Enero 11, 2012 - Son lamentables
las condiciones en las que se está
realizando la limpieza del río Coatzacoalcos
a 12 días de que ocurrió un
derrame de petróleo
en Cosoleacaque, Veracruz, en vísperas
del fin de año.
Después de que un
equipo de Greenpeace realizó un recorrido
por el río Coatzacoalcos, desde el
puerto y hasta el predio “El Polvorín”,
en Cosoleacaque, constató las precarias
condiciones en las que se realiza la recolección
del petróleo, que ya llegó hasta
la desembocadura del río Coatzacoalcos
con el Golfo de México; tenemos serias
dudas de que a la fecha ya se hayan recuperado
cerca de cien mil litros de hidrocarburo de
los casi 238 mil derramados, como aseguran
Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
El pasado lunes, la Semarnat dijo que el derrame
se encuentra controlado, mientras que la delegación
estatal de la Procurador Federal de Protección
al Ambiente (Profepa) ha minimizado el problema
además de plantear que no se establecerán
sanciones a Pemex por tratarse de una toma
clandestina.
La limpieza del crudo, por
parte de pescadores locales en su mayoría,
se realizaba con mínimas condiciones
de seguridad. La recuperación de la
emulsión de agua más petróleo
se hacía con cubetas y de ahí
se depositaba en un contenedor; además
los cordones absorbentes de hidrocarburos
se colocaban en bolsas de polietileno, pero
era notorio que de las bolsas se derramaba
más petróleo con agua, mismo
que seguía escurriendo al suelo, donde
no existía alguna membrana protectora
como la que menciona Semarnat en su comunicado.
Para saber con certeza el
volumen de crudo recuperado, se debe esperar
a que esta emulsión se separe, debido
a la densidad del petróleo crudo y
del agua. Una vez que se limpie la región
contaminada con crudo, hay que hacer muestreos
de hidrocarburos en agua y suelos (caracterización),
para asegurar que no se han rebasado los límites
máximos permitidos y posteriormente
realizar el proceso de remediación
o restauración total del sitio, para
garantizar la calidad de vida de la biodiversidad
en el ecosistema.
Pemex debe informar cuál
es el procedimiento que está siguiendo,
junto con la empresa remediadora Caprimex,
para atender esta emergencia en Coatzacoalcos,
las acciones que realizará para hacer
muestreos de hidrocarburos en agua y suelos,
cuáles serán las acciones de
remediación y/o restauración
del sitio, así como las acciones de
prevención que realizará para
que este tipo de desastres no se repitan.
La frecuencia de estos derrames
demuestra la negligencia con la que actúa
Pemex: la poca previsión ante este
tipo de siniestros, ya sean provocados o por
accidentes; la falta de revisión del
estado en que se encuentran sus ductos; la
tardía respuesta para atender este
tipo de eventos, en los que primero involucra
y contrata a la población local sin
proporcionarle equipos de seguridad a fin
de evitar que inhalen el hidrocarburo.
Profepa y el gobierno de
Veracruz deben exigir a Pemex que haga públicas
las acciones que efectuará para caracterizar,
remediar y restaurar la zona, a fin de prevenir
futuros derrames y para resarcir los daños
a los pescadores y a las familias que se han
visto afectadas.
Pese al gran número
de derrames que se han registrado por parte
de Pemex, el gobierno federal continúa
a la zaga de más petróleo, financiando
proyectos cada vez más peligrosos como
es el de aguas profundas en el Golfo de México,
a profundidades que van desde los 450 m hasta
2,500 metros, aventurándose a conseguir
petróleo de difícil acceso,
extracción y alto riesgo, sin contar
hasta ahora con planes de contingencia que
hayan demostrado su éxito al momento
de registrarse un derrame similar al ocasionado
por la empresa British Petroleum en abril
de 2010.
