Publicado el 07 abril 2011
- Las 5 ONG ecologistas, SEO/BirdLife, Ecologistas
en Acción, Amigos de la Tierra, Greenpeace
y WWF, han escrito a Marcelino
Iglesias y a la Ministra de Medio Ambiente
para que se opongan a la construcción
de este embalse. Por otro lado, instan a Iglesias
a que, como Secretario General del PSOE en
Aragón y Secretario de Organización
del PSOE a nivel nacional, ni apoye ni asista
a la manifestación convocada para el
próximo sábado en Zaragoza para
presionar a favor de una Declaración
de Impacto Ambiental positiva.
Las cinco organizaciones
ecologistas denuncian graves presiones sobre
el Ministerio de Medio Ambiente para forzar
una declaración positiva, como demuestran
las afirmaciones públicas de representantes
del propio Gobierno de Aragón a diferentes
medios de comunicación o la convocatoria
de manifestaciones con el apoyo del propio
PSOE, que debería velar por el respeto
al medio ambiente y por procesos de evaluación
ambiental basados estrictamente en criterios
técnicos y no políticos o electoralistas.
Las principales organizaciones
ecologistas del país anuncian acciones
legales en caso de aprobarse el proyecto y
han escrito al Presidente de Aragón,
Marcelino Iglesias, explicando nuevamente
las razones por las que la construcción
de esta infraestructura supone un grave error
para el medio ambiente y para los propios
regantes.
También han pedido
a la Ministra de Medio Ambiente que defienda
una agricultura y un uso del agua realmente
moderno y sostenible, que rechace las presiones
y descarte este proyecto por ser obsoleto
e injustificable desde todos los puntos de
vista.
Los argumentos que se esgrimen
en esta carta son múltiples. Las organizaciones
insisten en que el embalse no tiene justificación
alguna, ya que ni siquiera se han aprobado
los regadíos de Monegros a que se pretende
dar servicio.
Resaltan que, de aprobarse,
se vería en riesgo crítico de
sufrir daños irreversibles el Lugar
de Interés Comunitario (LIC) “Bajo
Gállego”, tal y como concluyen organismos
oficiales como el Instituto Geológico
y Minero o el CEDEX.
Denuncian en dicha carta
que no se ha evaluado el impacto que tendría
el uso del agua de Biscarrués en los
Monegros un ecosistema único que el
Gobierno de Aragón tiene la obligación
de conservar. Además, hasta la fecha
el propio Gobierno de Aragón no ha
cumplido aún con los compromisos adquiridos
ante la Comisión Europea en 2000 y
que permitieron que se cerrase el Procedimiento
de Infracción por los regadíos
de Monegros, y advierten de que la aprobación
del embalse de Biscarrués reactivaría
esta queja.
Las organizaciones ecologistas
insisten en que el proyecto sólo atiende
a las exigencias de un sector económico
y de presión concreto, obviando el
hecho de que por sus valores naturales el
lugar donde se levantaría la presa
es una zona que cuenta con unas 80.000 visitas
al año, actividad que genera ya 300
puestos de trabajo que se verían comprometidos.
Por último, destacan
la inviabilidad económica del proyecto
y el engaño que supone para los propios
regantes, ya que el elevado precio final del
agua será incompatible con el rendimiento
de las explotaciones agrícolas una
vez que se realice la obligatoria e ineludible
internalización de todos los costes
que supone esta obra, como exige la Directiva
Marco de Agua.
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WWF recuerda que 13 años
despúes de Aznalcóllar sigue
sin acometerse la restauración de Doñana
Publicado el 25 abril 2011
- Con motivo del decimotercer aniversario
de la catástrofe de Aznalcóllar,
WWF reclama al Ministerio de Medio Ambiente,
Medio Rural y Marino y a la Consejería
de Medio Ambiente nuevos proyectos de restauración
de las marismas de Doñana y sus cuencas
vertientes, así como la finalización
del plan Doñana 2005.
Las principales actuaciones
de restauración hidrológica
de Doñana están ligadas a la
catástrofe de Aznalcóllar, de
la que este año se conmemora su decimotercer
aniversario. Tras el vertido, se pusieron
en marcha los dos proyectos de restauración
más importantes de la historia de Doñana:
la creación del Corredor Verde del
Río Guadiamar y el plan Doñana
2005. Ambos proyectos han sido retrasados
por sucesivos cambios de competencias entre
la junta de Andalucía y el Ministerio
de Medio Ambiente.
La misión internacional
que visitó Doñana el pasado
mes de enero destacó la urgente restauración
ambiental contenida en ambos planes, como
uno de los asuntos críticos para que
el espacio natural conserve sus títulos
de Reserva de la Biosfera, Patrimonio Nacional
y Humedal RAMSAR.
