Argumentando que los criterios
ecológicos no son obligatorios sino
“inductivos” la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó
a la corporación española Hansa
Urbana una resolución que le permite
destruir Cabo Pulmo incumpliendo con su cometido
de proteger el medio
ambiente.
A pesar de que la resolución
de Semarnat introduce leves limitaciones en
el proyecto y condiciona algunos de sus elementos
a la realización de estudios adicionales,
el resolutivo establece que sí se puede
construir una marina y un megadesarrollo turístico
en Cabo Pulmo. Con esta decisión el
megadesarrollo Cabo Cortés podría
seguir adelante aún cuando tal y como
se ha aprobado seguiría teniendo un
impacto destructivo sobre el medio ambiente.
Textualmente, la Semarnat
afirma en la página 53 del resolutivo
que “los criterios ecológicos son lineamientos
destinados a proteger el ambiente..., y ...
no tienen un carácter obligatorio,
se considera que son inductivos”.
“La interpretación
de Semarnat es errónea, los criterios
ecológicos son obligatorios. Lo que
hace la Semarnat es no considerar nuevamente
una opinión técnica de su misma
Dirección General de Política
Ambiental e Integración Regional y
Sectorial, que ha señalado en la pág
93 del mismo resolutivo que el proyecto no
es congruente con los ordenamientos ecológicos
vigentes para la región, dado que la
construcción de la marina contraviene
el Plan de Ordenamiento Ecológico de
Los Cabos”, señaló Aleandro
Olivera, coordinador de la campaña
de Oceános y Costas de Greenpeace México.
“Es vergonzosa y preocupante
la aprobación de Semarnat para este
proyecto. Lo que muestra claramente, es que
la dependencia responsable de proteger el
medio ambiente no puede hacerlo, y en vez
de decir NO con claridad y en voz alta por
los impactos del proyecto, dice sí,
con atenuantes ambiguos para que la empresa
pueda comenzar a construir”, abundó
Olivera.
A pesar de poner condicionantes
al proyecto y de restringir la construcción
de una planta desaladora y más infraestructura
a otras autorizaciones en materia de Impacto
Ambiental, la Semarnat está aprobando
el desmonte de 1,248 hectáreas para
la construcción de 2 campos de golf
de 18 hoyos, conjunto de vialidades (131 has),
17 km de acueductos y una marina para 490
embarcaciones y 27,111 cuartos, es decir,
casi la misma cantidad de cuartos (28, 000)
que tiene Cancún de acuerdo con datos
de la propia Secretaría de Turismo.
Durante su máxima operación
Cabo Cortes producirá aproximadamente
39,000 toneladas de residuos sólidos
(1.97 kg/persona/día).
Con estas características,
el megadesarrollo Cabo Cortés pondría
en grave riesgo la supervivencia de Cabo Pulmo
que es una reserva marina en la cual la cantidad
de peces y su tamaño se ha incrementado
en más de 400 por ciento debido a que
tiene una productividad biológica cinco
veces mayor que el promedio de los arrecifes
en el Golfo de California y posiblemente que
cualquier otro arrecife en México.
La zona, por ello, goza de unos elevados estándares
de protección, ya que fue calificada
como Parque Nacional Marino y es Patrimonio
Natural de la Humanidad para la UNESCO.
“Greenpeace no está
en contra del turismo, pero demanda que sea
un modelo sustentable que respete la capacidad
de carga y la vocación de cada área”,
recalcó Olivera.
Aún más grave
es que la Semarnat está fragmentando
la evaluación de impacto ambiental,
en tanto se trata de un proyecto que se acepta
o no, pero no a pedazos. Autorizar la marina
sin autorizar los espigones ni su apertura
es como autorizar un edificio pero no el ingreso
al mismo”, indicó Olivera.
