Un análisis realizado
para Greenpeace Alemania por el experto en
seguridad nuclear Helmut Hirsch demuestra
que el accidente nuclear de Japón ya
ha liberado suficiente radiactividad para
ser clasificado de nivel 7 en la Escala Internacional
de Sucesos Nucleares (INES, por sus
siglas en inglés). Éste es el
nivel más alto de la escala, la misma
calificación que recibió el
desastre de Chernóbil ocurrido en 1986.
El cálculo de Hirsch,
basado en la información publicada
por la agencia gubernamental francesa de protección
radiológica (IRSN) y por el Instituto
Central de Meteorología y Geodinámica
(ZAMG) del gobierno austriaco, muestran que
la cantidad total de radionucleidos de yodo-131
y de cesio-137 liberados entre el 11 y el
23 de marzo han sido tan elevados que el accidente
de Fukushima ya equivale a tres accidentes
de nivel INES 7.
“Lo que está pasando
en Fukushima es tan serio como Chernóbil.
Es crucial que las autoridades japonesas,
la industria nuclear y la Agencia Internacional
de la Energía Atómica (IAEA)
dejen inmediatamente de minimizar la amenaza
que supone la contaminación radiactiva,
y en su lugar den información clara
y honesta sobre los riesgos a la salud pública
para proteger a las personas”, ha declarado
la responsable de energía de Greenpeace
Alemania, Rianne Teule.
Greenpace considera que
los sucesos de las últimas dos semanas
son un toque de atención para todos
los gobiernos a terminar la era nuclear, orientando
las inversiones hacia la eficiencia energética
y redoblando los esfuerzos para aprovechar
las energías renovables que son limpias
y seguras.
Notas:
Tanto las autoridades japonesas como la IAEA
han clasificado el accidente de Fukushima
de nivel 5 en la escala INES, que lo define
como un accidente “con riesgos fuera del emplazamiento”.
La clasificación INES sigue tres criterios
principales: los efectos radiológicos
en el exterior de la instalación nuclear;
los efectos en el interior y los daños
en las medidas de seguridad de la central.
El accidente de Chernóbil
afectó a un reactor nuclear; en Fukushima
ha habido daños graves en cuatro. El
estudio del Dr. Hirsch ha hallado que si se
consideran las emisiones totales de todos
los reactores de Fukushima Daiichi, esto equivaldría
a tres accidentes de nivel INES 7.
Un accidente debería
ser clasificado de nivel INES 7 si las emisiones
totales suman el equivalente a dos decenas
de miles de terabequerelios (TBq) de yodo-131.
Estimaciones conservadoras realizadas por
el Instituto de Radioprotección y de
Seguridad Nuclear (IRSN) francés muestran
una liberación de 90.000 TBq de yodo-131
y de 10.000 TBq de cesio-137 hasta el 22 de
marzo.
Las emisiones de cesio-137
deberían multiplicarse por un factor
de 40 para obtener el equivalente de yodo-131.
Esto significa que las emisiones totales suman
el equivalente a 500.000 TBq de yodo-131.
+ Más
Greenpeace exige el fin
de la era nuclear para evitar accidentes como
el de Fukushima
La organización ecologista
demanda el cierre urgente y progresivo de
todas las nucleares españolas empezando
por Garoña y Cofrentes
A pesar de los intentos de la industria nuclear
de minimizar el accidente múltiple
en la central nuclear de Fukushima, ha quedado
de nuevo claramente manifiesta la extrema
peligrosidad de este tipo de energía.
Greenpeace demanda al Gobierno y a los partidos
políticos que actúen con responsabilidad
y adopten medidas concretas para que nuestro
sistema energético sea eficiente, inteligente
y 100% renovable.
Greenpeace lamenta que el
Gobierno japonés no pueda concentrar
todos sus esfuerzos en atender a las víctimas
del terrible terremoto y posterior tsunami
a causa del, por el momento, segundo accidente
nuclear más grave de la Historia.
La organización ecologista
denuncia la falta de transparencia y tergiversación
de los hechos que está haciendo la
industria nuclear. Greenpeace quiere aclarar
la verdadera causa de este accidente y sus
consecuencias previsibles.
Causas del accidente nuclear
Un análisis correcto
de lo ocurrido en Japón muestra que
la causa real del accidente nuclear de Fukushima
no ha sido ni el terremoto ni el tsunami del
pasado 11 de marzo (lo que éstos causaron
fue la pérdida del suministro eléctrico
a la central), sino el deficiente diseño
de los reactores de agua en ebullición
General Electric y su pésimo sistema
de contención, incapaces de actuar
de forma eficaz ante un problema de falta
de refrigeración del núcleo
por falta de aporte eléctrico externo.
