Greenpeace denuncia que
han fallado las medidas de protección
física que supuestamente deberían
haber aislado la radiactividad del medio ambiente
Ante las informaciones de ayer que confirman
el aumento de los niveles de radiactividad
en la central nuclear japonesa de Fukushima
y que la compañía
eléctrica propietaria de la misma,
Tokyo Electric Power Co(TEPCO), ha autorizado
a liberar al medio ambiente la radiación
nuclear acumulada a causa del accidente sufrido
hoy por esta central nuclear, el Director
de la Campaña de Energía Nuclear
de Greenpeace Internacional, Jan Beranek,
ha manifestado:
“Cualquier cantidad de
radiación que se libere a la atmósfera
pone en riesgo la salud de las personas de
la zona, la salud pública y el medio
ambiente. Tanto en el caso de que se haya
producido una fuga en la central nuclear de
Fukushima, como si se ha forzado deliberadamente
el escape, el hecho de que se hayan vertido
a la atmósfera gases contaminados radiactivamente
procedentes del reactor implica que han fallado
claramente las medidas de protección
física diseñadas para aislar
la radiactividad del medio ambiente”.
“¿Cuántos
avisos más necesita sufrir la gente
antes de que entendamos que los reactores
nucleares son intrínsecamente peligrosos?”,
se cuestiona Beranek. “La industria nuclear
nos dice que accidentes como este no pueden
pasar con reactores modernos, pero hoy Japón
está en medio de una crisis de consecuencias
potencialmente devastadoras por culpa de la
energía nuclear”.
“Aunque la atención
inmediata debe estar en minimizar la liberación
de radiación y en mantener a salvo
a la población local, esto es una nueva
llamada de atención de los riesgos
inherentes de la energía nuclear, que
siempre será vulnerable a una combinación
potencialmente mortal de error humano, fallo
de diseño y desastre natural.”
"Greenpeace hace un
llamamiento para que se cierren de forma organizada
pero urgente las centrales nucleares existentes,
y a no construir nuevos reactores. Los Gobiernos
deberían invertir en energías
renovables que, además de ser medioambientalmente
sostenibles, son las más baratas y
lãs más seguras.”
Japón tiene un total
de 54 centrales nucleares ubicadas en 18 emplazamientos
distintos, que suman 47.000 Megavatios (MW)
de potencia eléctrica instalada. En
2010, la producción eléctrica
de origen nuclear em Japón fue del
29%.
En el noreste de Japón,
en la zona cercana al epicentro del seísmo,
se han visto afectados por este terremoto
los complejos nucleares de Onagawa (com 3
centrales nucleares), Fukushima-Daiichi (6
reactores), Fukushima-Daini (4 reactores)
y Tokai (1 reactor). Las más cercanas
a éstas son las 7 centrales del complejo
nuclear Kashiwazaki-Kariwa, ubicadas en la
costa oeste, en el lado opuesto de la isla.
+ Más
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al Gobierno japonés ante la situación
sin control en sus centrales
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pide al Gobierno socialista que salga de su
mutismo ante el accidente nuclear
Greenpeace exige al Gobierno de Japón
transparencia absoluta ante la grave situación
en la que se encuentran los reactores de las
centrales nucleares de Fukushima-Daiichi y
Fukushima-/Daini, con graves problemas de
refrigeración y desde los cuales se
está vertiendo radiactividad de forma
significativa y continua al medio ambiente.
Greenpeace quiere expresar
su solidaridad con el pueblo japonés
que, tras el terremoto y el tsunami, se enfrenta
a una situación terrible en la cual
el Gobierno tiene que ocuparse de la crisis
provocada por los riesgos de la energía
nuclear, en vez de concentrar todos los recursos
para el rescate y socorro de las víctimas.
Al tiempo, la organización
ecologista expresa su preocupación
por la falta de datos y de transparencia sobre
la cantidad total de radiación que
se ha liberado, el estado exacto de la refrigeración
en todos los reactores, y sobre el estado
de seguridad de las piscinas de almacenamiento
del combustible gastado. Éstas contienen
materiales altamente radiactivos y están
situadas fuera del edificio de contención,
por lo que cualquier daño a estas piscinas
podría liberar contaminación
a la atmósfera. Por ello, Greenpeace
pide al Gobierno de Japón que haga
pública esta información de
inmediato.
"A pesar de las declaraciones
del Gobierno, la crisis en Fukushima es una
carrera contra el tiempo y la situación
claramente no está bajo control. Esperamos
que se pueda evitar el peor de los casos,
y que las autoridades sigan adoptando medidas
urgentes para proteger a la población
de la contaminación radiactiva que
se sigue vertiendo al medio ambiente deliberadamente",
ha declarado Jan Beranek, responsable de la
campaña anti-nuclear de Greenpeace
Internacional.
