la mesa de negociación,
uno para modificar el Protocolo de Kioto y
otro para acordar un nuevo protocolo, el de
Copenhague. Éste último ha de
contemplar el resto de cuestiones que no están
recogidas en Kioto y ha de vincular legalmente
a Estados Unidos a unos compromisos equivalentes
a los del Anexo 1 de Kioto.
Greenpeace considera que
hay tiempo para alcanzar un buen acuerdo,
sólo es necesario que los ministros
discutan sobre la base de estos dos textos,
alcancen un acuerdo sobre los elementos clave
y, posteriormente, se plasme en un documento
con lenguaje jurídico.
Para lograrlo, según
la organización ecologista, es necesario
que los países industrializados den
el primer paso y cumplan, aunque con retraso,
las promesas que hicieron en la cumbre de
2008 en Poznan (Polonia): establecer un objetivo
conjunto de reducción de emisiones
(prometieron hacerlo en marzo de 2009). Para
ello tienen que fijar la parte del esfuerzo
que va a asumir cada país para alcanzarlo
(prometieron hacerlo en junio). Sólo
así va a ser posible recuperar la confianza
de los países en desarrollo y proceder
de una forma constructiva con las negociaciones.
Temas pendientes de resolver
Hay tres temas decisivos
para lograr el éxito o fracaso de esta
cumbre:
?Objetivos de reducción
de emisiones: el actual objetivo conjunto
de los países desarrollados para reducir
sus emisiones de gases de efecto invernadero
entre el 10-17% para 2020, basado en los niveles
de 11000, es irrisorio. Necesita incrementarse
hasta el 40%. En los documentos que hay actualmente
sobre la mesa se está debatiendo un
margen en las reducciones entre el 30 y el
45%, que son los que entran en coherencia
con lo que pide la ciencia. Además,
los países en desarrollo deben desviarse
significativamente de su ritmo de crecimiento
de emisiones.
?Financiación: hacen
falta compromisos a largo plazo para alcanzar
los 110.000 millones de euros anuales necesarios
para financiar las actuaciones climáticas
en los países en desarrollo, tanto
para adaptación como para mitigación,
como para acabar con la deforestación
tropical en 2020.
?Un acuerdo legalmente vinculante:
hay propuestas sobre la mesa para alcanzar
un Protocolo de Kioto enmendado y un Protocolo
de Copenhague. Es vital para la supervivencia
de millones de personas que estos dos documentos
se conviertan en los dos textos legalmente
vinculantes que deben enmarcar la lucha internacional
contra el cambio climático para los
próximos años.
"Los países
industrializados no pueden seguir rebajando
la ambición de los textos que hay sobre
la mesa. Todas las opciones para el éxito
están contempladas en los borradores,
así que lo único que hay que
hacer es escoger las opciones alineadas con
la ciencia y asegurar el futuro del planeta”,
ha declarado Aida Vila, responsable de la
campaña Cambio climático y Energía
de Greenpeace. “Es el momento que hemos esperado
durante dos años. El mundo entero está
pendiente y eludir la responsabilidad no es
una opción aceptable".
Esta mañana los cuatro
jinetes del Apocalipsis han llegado a Copenhague
para recordar a los líderes lo que
está en juego en la cumbre climática
si no emprenden acciones urgentes contra el
cambio climático y obtienen un acuerdo
justo, ambicioso y legalmente vinculante.
Los cuatro caballos representan el Hambre,
la Enfermedad, la Guerra y la Muerte – impactos
severos e interrelacionados de un cambio climático
sin freno. Han rodeado el Parlamento danés
y han recorrido las calles de Copenhague para
recordar el negro futuro al que nos enfrentamos
si los líderes mundiales no afrontan
de forma decidida la crisis climática.