Con las presiones para construir
Cabo Cortés, Hansa Urbana busca nuevos
destinos ante el frenazo brusco que desde
el año 2007 vive el sector inmobiliario
y constructor en España, caracterizado
por el estancamiento y la falta de financiación,
“Hansa busca reproducir en México el
modelo que tan buenos resultados económicos
le dio aquí, aunque a costa de un impacto
medioambiental y ahora también social
inaceptable”,. “Las autoridades mexicanas
no deberían escuchar estos cantos de
sirena. El fracaso de este modelo en España
y sus altos costes en términos sociales
y medioambientales están más
que demostrados”, señala Mabel González,
de Greenpeace España.
“Este gobierno debe replantear
su política de Estado en materia de
turismo ya que no se puede promover el año
del turismo y al mismo tiempo autorizar proyectos
que depredan los ecosistemas. Que la Semarnat
apruebe la construcción de una nueva
ciudad en una zona semidesértica es
un ecocidio para el parque marino de Cabo
Pulmo y no lo vamos a permitir”, dijo Patricia
Arendar directora ejecutiva de Greenpeace
México.
+ Más
Ilegal la siembra piloto
en Tamaulipas
Al autorizar la siembra
piloto de maíz transgénico en
el estado de Tamaulipas sin haber hecho públicos
los resultados de las siembras experimentales
de maíz transgénico en el norte
del país, la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca
y Alimentación (Sagarpa) viola el artículo
46 de la Ley de Bioseguridad de Organismos
Genéticamente Modificados (LBOGM) por
lo que Greenpeace demanda a la dependencia
federal la anulación de la autorización
otorgada este martes a la empresa Monsanto
para sembrar una superficie menor a una hectárea.
El pasado enero, Sagarpa
negó ya un permiso similar para el
estado de Sinaloa argumentando en un comunicado
de prensa que “para avanzar a la etapa piloto,
se considera necesario contar con más
información de campo, ya que un solo
experimento –por muy bien efectuado- no aporta
datos concluyentes para avanzar a la etapa
piloto. Esto es especialmente relevante por
ser México Centro de Origen y de una
importante diversidad genética del
maíz”.
“La autoridad no puede ser
discrecional en este tema y tratar de justificar
la decisión de liberar cada vez más
cultivos transgénicos con el pobre
argumento de que con éstos disminuirán
las importaciones de maíz amarillo
transgénico proveniente de Estados
Unidos. En lugar de eso debe potenciar la
producción local del grano con variedades
mexicanas”, advirtió Aleira Lara, coordinadora
de la campaña de agricultura sustentable
y transgénicos de Greenpeace.
“La Sagarpa no puede justificar
la autorización de siembras piloto
en ese estado, ni técnica ni científicamente,
mucho menos legalmente, después de
haber negado las anteriores solicitudes de
siembras piloto de la empresa Monsanto en
Sinaloa argumentando el necesario apego al
principio de precaución en aras de
garantizar que no exista riesgo para el inventario
agroalimentario del país” afirmó
Lara.
Cabe señalar que
en México –centro de origen y diversificación
del maíz- ya se han reportado casos
de contaminación con transgenes hacia
variedades nativas de maíz, a pesar
de que no se había permitido la siembra
de transgénicos a campo abierto hasta
2009. El hecho de que siembren en un estado
con poca relevancia productiva del grano no
asegura que no habrá contaminación
a otros estados y mucho menos que no contaminará
la red alimentaria de los consumidores.
Greenpeace enfatiza que
la solución a la pérdida de
cosechas no está en el reforzamiento
de un modelo agroalimentario que ha sido bastante
falible a los cambios del clima y que en la
actualidad tiene como máximo exponente
el cultivo de transgénicos basado en
una agricultura intensiva, extensiva y con
sobre explotación de los recursos naturales;
que no sólo se contrapone a un modelo
de producción ecológico y sostenible
a largo plazo sino que obstaculiza su desarrollo
al representar un serio riesgo de contaminación
transgénica de las semillas nativas.