Las negociaciones internacionales
por el clima han comenzado en Cancún,
México y mucha gente está minimizando
las oportunidades de un movimiento significativo
sobre un tratado obligatorio para salvar el
clima. Mientras algunos están enfatizando
la inflexibilidad de algunos gobiernos y prediciendo
mares agitados delante para el proceso de
la ONU, para mí, es importante que
remarquemos lo que se puede hacer en Cancún
para crear un ímpetu positivo.
Los orangutanes son víctimas
de la destrucción de los bosques en
Indonesia.
Por Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace
Internacional
Un área en la que
esperamos acción en Cancún es
acordar un mecanismo que ayude a terminar
con la destrucción de los bosques.
La destrucción del bosque tropical
es responsable de cerca de la quinta parte
de las emisiones de gases de efecto invernadero,
- más que las emisiones generadas por
todos los autos del mundo, aviones y trenes
juntos.
El programa que ha sido
negociado para terminar con la deforestación
es conocido como REDD (Emisiones Reducidas
por Degradación y Deforestación)
por sus siglas en inglés, acuerdo que
beneficiaría la biodiversidad, a las
personas y al clima. Un mal acuerdo permitiría
a las corporaciones utilizar las demandas
de protección forestal para esconder
su rechazo a reducir sus emisiones a niveles
más seguros.
He aquí un ejemplo
de lo que está en juego en estas negociaciones:
Noruega e Indonesia han propuesto un plan
que tiene el potencial de ser un punto de
referencia para futuros acuerdos para reducir
las emisiones de gases de efecto invernadero
mediante la protección de los bosques
naturales de Indonesia y turberas ricas en
carbono.
Esta sería el REDD
en acción, y si las normas son correctas,
podría ser un gran éxito. Algunos
de los elementos básicos del acuerdo
son alentadores, tales como su enfoque en
la prestación de reducciones de emisiones,
lo que significa que el ahorro de emisiones
no va a compensar la contaminación
en otras parte del mundo en forma de compensaciones
de carbono; una moratoria sobre nuevas concesiones
para convertir los bosques en tierras agrícolas;
procesos transparentes; la entrega de las
reducciones a nivel nacional y sistemas de
control independientes.
Sin embargo, la nueva moratoria
no cubrirá las millones de hectáreas
de bosques ya programadas para ser destruidas.
Es más, como se muestra en el informe
reciente de Greenpeace, "REDD Alerta:
Protección de dinero", este programa
se enfrenta a riesgos graves como el de las
industrias involucradas, que pretenden destruir
los bosques con los mismos fondos de REDD.
En Indonesia, por ejemplo, hay un impulso
para reclasificar la definición de
los bosques con el fin de desviar fondos,
destinados a su protección, hacia prácticas
destructivas, una visión de negocios,
como es costumbre.
Esto significa que grandes
destructores de los bosques, como el Grupo
Sinar Mas APP (Asia Pulp and Paper) que ha
estado durante mucho tiempo en nuestro radar
por sus prácticas de negocio infame,
podrían obtener luz verde para seguir
destruyendo los bosques, en lugar de una luz
REDD que significa no más negocios
a expensas del planeta.
Esto es lo que Greenpeace
cree que los gobiernos deben hacer para establecer
un marco para la protección de los
bosques tropicales:
1. Establecer una ventana
de bosques en el marco del Fondo Climático.
Como he dicho, los países deben ponerse
de acuerdo sobre un mecanismo para reducir
las emisiones de deforestación en los
países en desarrollo. La financiación
de REDD debe estar dirigida hacia un nuevo
fondo mundial y no compensar a los mercados
que permiten a los contaminadores seguir contaminando
mediante la compra de bonos de carbono. Dado
que no hay suficiente dinero, ahora se comprometió
a los países en desarrollo para hacer
frente a la adaptación al cambio climático,
lo que hace que el REDD sea más importante
que nunca.
2. Adoptar los principios
de salvaguardar la biodiversidad y la integridad
de los bosques naturales como un marco para
la acción. Esto debe incluir la protección
y el respeto de los derechos de los pueblos
indígenas, y cumplir con las leyes
y obligaciones internacionales, tales como
la Declaración de las Naciones Unidas
para los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Los bosques son más que depósitos
de carbono, son el hogar de una gran variedad
de vida. Un acuerdo en Cancún debe
incluir requisitos para supervisar, informar
y verificar los impactos de los regímenes
de protección de los bosques sobre
la biodiversidad, los pueblos indígenas
y comunidades locales.
3. Establecer a nivel nacional
la reducción de la deforestación.
Proyectos sub-nacionales, que reparten los
bosques en diferentes secciones, sólo
cambia la deforestación de una parte
del país a otra (a través de
una frontera internacional). Un acuerdo de
REDD en Cancún debe establecer una
estrategia que se centre en poner fin a la
deforestación a nivel nacional en los
países donde la destrucción
de más bosques está sucediendo,
y evitar el aumento de la destrucción
en los países con grandes bosques en
peligro.
Hace poco estuve en Indonesia
y fuí testigo de primera mano de las
cicatrices de la tierra causada por la tala
de bosques masiva. Si no detenemos la deforestación
aquí, no vamos a resolver el cambio
climático. Es por eso que los negociadores
en Cancún debe dar luz verde a un fuerte
acuerdo de REDD ahora.