Publicado el 03 noviembre
2011
Tras la sentencia del Tribunal Supremo ambas
administraciones anunciaron una hoja de ruta
para demoler el hotel que todavía no
se ha hecho pública
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción,
Greenpeace, SEO/BirdLife
y WWF exigen a la Junta de Andalucía
y al Ministerio de Medio Ambiente la firma,
sin más retrasos, del acuerdo que alcanzaron
para demoler el hotel ilegal de El Algarrobico.
Ambas Administraciones se
comprometieron el pasado mes de septiembre
a repartirse las tareas de demolición
del edificio ilegal cuando se pronunciaran
los tribunales. Según el acuerdo, la
Administración General del Estado se
haría cargo de la demolición
física del hotel y la Junta de Andalucía
del desescombro y la restauración ambiental
de esta zona del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar
donde se encuentra la construcción
ilegal. Sin embargo, aún no hay ninguna
novedad sobre el tema, a pesar del pronunciamiento
del Tribunal Supremo contra la legalidad del
hotel, lo que refleja el incumplimiento del
compromiso de demoler el hotel que hizo Rosa
Aguilar al llegar al Ministerio. Dicha demolición
es perfectamente posible en cumplimiento del
Reglamento de Disciplina Urbanística
de la Junta de Andalucía, ya que el
hotel es ilegal e ilegalizable.
En todo caso, las organizaciones
ecologistas reclaman que el Gobierno y la
Junta actúen de forma subsidiaria,
reclamando el coste de la reparación
a la empresa y, en su caso, a los cargos públicos
que autorizaron o informaron favorablemente
este hotel ilegal.
Además, las organizaciones
ecologistas entienden que después de
que Ecologistas en Acción y Salvemos
Mojácar –como parte demandantes del
pleito sobre la licencia de obras que declaró
ilegal la licencia hace más de tres
años– hayan solicitado formalmente
la ejecución provisional de la sentencia
no es necesario esperar a que los tribunales
sigan confirmando la ilegalidad del hotel.
De momento el juzgado de lo Contencioso-Administrativo
número 2 de Almería ha admitido
esta petición de ejecución provisional
que se resolverá en unas pocas semanas,
lo que evidenciará el tiempo perdido
por el Gobierno.
La sentencia del 30 de septiembre
del Tribunal Supremo mantenía la suspensión
cautelar del Plan de Ordenación de
los Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural
que ratifica que los terrenos donde se asienta
el hotel son no urbanizables y por tanto refuerza
aún más la necesidad de poner
en marcha un acuerdo que todavía no
ha visto la luz. Las organizaciones ecologistas
entienden que en el compromiso entre Medio
Ambiente y la Junta también se debe
instar al Ayuntamiento de Carboneras a rehacer
su Plan General de Ordenación Urbana
(PGOU) en el que se clasifica la parcela como
urbanizable en vez de espacio protegido no
urbanizable.
+ Más
WWF recuerda que la humanidad
necesitaría casi tres Planetas para
satisfacer sus demandas en 2050
Publicado el 02 noviembre
2011
Desde el pasado lunes, el Planeta ya cuenta
con 7.000 millones de personas. La humanidad
está consumiendo actualmente los recursos
naturales a una velocidad mayor de la que
pueden regenerar los ecosistemas y continúa
liberando más CO2 del que puede absorber
la naturaleza. Además, aunque la ONU
afirma que el Planeta es capaz de cubrir las
necesidades de todos, la realidad es que esto
es imposible si continúa el ritmo de
consumo de los países del hemisferio
norte.
Y es que no se trata sólo
de alimentar a una población creciente,
sino también de transportar mercancías,
utilizar medicinas, facilitar las comunicaciones
y consumir energía. En estos momentos,
WWF recuerda que la huella ecológica
es mayor que la biocapacidad (capacidad regenerativa)
del planeta y esta es la ruta más clara
hacia la insostenibilidad.
Al actual ritmo de consumo, la humanidad necesitaría
casi tres planetas Tierra para satisfacer
las demandas alimentarias y energéticas
de los más de 9.000 millones de personas
que habrá en 2050. Actualmente, el
consumo mundial de recursos ha superado tanto
la biocapacidad, que ya se necesitan 1,5 años
para regenerar los recursos utilizados sólo
en el año 2007. Y mientras hay 1.000
millones de personas con sobrepeso, otros
1.000 millones sufren hambre crónica.
En su Informe Planeta Vivo 2010, WWF señala
que nuestro Planeta es finito, por lo que
es imprescindible reconocer el importante
papel que desempeña la naturaleza en
la salud y bienestar humanos. También
recuerda la necesidad de proteger los ecosistemas
y especies de los que todos dependemos. Para
WWF hay dos retos prioritarios, la energía
y la producción de alimentos.
