Teniendo como sede el estado
de Chihuahua, cuna de al menos 23 razas de
maíz, ciudadanos acompañados
de las organizaciones El Barzón, La
magia de mi tierra, el Frente Democrático
Campesino y Greenpeace, exigieron al gobierno
federal anular las autorizaciones otorgadas
para la siembra experimental con maíz
transgénico a campo abierto en nuestro
territorio.
En el marco del Día
nacional del maíz, convocado por la
campaña nacional Sin Maíz no
hay país, las organizaciones recalcaron
que Chihuahua debe ser recocido como centro
de origen del grano según expertos
de la Comisión Nacional para el Conocimiento
y Uso de la Biodiversidad. Esta entidad hoy
enfrenta un serio riesgo de contaminación
dado que el gobierno mexicano ha otorgado
15 permisos de siembra experimental de maíz
genéticamente modificado en los municipios
de Cuauhtémoc, Delicias y Jiménez.
Las organizaciones, los
voluntarios y los ciudadanos se unieron para
poner su granito de maíz y construir
juntos el mapa del estado en la Plaza de Armas
de esta ciudad en demanda de un gobierno que
trabaje por el bienestar de sus habitantes
y el derecho a una alimentación sana
y libre de transgénicos. En otras entidades
como Aguascalientes, DF, Guadalajara, Monterrey,
Pachuca, Puebla, Sinaloa y Veracruz armaron
también su mapa para sumarse a la demanda
de un territorio libre de organismos genéticamente
modificados.
Este año en el que
en nuestro país crece la pobreza de
la mano de la violencia y la inseguridad,
los ciudadanos debemos defender nuestro maíz,
garante de nuestra soberanía y seguridad
alimentaria.
“Estamos aquí pero
también en otros estados de la República,
en todas las regiones del país, centro,
sur y norte celebrando la existencia del maíz
mexicano con verbenas, música, platillos
y representando con maíz el mapa geográfico
del estado, pero también sembrando
conciencia de paz y de un derecho a la alimentación.
Permitir la destrucción de este grano
no sólo es fomentar la violencia social
y económica hacia los campesinos; también
es poner en riesgo nuestro patrimonio cultural
y alimentario. Por ello debemos decir un rotundo
no a la siembra de maíz transgénico
en nuestro territorio. Gobierno mexicano:
sembremos paz, no transgénicos",
exigió Patricia Arendar, directora
ejecutiva de Greenpeace México.
“La alimentación
es un derecho fundamental que hasta este año,
gracias a la lucha de la sociedad civil, fue
reconocido en la Constitución de México
con las modificaciones a los artículos
4 y 27, obligando al Estado a garantizar las
condiciones para que todos los mexicanos tengamos
acceso a alimentos de calidad. Por eso, la
presencia de los ciudadanos armando nuestro
mapa con maíz es un símbolo
de que esta lucha la estamos dando todos los
mexicanos”, dijo Leonor Serna García,
representante de La magia de mi tierra.
“Es necesario que nuestro
derecho a la alimentación no quede
en papel, tiene que ser aplicable en la realidad,
considerando una alimentación no sólo
suficiente sino cuantitativa y cualitativamente
adecuada y que fortalezca nuestra soberanía
alimentaria garantizando los medios necesarios
para producir. El gobierno mexicano tiene
que prohibir tajantemente la siembra de maíz
transgénico dado que con la contaminación
por flujo génico a cultivos de maíz
nativo se minará el libre acceso de
los campesinos a las semillas y se otorgará
el control del maíz, alimento básico
de los mexicanos, a empresas transnacionales
como Monsanto y Pioneer ”, indicó Aleira
Lara coordinadora de la campaña de
Agricultura sustentable y transgénicos
de Greenpeace.
"Mientras la pobreza
alimentaria se expande en el país,
el gobierno baja el presupuesto para apoyar
la producción campesina y se entrega
a las empresas de semillas trasnacionales",
recalcaron integrantes del Frente Democrático
Campesino.
