Greenpeace anunció
que iniciará una campaña para
asegurar que las medidas se conviertan en
vinculantes y asi evitar los incumplimientos
de los acuerdos. Aseguraron,
además, que seguirán trabajando
para asegurar el uso sustentable de los recursos
marinos y la protección del ecosistema.
Sin consenso terminaron
las negociaciones en la pre-conferencia preparatoria
para la adopción de una Organización
Regional de Administración Pesquera
en el Pacífico Sur [ORAP-PS]. En la
oportunidad los países partes presentes
no lograron ponerse de acuerdo en las medidas
interinas para la protección del jurel,
principal pesquería del pacífico
sudeste y en la cual se concentraron las negociaciones.
Las medidas impulsadas por
la situación de crisis que vive el
recurso, el cual, según el reporte
del grupo de trabajo científico se
encuentra en su nivel más bajo desde
el 2001, a sólo un 21% de su biomasa
al principio del siglo 21.
Los países que estuvieron
negociando un texto de medidas interinas –hasta
que se cree la convención de conservación
para la conservación y manejo de los
recursos pesqueros en alta mar en el pacífico
sur- las cuales debían hacer eco de
la reducción que las capturas que el
mundo científico había propuesto
a principio de esta semana, que sugerían
que sólo un 50% de reducción
de las capturas actuales serían la
única manera de recuperar el stock
de esta pesquería.
Para Samuel Leiva de Greenpeace,
quien atendió la reunión cómo
observador del proceso de negociación,
y que había solicitado este lunes a
las partes que adoptaran reducciones de captura
de un 60%, considerando los incumplimientos
de las medidas interinas, señaló
que “hemos visto que existe una clara intención
de ignorar las contundentes recomendaciones
científicas para recuperar el stock,
y se ha insistido en seguir pescando por sobre
dicho consejo”.
Las partes que se negaron
a aceptar dichas reducciones son Korea, Cuba,
Islas Faroe y China. Esta última necesita
consultar a Beijing acerca de las medidas
propuestas.
Especial es el caso de las
Islas Faroe, puesto que ellos plantearon una
moratoria total a la captura de jurel en aguas
internacionales debido a que esta reducción
no les era comercialmente viable, con esto
buscaban que todos los participantes tuvieran
que detener las capturas.
Un país que dio que
hablar durante toda la semana fue Cuba, que
insistió en que se le debía
dar cuota de pesca de Jurel debido a las inversiones
que había hecho y que necesitaba recuperar
pero además para alimentar a su población.
Esta intención fue criticada desde
el principio desde diferentes países,
por su actitud de ignorar las reducciones
recomendadas por los científicos y
además porque insistía en un
ejercicio de asignación de cuota que
no había existido nunca, porque las
capturas que se debían reducir habían
sido el reflejo de las capturas que se han
desarrollado en alta mar desde el año
2007, y Cuba había perdido la oportunidad
de participar y ahora no parece coherente
sumar un actor a la ya grave situación
del jurel.
No sólo eso fue materia
de controversia durante la semana, porque
según datos facilitados a Greenpeace,
Rusia habría duplicado los registros
de captura junto con Perú, debido a
que Rusia habría declarado captura
con un barco que no tiene la capacidad para
pescar. Entonces las sospechas se concentraron
en los barcos de bandera peruana que pertenecen
a la flota rusa, puesto que son estos los
que estarían efectivamente capturando,
porque el buque ruso es factoría, existiendo
por tanto transbordo de la captura en alta
mar.
Las medidas adoptadas no
deberían reconocer que la declaración
de captura por 40.000 toneladas sea hecha
por un buque factoría, pues son muy
claras en que sólo se consideran las
capturas hechas por naves que hayan dado uso
a sus artes de pesca en la zona de la convención.
Rusia anunció el viernes que hará
una investigación para dilucidar esta
denuncia, pero no anunció ninguna medida
más.
La Unión Europea
y Chile insistieron en la adopción
de las medidas, especialmente del párrafo
13, en el cual se plantean las reducciones
de un 40% para todas las capturas declaradas
en el año 2010.
Para Leiva, “va a ser muy
difícil el futuro de la pesquería
si consideramos que sólo una parte
de los países están dispuestos
a reducir las cuotas, y además las
reducciones y medidas propuestas están
jugando con fuego, pues no son lo suficientemente
robustas para evitar el incumplimiento de
las medias interinas adoptadas”.
“Hemos visto un quiebre
en la negociación, donde unos han elegido
adoptar medidas concretas para la recuperación
del stock de jurel, mientras otros no han
adoptado los mismos criterios para la sustentabilidad
y protección de los recursos marinos
y el ecosistema del pacífico sur”,
finalizó el representante de Greenpeace.
Por otro lado, Rusia y Cuba
firmaron el texto de acuerdo quedando con
12 países signatarios, EEUU anunció
la próxima firma del mismo en el más
breve plazo y Cuba la ratificación
del texto la próxima semana.
La tercera reunión
de pre-conferencia fue citada para el 30 de
enero de 2012, en Chile, posiblemente en la
ciudad de Talcahuano, 600 kilómetros
al sur de Santiago.