Viernes, 06 de Mayo de 2011
10:15
La captura de vendedores de aves en Los Santos,
la presencia de traficantes de reptiles y
aves en la carretera Interamericana en Chiriquí,
la incautación de iguanas a dos representantes
de Panamá en Darién y el descubrimiento
de tortugas degolladas en Bocas del Toro son
algunos episodios vinculados con la biodiversidad
y la extinción de algunas especies
de animales.
Grupos en riesgo
Aunque Panamá es uno de los países
de mayor diversidad biológica de la
región, afronta la situación
de una pérdida de diversos grupos tanto
de especies de animales como de plantas.
Uno de los más críticos
es el grupo de los anfibios, que se encuentra
gravemente afectado por el hongo quítrido
(Batrachochytrium dendrobatidis) que afecta
sus poblaciones y que diezma sensiblemente
tanto a las ranas y los sapos, además
de las salamandras y cecilias.
Darío Luque e Israel
Torres, técnicos del Departamento de
Biodiversidad y Vida Silvestre de la Autoridad
Nacional del Ambiente (ANAM), están
de acuerdo en que estas especies vienen siendo
afectadas desde hace unos diez años
y tiene su expresión desde México
hacia los países de la región
que cuentan con clima tropical.
Un segundo grupo que manifiestan
también un grave peligro de extinción
son las tortugas marinas, reptiles con hábitos
migratorios, que dependen de los ecosistemas
de costa y marinos tanto en el Caribe como
en el Pacífico panameño. El
desarrollo de productos turísticos
en las costas, la cacería furtiva y
la deforestación son los principales.
Agregan los técnicos
de la ANAM que la diversidad biológica
panameña tiene como característica
una gran riqueza de especies, pero con pocos
individuos de cada una, porque existe una
gran presión sobre los diferentes grupos.
Por ejemplo, el caso de
las especies como el conejo pintado, puerco
de monte y el saíno, presas de felinos
como el jaguar, que es un doble fenómeno,
porque al verse presionadas, disminuyen las
posibilidades alimenticias de éstos
y se ven obligados a buscar otras presas en
las fincas ganaderas (terneros y reses) para
crear un nuevo problema con las poblaciones,
que se ven obligadas a cazar a estos depredadores.
Si este tipo de mamíferos
son diezmados, se afecta el equilibrio ecológico
del jaguar y otros felinos ya que son sus
presas principales.
Un conjunto de factores
afectan la biodiversidad y actúan en
contra de los ecosistemas y de la riqueza
de especies; entre ellos, el cambio del uso
del suelo y la pérdida del hábitat,
ambos vinculados con la deforestación
y el aumento de la frontera agrícola.
Además la sobreexplotación,
la cacería ilegal, el cambio climático,
la contaminación y el desarrollo económico
no planificado.
Investigación y monitoreo
Una de las medidas institucionales que se
desarrollan para hacer frente a esta situación
de pérdida de biodiversidad es un programa
de monitoreo e investigación ambiental
en el Parque Nacional Chagres para evaluar
la situación de presas prioritarias
del jaguar en sectores como Santo Domingo
y Río Piedra.
En ambos lugares tanto la
ANAM y otros organismos como la Asociación
Mastozoológica de Panamá han
desarrollado investigaciones sobre estas especies
por varios años que ha evidenciado
la disminución de las presas y el incremento
de incidentes entre los felinos y las fincas
y poblados.
El objetivo de esta iniciativa
es sistematización de la información
de “tal forma que pueda ser utilizada por
diferentes usuarios en la toma de decisiones
en conservación y uso sostenible de
la biodiversidad, incluyendo la divulgación
adecuada según los grupos meta”, establecen
los principales lineamientos de la Convención
de Diversidad Biológica (CDB).
Aunque Panamá y el
resto de los países centroamericanos
han logrado importantes avances en este tema,
se perciben aún vacíos. La condición
existente y el avance del estado crítico
de las poblaciones de fauna y flora, está
relacionado con una falta de conciencia, el
aumento de la cacería indiscriminada
y la presión de las poblaciones que
no demuestran un nivel de conciencia sobre
las perspectivas de la diversidad biológica.
La situación de estrés
de las poblaciones de animales y plantas supone
tomar mejores decisiones ambientales y esto
quiere decir que en muchos casos, supera el
nivel de gestión de la ANAM, por ejemplo
y se requiere de una coordinación interinstitucional
para orientar la planificación que
supone una mayor participación de las
comunidades en la creación de viveros,
zoocriaderos con especies como iguana, conejo
pintado, caprinos, entre otros.
Hay experiencias en diversos
distritos donde grupos familiares, mujeres
y vecinos, han desarrollado modelos comunitarios
de viveros para satisfacer necesidades comunitarias
y también mejorar el nivel de vida
de las poblaciones. En Chiriquí, las
Damas Unidas de Caldera iniciaron un proyecto
con plantas y en Tonosí y otros pueblos,
hay esfuerzos con zoocriaderos de iguanas.
Se requiere aún avanzar
en aspectos puntuales de la investigación
como la valoración económica
de los aportes de la biodiversidad a la economía,
sobre todo las locales y a nivel comunitario
que es donde se encuentra mayor presión
sobre los ecosistemas. De igual manera, existen
un conjunto de medidas que pueden asegurar
el desarrollo de un mercado donde circule
el dinero y que reduzca prácticas como
la cacería y el cambio de uso del suelo.
Es necesario igualmente,
incluir el tema de la diversidad biológica
en los planes de desarrollo sostenible para
enriquecer los ecosistemas y mejorar cualitativa
y cuantitativamente el número de especies
en el país y sobre todo en las regiones
caracterizadas por la vida silvestre tanto
en las regiones de montaña como en
los ambientes marino-costeros.