Muchas causas posibles (un
sabotaje terrorista, una tormenta, un fallo
técnico, errores humanos...) también
hubieran podido ocasionar una pérdida
prolongada de suministro eléctrico
exterior en Fukushima, y entonces, la evolución
de los acontecimientos hubiera sido, con toda
probabilidad, la misma. Esa misma falta de
capacidad de respuesta ante una situación
de emergencia de ese calibre la tendría
también la central nuclear de Santa
Mª de Garoña, puesto que su reactor
nuclear es idéntico a la unidad de
Fukushima-1 (y el resto de unidades son muy
similares a la de Cofrentes). El sistema de
contención Mark-1 (el que posee el
reactor 1 de Fukushima y el de Garoña)
ha sido muy criticado internacionalmente por
su falta de seguridad.
“Por el indiscutible hecho
de que el reactor de Garoña es idéntico
al de la unidad 1 de Fukushima y el de la
central nuclear de Cofrentes muy similar al
de resto de unidades de la planta japonesa,
el Gobierno español debería
cerrar estos reactores inmediatamente, ya
que su falta de seguridad ha quedado palpablemente
demostrada”, ha declarado Carlos Bravo, responsable
de la campaña de Energía nuclear
de Greenpeace.
Contaminación radiactiva
Con respecto a la cantidad
de radiactividad liberada, la industria nuclear
ha afirmado que ésta es mínima
y que no tendrá efectos inmediatos
para la salud. Sin embargo, el Instituto de
Protección Radiológica y Seguridad
nuclear francés ha asegurado que la
radiactividad emitida hasta el momento es
una décima parte de la liberada en
Chernóbil. Otras autoridades como el
Gobierno austriaco calculan que hasta ahora
se ha liberado un 50% del cesio 137 y del
20% del yodo 131 expulsado en la central ucraniana.
Aunque los efectos de esta
radiactividad en la salud de la población
no serán inmediatos, a medio y largo
plazo sí se manifestarán, tal
y como demuestran los estudios científicos
de los casos de Chernóbil y de Hirosima
y Nagasaki. Sin embargo, las altísimas
dosis recibidas por los trabajadores de la
planta podrían provocarles efectos
negativos a corto plazo.
Demandas de Greenpeace al
Gobierno y a los partidos políticos:
•Un plan de cierre progresivo
pero urgente de todas las centrales nucleares,
comenzando por el cierre inmediato de las
centrales nucleares de Garoña y de
Cofrentes. Cofrentes demostró su falta
de seguridad ante posibles ataques terroristas
durante la acción de protesta de Greenpeace
del pasado 15 de febrero, cuando un grupo
de activistas de la organización logró
penetrar en el interior de la instalación,
escalar una de las torres de refrigeración
y pintar en su pared “Peligro Nuclear”.
•Una Ley de Energías Renovables con
el objetivo de generar al menos el 50% de
la electricidad en España mediante
energías renovables para el año
2020 y el 100% antes de 2050.
•Una Ley de Ahorro y Eficiencia Energética,
con un objetivo obligatorio de reducción
del uso de energía primaria del 20%
para el año 2020 sobre los niveles
de 2005.
•La cancelación del proceso de construcción
del cementerio nuclear centralizado y el condicionamiento
de cualquier decisión acerca de la
gestión de los residuos nucleares a
la previa puesta en marcha del plan de cierre.
•La modificación del Proyecto de Ley
sobre responsabilidad civil por daños
nucleares o producidos por materiales radiactivos,
actualmente en tramitación parlamentaria,
para instaurar un régimen de responsabilidad
civil en el que el explotador de las instalaciones
responda ilimitadamente en tiempo y cuantía
de los daños causados.
•Realización de “stress tests” obligatorios
para todas las centrales nucleares. Además
de los propuestos por la Unión Europea
para probar su seguridad ante terremotos e
inundaciones, deben examinarse los puntos
más débiles de las centrales
nucleares: el estado del sistema primario,
el de los sistemas de refrigeración
de emergencia y la resistencia de la contención
en situaciones de falta de refrigeración
como las vividas en Fukushima, entre otros
componentes (especialmente dada la avanzada
edad de nuestro parque nuclear, con una vida
media de 29 años). También su
grado de vulnerabilidad frente a posibles
ataques terroristas.
Viabilidad de un sistema
energético 100% renovable
“Fukushima debe significar
el fin de la era nuclear, acelerando el abandono
generalizado de esta energía tan peligrosa
que estaba ya en franca retirada antes del
accidente japonés”, ha declarado José
Luis García Ortega, responsable de
la campaña de Energía de Greenpeace.
En la Unión Europea está siendo
abandonada: en los últimos diez años,
la potencia nuclear instalada se ha reducido
en 7.594 MW, mientras que se han incorporado
más de 100.000 MW de energías
renovables. En España, en 2010 la energía
nuclear aportó sólo un 21% de
la electricidad, mientras que las renovables
aportaron ya un 35%, subiendo al 38% en los
dos primeros meses de 2011.
En nuestro país,
la viabilidad técnica y económica
de un sistema de generación eléctrica
basada al 100% en energías renovables
quedó demostrada en el informe Renovables
100% de Greenpeace, que analiza las posibilidades
de las renovables en la península en
el horizonte 2050. Este fue el primer estudio
en analizar seriamente esta posibilidad. Posteriormente
han aparecido otros informes que adelantan
el horizonte. El documento Un nuevo modelo
energético para España. Recomendaciones
para un futuro sostenible, publicado en 2009
por la Fundación Ideas para el Progreso
del PSOE, muestra cómo la energía
nuclear se podría sustituir de forma
acelerada para 2016.