“Desde los años ochenta
y después de 1994 con la firma del
Tratado de Libre Comercio con América
del Norte, aumentaron las importaciones de
granos básicos de Estados Unidos arrasando
con nuestra producción nacional y forzándonos
a consumir el maíz de baja calidad
al precio que deciden las empresas trasnacionales
de alimentos. Así los gobiernos del
PRI y el PAN renunciaron a nuestra soberanía
y seguridad alimentaria”, explicó Pedro
Torres, presidente del Frente Democrático
Campesino.
Por lo anterior las organizaciones
demandaron al gobierno mexicano:
•Combatir la dependencia
alimentaria y el hambre fomentando la producción
campesina e indígena de alimentos para
las y los mexicanos con políticas públicas
favorables al desarrollo sustentable de un
agro con campesinos. Que valoren y retribuyan
de manera justa los productos del campo.
•Luchar por el reconocimiento de los derechos
de las mujeres rurales e indígenas;
crear espacios de desarrollo personal, autocuidado
intercambio con otras mujeres, organizaciones
y redes, porque se reconozcan y escuchen sus
voces y se reconozca plenamente su trabajo.
•Exigir al Estado que se cumpla el derecho
constitucional a la alimentación, recientemente
conquistado por la sociedad civil mexicana,
otorgando a la sociedad el derecho a decidir
qué comer.
•Defender, proteger y resguardar nuestras
semillas y los bienes naturales; en especial
los maíces nativos de los pueblos campesinos
e indígenas, de la contaminación
por semillas transgénicas que amenazan
el principal patrimonio alimentario del país,
exigiendo la prohibición de siembras
de transgénicos que el gobierno ha
permitido a las grandes transnacionales.
+ Más
ONGs alertan fracaso en
acuerdos regionales en reunión hacia
RIO+20
Reacciones a los resultados
de la reunión de América Latina
y el Caribe en Cepal hacia la cumbre de Río+20
el próximo año en Brasil.
"Como decepcionante" calificaron
las ONGs, el resultado de la Reunión
Regional Preparatoria para América
Latina y el Caribe de la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible.
Esto porque para las ONGs, la declaración
no entrega acuerdos ni decisiones concretas
de cómo abordar los desafíos
identificados, ni cuál será
la estrategia de la región de cara
a la cumbre de desarrollo sostenible del próximo
año.
La reunión, que se
llevó a cabo en la sede de la Comisión
Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL) entre el 7 y el 9 de septiembre
pasado en Santiago, tenía por objeto
trabajar la posición regional respecto
de los temas de la conferencia y determinar
el contenido que América Latina y el
Caribe recomendarán incluir en el documento
de negociación para la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo
Sostenible, Río+20, que se celebrará
en Río de Janeiro (Brasil), en junio
de 2012.
Siendo esta la única
antesala antes de la cumbre de Rio+20 y donde
se esperaba contar con una mirada regional
para el cumplimiento de los objetivos de la
Declaración de Río (1992), la
Agenda 21 y los objetivos para el desarrollo
del Milenio, a juicio de las ONGs participantes
no se alcanzó ningún acuerdo,
salvo el compromiso para "alcanzar nuevos
compromisos".
“En la oportunidad, los
delegados de los países de América
latina y el Caribe no lograron encontrar consenso
en los dos ejes de la discusión, Economía
Verde y Gobernanza, lo que debilitó
la posición de la región y dificultó
que se lograra más que una simple declaración
de intenciones para RIO+20”, señaló
Samuel Leiva, Coordinador de Campaña
de Greenpeace.
En los tres días
de trabajo los delegados de los países
identificaron los desafíos que aún
persisten en la región, como es el
cambio climático; el cuidado y acceso
al agua; la superación de la pobreza;
la desigualdad; la transferencia tecnológica
y ciencia entre los países desarrollados
y la región; una fuerte inclusión
de fuentes energéticas limpias; el
acceso a los recursos naturales, entre otros.