Greenpeace recibió
con gusto la decisión de Burger King
de cancelar sus contratos
con el productor de aceite de palma Sinar
Mas, uno de los peores destructores de selvas
tropicales del planeta.
Zoom Área recién
deforestada por Sinar Mas en Sumatra Central,
Indonesia.
Las propias auditorias de Sinar Mas demostraron
que la empresa ha violado la ley de Indonesia
al deforestar zonas de turberas y más
bosques sin los permisos necesarios. Esto
demuestra una vez más que este corporativo
se ha dedicado a hacer maquillaje verde.
Burger King publicó
en Facebook su decisión de cancelar
sus contratos con Sinar Mas: "Creemos
que el informe ha suscitado preocupaciones
válidas sobre algunas de las prácticas
de sustentabilidad en la producción
de aceite de palma de Sinar Mas y su impacto
en la selva. Estas prácticas son incompatibles
con nuestros compromisos de responsabilidad
corporativa. Como resultado, hemos decidido
ya no comprar aceite de palma de Sinar Mas
o sus subsidiarias".
Al realizar esta acción,
Burger King se une a empresas como Nestlé,
Kraft y Unilever que ya han cesado sus contratos
directos con Sinar Mas debido a sus prácticas
destructivas. Empresas como Cargill, Pizza
Hut y Dunkin 'Donuts deberían seguir
el ejemplo de Burger King y eliminar a Sinar
Mas de sus cadenas de suministro.
El Gobierno de Indonesia
no debe permitir que grupos industriales como
Sinar Mas continuen destruyendo la masa forestal
de este país y lo expongan a más
cambio climático. La moratoria impuesta
por el gobierno incluye el cese de todas las
actividades de tala de bosques y selvas, incluso
dentro de las concesiones existentes, y garantizar
la protección inmediata de todas las
turberas.
+ Más
¡Paren las siembras
de maíz transgénico!
Incumplimiento de métodos
de bioseguridad y monitoreo, falta de registro
de las acciones de control y seguimiento experimental,
conflicto de interés y no incineración
del maíz transgénico cultivado
son algunas de las violaciones a la Ley de
Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados (LBOGM) y al Código Penal
Federal (CPF) detectadas en las primeras siembras
experimentales de maíz transgénico
en Chihuahua, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas,
por lo que Greenpeace presentó ante
la Profepa una denuncia exigiéndole
que gestione la cancelación de los
permisos emitidos para sembrar maíz
transgénico.
Zoom Campos de siembras
experimentales en Chihuahua.
Esta organización ambientalista cuenta
con un documento que le fue remitido por la
Procuraduría Federal de Protección
al Ambiente (Profepa) en el que reconoce la
existencia de presuntas anomalías en
123 puntos inspeccionados, sólo en
el estado de Sinaloa.
“Esto es lo que sucede tan
sólo en un estado, lo cual resulta
aún más alarmante si consideramos
que no existe un programa de verificación
a nivel nacional de los 24 permisos de liberación
al ambiente de maíz genéticamente
modificado (GM) emitidos por la Secretaría
de Agricultura”, expresó Aleira Lara,
coordinadora de la campaña de agricultura
sustentable y transgénicos de Greenpeace.
Por otra parte, en respuesta
a solicitudes de información realizadas
por la organización a través
de la Ley Federal de Transparencia, el Servicio
Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria
(Senasica) y el Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap)
proporcionaron la siguiente información:
•Senasica reportó
que las siembras solicitadas por la empresa
Pioneer-PHI México, no se efectuaron
en el predio destinado para tal fin.
•En tanto, el Inifap dio a conocer que no
participó en las siembras autorizadas
en los estados de Sonora, Sinaloa, Tamaulipas
y Chihuahua, a pesar de que en las solicitudes
de las empresas y los dictámenes de
los permisos señalan que la siembra
experimental se realizará en los campos
del instituto, y de que la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (Conabio) recomendó que
la experimentación, sin excepción
alguna, debía realizarse dentro de
terrenos responsabilidad de las instituciones
públicas de investigación agrícola
de México, con el propósito
de que el gobierno mexicano asuma la total
responsabilidad respecto a las liberaciones
y a su desempeño seguro.
Las siembras se llevaron a cabo en terrenos
privados de agricultores cooperantes de las
empresas.
Otra evidencia de que no
se está cumpliendo con los requerimientos
de ley en esta etapa de las siembras es que
las empresas que están experimentado
con maíz transgénico: Monsanto,
Dow AgroSciences y Pioneer-PHI México,
tomaron la determinación de violar
la condicionante al permiso otorgado relativa
a: “Destruir en el mismo predio por medio
de incineración (inmediatamente después
de haber concluido el ensayo) todo el material
que se haya derivado de la experimentación”
y en su lugar, trituraron y enterraron los
materiales.
También cabe señalar
que en el estado de Chihuahua, uno de los
predios en el que la empresa Pioneer solicitó
permiso de siembra experimental de maíz
transgénico pertenece al secretario
de desarrollo rural del Estado, Ramón
Cadena Payán, quien finalmente desistió
de la siembra.
Aunado a las irregularidades
reportadas, aún no se cuenta con la
Norma Oficial Mexicana (NOM) que establece
que la empresa solicitante deberá informar
a la Secretaría de Agricultura “mediante
un reporte, los resultados de la o las liberaciones
realizadas en relación con los posibles
riesgos para el medio ambiente y la diversidad
biológica”, que mandata el artículo
46 de la LBOGM.
“Ante tantas anomalías
los resultados de esta etapa no son confiables
ni pueden darse por válidos como referencia
de la inexistencia de riesgos o de los beneficios
de este tipo de cultivos, como pretenden hacer
creer las empresas, por lo que no puede hablarse
de la posibilidad de avanzar en el otorgamiento
de permisos para las siembras piloto. Cualquier
solicitud que presenten las empresas debe
ser denegada en estos momentos ante la falta
de certidumbre jurídica que impera
en materia de bioseguridad para el centro
de origen y diversidad de dicho cultivo”,
explicó María Colín,
asesora legal de Greenpeace.
El gobierno mexicano está
obligado a cumplir y hacer cumplir la ley
para preservar el maíz, nuestro principal
alimento. La experimentación de maíz
transgénico es una farsa. Lo que han
hecho hasta el momento no es suficiente para
obtener conclusiones y escalarlo a la fase
piloto sin medidas de contención y
poniendo en mucho mayor riesgo de contaminación
nuestra gran variedad de maíces mexicanos.