Energía: Hay que reducir el consumo
de combustibles fósiles y nucleares,
mejorar la eficiencia en el uso de la energía
y producir dicha energía con fuentes
limpias. En un horizonte 100% renovable para
2050 hay que actuar ya, y apostar claramente
por las renovables, con objetivos muy ambiciosos
para 2020, lo que significaría una
disminución drástica de la huella
ecológica y un considerable ahorro
económico.
Alimentación: Hay que cambiar la dieta
y disminuir drásticamente el consumo
de carne y productos lácteos. El Planeta
está produciendo suficientes alimentos
en la actualidad para alimentar a los 7.000
millones de personas. Pero el problema de
la distribución por mala organización
política, la ineficacia en su manipulación
(se pierde más del 30% de los alimentos
que producimos en su transformación
y traslado y en nuestros propios hogares)
y el exceso de consumo en los países
ricos y, en general, de “proteína animal”
conduce a la situación actual de pobreza
y deterioro ambiental.
Por tanto, WWF considera que hay que replantearse
la manera en la que se asigna y se planifica
el uso del suelo para asegurar que haya en
el futuro tierra disponible para conservar
la biodiversidad y los servicios que nos proporcionan
los ecosistemas. Y es que sólo protegiendo
los recursos naturales y los servicios gratuitos
que prestan los ecosistemas tendrá
futuro la agricultura.
Pero, además, la organización
subraya que es necesario garantizar un acceso
y distribución equitativos de la energía,
agua y alimentos entre las naciones y las
personas. Los individuos tienen muchos retos
personales por delante, incluyendo comprar
más artículos producidos de
forma sostenible, hacer menos viajes y comer
menos carne. No obstante, hace falta, sobre
todo, un cambio de mentalidad en los gobiernos,
empresas e individuos que tienen más
altos niveles de consumo. En consecuencia,
para asegurar el futuro en toda su complejidad
para las próximas generaciones, estos
grupos deben traducir urgentemente estos hechos
y cifras en acciones y políticas, así
como anticiparse tanto a futuras oportunidades
como obstáculos en el camino a la sostenibilidad.
En mayo de 2012, WWF hará público
el nuevo Informe Planeta Vivo, justo antes
de la celebración de Río +20,
con el fin de dar respuestas a la pregunta:
¿Cómo podemos detener el agotamiento
de los recursos naturales y restaurar los
ecosistemas dañados y, al mismo tiempo,
conservar la biodiversidad, mantener los servicios
ambientales y facilitar el acceso a los alimentos,
agua, fibra y combustible para los más
de 9.000 millones de personas que habrá
en 2050?
Otros factores clave para la sostenibilidad:
Cambiar la forma de medir la prosperidad de
las personas y buscar otros caminos para el
desarrollo. El bienestar no puede medirse
solamente en términos de ingresos y
de consumo. Hasta ahora, se medía el
desarrollo sólo teniendo en cuenta
el PNB. Hay que incluir nuevas variables para
cuantificar el desarrollo y el progreso humano,
como la huella ecológica o el Índice
Planeta Vivo que complementen la forma en
la que medimos el bienestar de las personas.
Invertir en el capital natural del Planeta:
hay que invertir en la naturaleza si se quiere
vivir en armonía con ella y disfrutar
de sus servicios de forma sostenible. Los
objetivos actuales del Convenio sobre Diversidad
Biológica están muy lejos de
ser cumplidos. WWF calcula que es necesario
proteger un mínimo del 15% del Planeta.
Y es cada vez más urgente hacerlo si
se quieren mitigar las consecuencias del cambio
climático que ya se está produciendo.
Poner en valor la biodiversidad y sus servicios:
para facilitar esa inversión debemos
ser capaces de valorar de forma adecuada los
servicios que obtenemos de la naturaleza y
los costes de la degradación ambiental
y ese análisis del coste-beneficio
debe guiar las políticas de uso de
la tierra y de desarrollo.
Para ello, hará falta cambios que se
produzcan en el sistema de gobernanza global.
Los esfuerzos a escala nacional no serán
suficientes y se necesitará una acción
internacional para abordar temas globales,
como la eliminación de subvenciones
dañinas y la desigualdad global. El
desarrollo de mecanismos a escala internacional
puede ayudar a asegurar la coordinación
de soluciones locales, regionales y específicas
para cada sector. También se requiere
la acción internacional para desarrollar
los mecanismos financieros que faciliten las
modificaciones necesarias