El informe [R]evolución
Energética, elaborado por el Centro
Aeroespacial Alemán para Greenpeace
y el Consejo Europeo de las Energías
Renovables, demuestra que la energía
nuclear puede ser sustituida completamente
en todo el mundo antes de 2050, cuando las
renovables producirían un 94,6% de
la electricidad mundial y un 97% de la europea.
+ Más
Greenpeace señala
la necesidad de ampliar el área de
evacuación alrededor de la central
de Fukushima
Las dosis de radiación
medidas a 40 kms de la central, 100 veces
por encima de lo permitido, pone especialmente
en riesgo a niños y embarazadas
El equipo de expertos en
protección radiológica de Greenpeace
en Japón ha confirmado niveles de radiación
de hasta 10 microsieverts por hora (1) en
el pueblo de Iitate, a 40 km al noroeste de
la central nuclear siniestrada de Fukushima,
y a 20 km (2) de distancia fuera de la zona
de evacuación. Estos niveles son suficientemente
altos para requerir una evacuación.
Por ello, Greenpeace señala la necesidad
de que el Gobierno japonés amplíe
el radio del área de evacuación.
“Las autoridades japonesas
son totalmente conscientes (3) de que altos
niveles de radiación provenientes de
la central nuclear siniestrada de Fukushima
se han dispersado más allá de
la zona oficial de evacuación a lugares
como Iitate, pero no están actuando
para proteger a las personas o mantenerlas
informadas sobre los riesgos para su salud”,
ha dicho el experto en protección radiológica
de Greenpeace, Jan van de Putte.
“Es claramente peligroso
para los habitantes de Iitate permanecer allí,
especialmente los niños y las mujeres
embarazadas. Permanecer en esa zona puede
suponer recibir la dosis máxima de
radiación anual permitida en tan sólo
unos pocos días. Si a esto le sumamos
la contaminación por la posible ingestión
o inhalación de partículas radiactivas,
los riesgos son incluso mayores”, ha añadido
van de Putte.
Greenpeace considera que
las autoridades japonesas deben dejar de escoger
la política por encima de la ciencia
y establecer zonas de evacuación alrededor
de la central nuclear de Fukushima que reflejen
los niveles de radiación que son medidos
en el medio ambiente.
“Además de empezar
a decir la verdad sobre los verdaderos peligros
de la energía nuclear, la decisión
más inteligente que deberían
adoptar Japón y el resto de gobiernos
alrededor del mundo, es invertir fuertemente
en eficiencia energética y redoblar
sus esfuerzos para aprovechar las fuentes
de energía renovable que son limpias
y seguras”, ha afirmado van de Putte.
Notas:
(1) El equipo midió niveles de radiación
de entre 7 y 10 microsieverts por hora en
el pueblo de Iiate, el domingo 27 de marzo.
Los niveles detectados se refieren a la radiación
externa, y no tienen en cuenta otros riesgos
como la ingestión o la inhalación.
El límite anual de dosis acumulada
es de 1.000 microsieverts.
(2) La zona de evacuación
actual es de 20 kilómetros alrededor
de Fukushima, mientras que en el área
entre 20 y 30 kilómetros se recomienda
a la población permanecer dentro de
casa, o voluntariamente salir de la zona.
(3) El gobierno de la Prefectura
de Fukushima ha empezado a medir los niveles
de radiación en el mismo pueblo y confirmando
incluso unos niveles de radiación superiores
durante las pasadas dos semanas
A 20 de marzo, alrededor
del 10% de los residentes en Iitate se habían
marchado voluntariamente
Ámbito de estudio:
para este trabajo preliminar de evaluación,
el equipo está dedicando varios días
a documentar la contaminación radiactiva
y los niveles de la tasa de dosis en las áreas
al norte y oeste de la zona de evacuación
de Fukushima (un radio de 20 km alrededor
de la central nuclear), que han sido las más
afectadas por las emisiones radiactivas.
El equipo está dirigido
por Jan van de Putte (Bélgica), un
experimentado experto en protección
radiológica titulado por la Universidad
Técnica de Delft, que ha participado
en estudios medioambientales sobre los efectos
de la contaminación por radiación
en Rusia, Ucrania, España, Bélgica
y Francia. Además, el equipo incluye
también al experto en protección
radiológica Jacob Namminga (Holanda),
también titulado por la Universidad
Técnica de Delft, y que ha trabajado
en estudios medioambientales sobre contaminación
por radiación en Ucrania, España
y Francia.
Como parte del trabajo de
registro, el equipo utilizará una serie
de equipos estándar para medir la radiación:
- Espectrómetro gamma:
GEORADIS Identifier RT-30 (Super Ident)
- Contador geiger: Radex RD 1503
- Monitor de contaminación: RADOS MicroCont