Con
el símbolo de radioactividad y el mensaje:
"¿Nuclear? No, gracias";
Greenpeace lanzó un llamado a la Secretaría
de Energía y a la Comisión Federal
de Electricidad para que suspendan los planes
de construcción de nuevos reactores
nucleares y que en su lugar se impulse de
manera ambiciosa la participación de
las fuentes renovables, limpias y seguras
de energía como la solar y la eólica.
Desde que inició
la alerta nuclear en Fukushima, el pasado
11 de marzo, Greenpeace manifestó su
alarma e indignación debido a que las
declaraciones de los funcionarios de la administración
pública mexicana - Carlos Petersen,
subsecretario de Planeación Energética
y Desarrollo Tecnológico de la Sener,
Juan Eibenschutz, director general de la Comisión
Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias
(CNSNS), y Ricardo Córdoba, subgerente
de seguridad nuclear de la Comisión
Federal de Electricidad (CFE) -, eran de total
condescendencia con la energía nuclear
y buscaban engañar a la gente asegurando
que esta peligrosa opción es la solución
al cambio climático.
A raíz de la crisis
nuclear en Fukushima, la mayoría de
los países con tecnología nuclear
están replanteando qué hacer
con sus centrales. Japón está
pensando en dejar de lado su plan nuclear
y optar por las fuentes renovables de energía,
como la solar. Es necesario que esta reconsideración
también se dé en México,
donde hoy las energías limpias están
subestimadas y no tienen un peso importante
en los planes oficiales de generación
de energía. Lo que está ocurriendo
en Japón es un doloroso recordatorio
de que la energía nuclear no es una
opción.
Los riesgos y accidentes
vinculados a la operación de centrales
nucleares obligan a México a reorientar
su política energética y enfocarla
hacia el aprovechamiento de opciones renovables,
limpias y seguras de energía que tienen
un gran potencial para desarrollarse en el
país. El gobierno federal debe repensar
su intención de aumentar la capacidad
nuclear del país por los riesgos ambientales
y de salud pública que implican, y
redirigir sus esfuerzos a moderar el crecimiento
del consumo energético y sustituir
las energías sucias, como la nuclear
y el petróleo, por aquellas que son
verdaderamente limpias y seguras.
La industria pronuclear
asegura que este tipo de energía es
la ruta para enfrentar el cambio climático.
Esto, sin embargo, es falso. El aporte que
la energía nuclear puede hacer a la
lucha contra el cambio climático es
mínima y la inversión enorme.
Duplicar el número de reactores que
hoy funcionan en el mundo -alrededor de 450-
para el año 2030 apenas reduciría
en 5 por ciento la emisión de gases
de efecto invernadero que ocasionan el cambio
climático, además de que la
inversión requerida ascendería
a entre 2 y 3 billones de dólares.
Además de eso, esta energía
es altamente peligrosa por el tipo de residuos
que genera y los riesgos de accidente que
le son inherentes.
Para conocer el potencial
de generación de energía de
México con fuentes renovables, en comparación
con la nuclear y el petróleo, Greenpeace
elaboró en 2010 el informe Energy [R]evolution.
A sustainable energy outlook ([R]evolución
Energética, escenario para México),
en el que explica los beneficios de transitar
hacia las energías renovables, generando
empleos, para disminuir las emisiones de GEI
hacia 2020.
Greenpeace exige a las autoridades
frenar totalmente toda intención de
aumentar el número de reactores nucleares
en México. Los mexicanos no queremos
una energía sucia, peligrosa, cara
y cuyos daños son irreversibles. ¿Nucleares?
No, gracias.
+ Más
Radiación rebasa
zona evacuada en Fukushima
El equipo de expertos en
radiación de Greenpeace en Fukushima
ha confirmado niveles de radiación
de más de diez micro Sieverts por hora
en la aldea de Iitate, a 40 km al noroeste
de la zona afectada por la crisis en la planta
nuclear de Fukushima Daiichi, y 20 km más
allá de la zona de evacuación
declarada por la autoridades. Estos niveles
son suficientemente altos como para requerir
la evacuación.
Con base en los resultados
que obtuvo el equipo de investigación,
Jan Van de Putte, experto en energía
nuclear de Greenpeace señaló
que las autoridades japonesas son plenamente
conscientes que los altos niveles de radiación
de la planta nuclear de Fukushima se han extendido
mucho más allá de la zona de
evacuación oficial, a lugares como
Iitate, pero que todavía no están
tomando medidas para proteger adecuadamente
a las personas, especialmente los niños
y mujeres embarazadas, o mantenerlas informadas
acerca de los riesgos para su salud, sobre
todo si en los siguientes días la gente
pudiera contaminarse por inhalación
o ingestión de partículas radiactivas.
La zona de evacuación
al rededor de la planta nuclear de Fukushima,
de acuerdo con las autoridades, es actualmente
de 20 km, mientras que en la zona entre los
20 y 30 kilómetros, se le pide a la
población permanecer dentro de sus
casas
Nishiyama Hidehiko, portavoz
de la agencia de seguridad nuclear de Japón,
respondió que los datos de Greenpeace
"no pueden considerarse fiables",
y que la mayoría de la gente ya ha
abandonado voluntariamente la ciudad de Iitate.
Sin embargo, el 20 de marzo la prensa japonesa
reportó que sólo el 10 por ciento
de la población de Iitate ha abandonado
la ciudad, el resto permanece resguardada
en sus casas o haciendo sus actividades cotidianas.
El equipo de Greenpeace
midió la radiación de entre
7 y 10 micro Sievert / hora en la ciudad de
Iitate, el domingo 27 de marzo. Los niveles
detectados se refieren a la radiación
externa, y no tienen en cuenta los riesgos
adicionales como la ingestión o inhalación.
El límite anual de dosis acumulada
es de 1,000 micro Sieverts.
El Gobierno de la prefectura
de Fukushima ha estado midiendo los niveles
de radiación en el mismo pueblo y la
confirmación de rango aún más
alto el nivel de radiación durante
las últimas dos semanas.
Expertos de Greenpeace sobre
radiación Fukushima:
•Jan van de Putte (Holanda)
experto en radiación con experiencia
reconocida por la Universidad Técnica
de Delft, y ha participado en estudios ambientales
de contaminación radiactiva en Rusia,
Ucrania, España, Bélgica y Francia.
•Jacob Namminga (Holanda), que también
es reconocido por la Universidad Técnica
de Delft, y ha participado en los estudios
ambientales de contaminación radiactiva
en Ucrania, España y Francia.
Como parte del trabajo de supervisión,
los especialistas están trabajando
con equipos estándar de control de
las radiaciones:
•Espectrómetro de
rayos gamma: GEORADIS Identificador RT-30
(Super Ident)
•Contador Geiger: Radex RD 1503
•Monitor de contaminación: ORAD MicroCont