Los informes actualmente
disponibles indican que están emergiendo
nuevos problemas relacionados con la falta
de refrigeración de, por lo menos,
los reactores número 1 y 3 de la central
Fukushima-Daiichi. Según parece, estos
sufrieron una fusión, por lo menos
parcial, de las barras del combustible, que
ha causado un escape de radiación que
se ha detectado al exterior.
Es importante destacar que
la unidad 3 usa un combustible formado por
óxidos mixtos de uranio y plutonio
(llamado MOX) que genera cantidades muy superiores
de calor incluso después de que el
reactor esté apagado, por lo que tiene
mayores requerimientos de refrigeración
que los de combustible de uranio convencional.
En el caso en que se fundiera o se dañara
el combustible MOX en este reactor, se liberaría
una cantidad muy superior de gases radioactivos
respecto a lo que generaría una misma
cantidad de combustible normal de uranio en
el reactor de la unidad 1.
“La situación es
muy preocupante, y todo indica que todavía
estamos lejos de poder solucionar esta crisis",
ha concluido Jan Beranek.
Greenpeace recuerda que
las centrales nucleares son una fuente de
energía sucia y peligrosa, y siempre
serán vulnerables a la combinación
potencialmente mortal de un error humano,
fallos de diseño y desastres naturales.
“Pedimos al PSOE y al Gobierno
español que salga de su mutismo ante
el accidente nuclear de Japón y reaccione
al mismo cumpliendo su compromiso de abandonar
la energía nuclear y sustituirla por
energías limpias, seguras y menos costosas”,
ha declarado Carlos Bravo, responsable de
la campaña de energía nuclear
de Greenpeace España.
Greenpeace pide el cierre
progresivo pero urgente de los reactores nucleares
existentes, y el abandono de todo proyecto
de construcción de nuevos reactores
nucleares comerciales. Los gobiernos deben
invertir en energías renovables que,
al contrario de la nuclear, son sostenibles,
seguras, asequibles y fiables.
+ Más
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sin control en sus centrales
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los reactores de las centrales nucleares de
Fukushima-Daiichi y Fukushima-/Daini, con
graves problemas de refrigeración y
desde los cuales se está vertiendo
radiactividad de forma significativa y continua
al medio ambiente.
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provocada por los riesgos de la energía
nuclear, en vez de concentrar todos los recursos
para el rescate y socorro de las víctimas.
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ecologista expresa su preocupación
por la falta de datos y de transparencia sobre
la cantidad total de radiación que
se ha liberado, el estado exacto de la refrigeración
en todos los reactores, y sobre el estado
de seguridad de las piscinas de almacenamiento
del combustible gastado. Éstas contienen
materiales altamente radiactivos y están
situadas fuera del edificio de contención,
por lo que cualquier daño a estas piscinas
podría liberar contaminación
a la atmósfera. Por ello, Greenpeace
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pública esta información de
inmediato.
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claramente no está bajo control. Esperamos
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de refrigeración de, por lo menos,
los reactores número 1 y 3 de la central
Fukushima-Daiichi. Según parece, estos
sufrieron una fusión, por lo menos
parcial, de las barras del combustible, que
ha causado un escape de radiación que
se ha detectado al exterior.
Es importante destacar que
la unidad 3 usa un combustible formado por
óxidos mixtos de uranio y plutonio
(llamado MOX) que genera cantidades muy superiores
de calor incluso después de que el
reactor esté apagado, por lo que tiene
mayores requerimientos de refrigeración
que los de combustible de uranio convencional.
En el caso en que se fundiera o se dañara
el combustible MOX en este reactor, se liberaría
una cantidad muy superior de gases radioactivos
respecto a lo que generaría una misma
cantidad de combustible normal de uranio en
el reactor de la unidad 1.
“La situación es
muy preocupante, y todo indica que todavía
estamos lejos de poder solucionar esta crisis",
ha concluido Jan Beranek.
Greenpeace recuerda que
las centrales nucleares son una fuente de
energía sucia y peligrosa, y siempre
serán vulnerables a la combinación
potencialmente mortal de un error humano,
fallos de diseño y desastres naturales.
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español que salga de su mutismo ante
el accidente nuclear de Japón y reaccione
al mismo cumpliendo su compromiso de abandonar
la energía nuclear y sustituirla por
energías limpias, seguras y menos costosas”,
ha declarado Carlos Bravo, responsable de
la campaña de energía nuclear
de Greenpeace España.
Greenpeace pide el cierre
progresivo pero urgente de los reactores nucleares
existentes, y el abandono de todo proyecto
de construcción de nuevos reactores
nucleares comerciales. Los gobiernos deben
invertir en energías renovables que,
al contrario de la nuclear, son sostenibles,
seguras, asequibles y fiables.