Más de una década
después del inicio de ambas actuaciones,
para WWF es imprescindible poner en marcha
nuevos proyectos de restauración que
consoliden el futuro de Doñana, asegurando
los aportes en cantidad y calidad de aguas
a la marisma, teniendo en cuenta los nuevos
escenarios que el cambio climático
creará en el sur de la Península
Ibérica. En este sentido, WWF defiende
que Doñana se puede salvar de la desertificación
si se consigue un aporte natural de 200 hm3
de agua al año, frente a los 75 que
recibe normalmente este humedal, una cifra
mínima que le impide conservar sus
ecosistemas.
Pero, además, de
estas nuevas acciones, para WWF es necesario
que se culmine la ejecución de las
actuaciones pendientes del plan Doñana
2005 (Caño del Guadiamar, Caño
Travieso y demolición de la Montaña
del Río). WWF considera inaceptable
que, estando el plan Doñana 2005 aún
por finalizar, ni la Administración
del Estado, ni la Junta de Andalucía
se hagan cargo de terminar las actuaciones
pendientes, pese a ser un proyecto de interés
general.
Por otra parte, WWF critica
que el seguimiento y asesoramiento científico
del Doñana 2005 y del Corredor Verde
del Guadiamar, por medio de la Comisión
Científica, también se encuentre
paralizado.
Para WWF, el nuevo proyecto
de restauración debe afrontar cuestiones
como las aguas subterráneas –las grandes
olvidadas de los anteriores proyectos- y ampliar
su ámbito de actuación territorial
en las cuencas vertientes a Doñana.
WWF considera que entre las zonas prioritarias
por su gran interés para la conservación
de la biodiversidad de Doñana están:
zonas de la marisma norte (Cochinato, los
Garridos, Huerta Tejada y Veta de Alí),
Cantaritas, la cabecera de los arroyos de
la Rocina, Pilas o el Algarbe y la margen
izquierda del Guadalquivir. Además,
debería llevarse a cabo la restauración
del área minera y del tramo alto del
Guadiamar, incluyendo la zona en la figura
de Paisaje Protegido, para conseguir la funcionalidad
del Guadiamar como uno de los corredores que
conecten Doñana con Sierra Morena.
Según Juanjo Carmona,
de la oficina para Doñana de WWF España:
“Proyectos como el Doñana 2005 o la
recuperación del Guadiamar han tenido
consecuencias muy positivas sobre el Espacio
Natural de Doñana. Sin embargo, en
la actualidad es necesario poner en marcha
nuevas actuaciones de restauración
hidrológica en Doñana, tal y
como WWF ha solicitado en diversas ocasiones
al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural
y Marino y a la Consejería de Medio
Ambiente de la Junta de Andalucía”.
Y concluye: “WWF propone por tanto que se
culmine el proyecto Doñana 2005, que
se reactive la Comisión Científica
y que, contando con ésta, se desarrolle
una nueva propuesta Doñana 2020, de
restauración para la zona”.
El accidente de Aznalcóllar
El 25 de abril de 1998 se
produce en la mina de Aznalcóllar la
rotura y caída de más de cuarenta
metros del muro de contención de una
balsa de decantación, que se usaba
para los residuos de piritas de esta explotación,
propiedad de la empresa sueco-canadiense Boliden
Aprisa S.L.
La rotura produjo de forma
inmediata el vertido al río Agrio y
al Guadiamar de un volumen aproximado de dos
mil millones de litros de lodos, con alto
contenido en elementos metálicos procedentes
del proceso de flotación de la pirita,
y otros cuatro mil millones de aguas ácidas
cargadas de metales pesados en disolución.
El vertido afectó
a un tramo de 62 kilómetros de longitud
de la cuenca del río Guadiamar, con
una anchura variable de entre 500 y 1.000
metros, desde Aznalcóllar hasta el
tramo final de la marisma de Entremuros, en
el límite con el Parque Nacional de
Doñana, donde quedó retenido
casi la totalidad del vertido por una serie
de muros de contención construidos
por la Administración.
La altura de los lodos fue
variable: en las zonas adyacentes a la balsa
se encontraron espesores de más de
tres metros, mientras que en la entrada de
la marisma de Entremuros sólo se trataba
de una capa de escasos centímetros.
A partir de este punto, la marisma quedó
afectada sólo por las aguas contaminadas.
En total, la superficie
afectada, según datos oficiales, fue
de 4.634 ha.
Los efectos sobre la fauna
y la flora del cauce fueron inmediatos, desapareciendo
en la práctica totalidad del mismo
la flora, la fauna piscícola, cangrejos
y anfibios, viéndose también
afectadas varias colonias de aves.
En materia económica,
se vieron afectadas 3.000 ha. de tierras agrícolas.
Además, se paralizó de forma
automática la actividad minera. Posteriormente
se prohibieron los aprovechamientos pesqueros,
ganaderos y cinegéticos en el área
afectada, que a día de hoy siguen prohibidos.
La Junta de Andalucía
invirtió en torno a unos 165 millones
de euros en la limpieza, restauración
e investigación del Corredor Verde.
Por otra parte, el Proyecto Doñana
2005 ha tenido un presupuesto de aproximadamente
90 millones de Euros.