+ Más
No basta limpiar por encimita
para sanear un derrame
Enero 20, 2012 - Sin muestreos
para determinar el grado de contaminación
en el río Coatzacoalcos, debido a un
derrame de petróleo ocurrido hace tres
semanas; Petróleos Mexicanos (Pemex),
la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) así como la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (Profepa)
aseguran que las labores de saneamiento en
suelos y en el río llevan un avance
de 97 por ciento, cuando retirar el hidrocarburo
es sólo una parte del proceso.
Han pasado tres semanas
desde que ocurrió este vertido cerca
del centro de válvulas de Pemex en
Cosoleacaque, Veracruz. En una visita que
realizó Greenpeace a la zona el pasado
7 de enero, se constató que las labores
de saneamiento eran precarias y riesgosas
para la salud de los pescadores y trabajadores
que retiraban el crudo con cubetas y en bolsas;
es decir, limpiando por encima el desastre
provocado por el fujo de miles de litros de
crudo.
Por ello, Greenpeace pide
que se realicen muestreos de hidrocarburos
en agua y suelos (caracterización),
que permitan conocer si se han rebasado los
límites máximos permitidos de
sustancias tóxicas en el río
Coatzacoalcos y en los suelos de la región
afectada. Sólo cuando se conozcan los
resultados de dicho análisis, existirán
condiciones para realizar el proceso de remediación
o restauración del sitio, a fin de
asegurar la calidad de vida de la biodiversidad
en el ecosistema.
Los impactos de un derrame
de crudo tienen un efecto que puede durar
décadas, aquí algunos ejemplos:
1.Un año después
del derrame del Prestige, en España,
en 2002, la degradación del hidrocarburo
fue muy baja, propiciando la contaminación
de las costas.
2.Después de 10 años de la tragedia
del Exxon Valdez, se demostró que los
peces y mejillones que se distribuían
cerca de donde ocurrió el derrame todavía
estaban expuestos a hidrocarburos residuales
en el ambiente.
3.En el Golfo de México, a más
de un año del derrame ocasionado por
la British Petroleum, 80 por ciento del crudo
aún no ha sido recuperado.
El Instituto Nacional de Ecología (INE)
rememora algunos de los percances más
grandes de la historia ligados a Pemex:
•Fuga de fosgeno, en Poza
Rica, Veracruz, 1950;
•Derrame del Pozo Ixtoc I, en la Sonda de
Campeche, 1979;
•Explosión de gas propano, en San Juan
Ixhuatepec, estado de México, 1984;
•Explosión en el drenaje de Guadalajara,
Jalisco, 1992;
•Explosión con etano plus en el complejo
procesador de gas en Reforma, Chiapas, 1996;
•Incendio de la terminal de Pemex, Satélite
Norte, en San Juan Ixhuatepec, 1996.
Las emergencias ambientales relacionadas con
Pemex continúan repitiéndose,
creciendo en magnitud, aumentando su frecuencia
y afectando al medio ambiente y a las personas.
Tan sólo de octubre a enero se han
registrado cinco derrames en de Pemex en la
zona del Golfo de México:
•Derrame en el río
Cazones (30 de octubre de 2011)
•Derrame Poza Rica, Veracruz (23 de noviembre
de 2011)
•Derrame Coatzacoalcos (31 de diciembre de
2011)
•Derrame Álamo (10 de enero de 2012)
•Incendio en plataforma KU-S campo petrolero
Ku Maloob Zaap, Campeche (16 de enero de 2012)
(5)
Pemex debe hacerse responsable por los graves
impactos ambientales, económicos y
sociales que está dejando su actividad
en el Golfo de México. No puede seguir
actuando impunemente sin que se haga responsable
de sus acciones.
Es urgente que el
gobierno analice el alto riesgo que representan
los proyectos de explotación petrolera
en aguas profundas. Lo que hemos visto en
el Coatzacoalcos es una muestra de que la
industria petrolera en el país no está
preparada para prevenir, actuar y remediar
desastres ambientales. Greenpeace demanda
la cancelación inmediata de nuevas
perforaciones en el Golfo de México
e indemnización a los pescadores que
resultaron afectados.