Greenpeace celebró
que el pleno del Senado
de la República aprobara un punto de
acuerdo donde se exhorta a la Secretaría
de la Función Pública a que
realice una investigación exhaustiva
a la autorización emitida por la Secretaría
del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)
al proyecto Cabo Cortés.
El punto de acuerdo, promovido
por el senador Arturo Escobar y Vega, del
PVEM, fue puesto a consideración del
pleno para su votación este 13 de septiembre.
En tribuna el senador del PAN, Guillermo Tamborrel
señaló su extrañeza ante
la autorización y dijo que al parecer
fue expidida en franca violación, por
lo que demandó una investigación
exhaustiva y revocación de los permisos
otorgados, a fin de que se proteja el desarrollo
sustentable del país.
El punto se refiere al procedimiento
de responsabilidad administrativa DE-66/2011,
interpuesto por Greenpeace y 5,225 ciudadanos
ante la Secretaría de la Función
Pública, en contra de dos funcionarios
de la Semarnat: Mauricio Limón, subsecretario
de Gestión para la Protección
Ambiental, y Enrique González, director
de Impacto y Riesgo Ambiental, por aprobar
de manera ilegal el proyecto Cabo Cortés
y poner en riesgo al Parque Nacional de Cabo
Pulmo.
Además, los legisladores
acordaron que de conformidad con la Ley Federal
de Responsabilidades Administrativas de los
Servidores Públicos, en su caso inicie
procedimiento administrativo y sancione a
todos aquellos servidores públicos
que resulten responsables por la emisión
de autorizaciones que contravengan la legislación
ambiental.
El exhorto de los senadores
se suma a las opiniones de otras autoridades
clave como la opinión técnica
de la Dirección General de Política
Ambiental e Integración Regional y
Sectorial de la Semarnat, que ha señalado
la inviabilidad legal del proyecto dado que
contraviene tanto el Plan de Ordenamiento
Ecológico de Los Cabos como programas
sectoriales y legislación.
También existe una
opinión de la Comisión Nacional
de Áreas Protegidas (CONANP), que en
julio del 2009 emitió una opinión
negativa sobre el informe de impacto ambiental
presentado por la empresa Hansa, y sobre el
impacto potencial del proyecto.
El arrecife de Cabo Pulmo
está considerado humedal de importancia
internacional incluido en la lista Ramsar
y como Patrimonio Natural de la Humanidad
por la Unesco. Al respecto también
un panel de científicos pidió
a este organismo de la ONU que se declarara
a cabo Pulmo como patrimonio en riesgo.
Si llega a ser edificado,
Cabo Cortés podría causar daños
irreparables a la reserva marina de Cabo Pulmo,
ya que ahí se ubica el único
arrecife coralino del Golfo de California.
Por ello, Greenpeace ha exigido a la Semarnat
que cancele este proyecto, que también
viola el Plan de Ordenamiento Ecológico
del municipio de Los Cabos al permitir la
construcción de una marina que destruirá
las dunas costeras.
No deberían existir
más pretextos para que Semarnat revoque
la autorización a Cabo Cortés.
Ahora, Greenpeace espera que la Secretaría
de la Función Pública dé
seguimiento a la denuncia que interpuso la
organización, desde mayo de 2011, en
contra los dos funcionarios de Semarnat que
aprobaron Cabo Cortés y de la que no
hemos tenido ninguna respuesta. ¡Basta
ya de poner en riesgo al arrecife de Cabo
Pulmo!
+ Más
Calderón habla...
pero no actúa
- Exige un compromiso contra
el cambio climático mientras en México
promueve un mayor uso de combustibles fósiles
- Denuncia la especulación de los alimentos
mientras en nuestro país favorece a
empresas transnacionales que promueven los
transgénicos y monopolizan los mercados
de granos básicos
Por ello Greenpeace denuncia
este doble discurso del gobierno mexicano
cuya política energética está
incrementando el cambio climático y
sus autorizaciones otorgadas para siembras
de maíz transgénico sólo
favorecen a las grandes corporaciones alimentarias
transnacionales.
Durante el primer día
de trabajo de la Asamblea General de la ONU,
frente a los representantes de los más
de 120 países participantes, el presidente
Felipe Calderón Hinojosa señaló
con fuerte voz a las empresas financieras
que pretenden apoderarse de los alimentos
en el mundo y a los gobiernos que no toman
medidas contundentes contra el cambio climático.
Felipe Calderón cuestionó
que hoy las ventas de maíz y de trigo
en el mundo son en más del 30 por ciento
para empresas financieras. Pero no le preocupa
que en nuestro país se favorezca el
acaparamiento de los principales granos para
la alimentación a empresas monopólicas
como Maseca y Minsa a través de programas
como Aserca (Apoyos y servicios a la comercialización
agropecuaria).
Asimismo, se olvida que
con el Programa de apoyos directos al campo
(Procampo) el 80 por ciento de los subsidios
quedan en manos de productores agroindustriales
del país dejando fuera a los pequeños
productores.
“Es contradictorio que Calderón,
por un lado, rechace el acaparamiento de firmas
financieras y por otro entregue el control
de granos básicos para la alimentación,
como el maíz, a empresas como Monsanto,
la cual detenta 95 por ciento de las patentes
de semillas transgénicas a nivel global.
El Gobierno de Felipe Calderón ha otorgado
76 permisos de siembra de maíz transgénico
a las transnacionales Monsanto, Dow Agrocience,
Pioneer y Syngenta. Cabe señalar que
el 85 por ciento de las variedades transgénicas
con las que se está experimentando
en nuestro país son propiedad de Monsanto”,
señaló Aleira Lara, coordinadora
de la campaña de Agricultura Sustentable
y Transgénicos de Greenpeace México.
México sí
contribuye a elevar la temperatura global
en 2 grados
“Lamentablemente, presidente
Calderón, los instrumentos de política
energética nacional, contradicen de
manera tajante su discurso de combate al cambio
climático. La Estrategia Nacional de
Energía, promueve una mayor explotación
petrolera a toda costa y continúa sin
definir claramente las metas de participación
de energía renovable. Nuestro país
le sigue apostando al petróleo caro
y a seguir quemando dicho combustible”, afirmó
Patricia Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace.
“No puede hablarse de combate
al cambio climático cuando la política
energética se muestra adictiva al petróleo,
enfáticamente en la exploración
en aguas profundas del Golfo de México
y en el paleocanal de Chicontepec, dos de
los proyectos estrella de PEMEX”, señaló
Beatriz Olivera coordinadora de la campaña
de Energía y cambio climático
de Greenpeace en México.
“Presidente Calderón,
el mejor camino para combatir el cambio climático
es dejar de depender del petróleo,
es detonar en serio las energías renovables
sin grandes hidroeléctricas y sin nucleares,
es garantizar el buen manejo forestal de los
bosques, y la protección de nuestra
soberanía alimentaria basada en la
gran diversidad de semillas que alberga nuestro
país. Estrategias que sólo aparecen
en sus discursos pero que no se han reflejado
en políticas, presupuestos y acciones
concretas. Greenpeace le exige congruencia
entre el discurso y las políticas nacionales”,
concluyó Arendar.