Publicado el 29 febrero
2012 - El último
censo científico de la especie se llevó
a cabo hace más de 10 años
Las medidas de prevención escasean.
En 2010 tan sólo se repartieron 14
mastines en toda Castilla y León
WWF, Ecologistas en Acción,
SEO/Birdlife, ASDEN/EA, la Plataforma por
la defensa de la Cordillera Cantábrica,
FAPAS, ACENVA y ASCE rechazan que desde la
Consejería de Medio Ambiente se insista
en primar las actuaciones de control del lobo
y en pedir que sea declarada como especie
cinegética en todo el territorio de
Castilla y León. Para estas organizaciones
resulta preocupante que la Consejería
ceda a las continuas presiones de ciertos
grupos de interés, perpetuando así
la persecución a la que el lobo se
está viendo sometido en los últimos
años en la región. Los grupos
reivindican la importancia de la especie,
la necesidad de impulsar un correcto seguimiento
de sus poblaciones, la aplicación de
nuevas y mejores medidas de prevención
de ataques y un plan de apoyo a la ganadería
extensiva.
Las organizaciones ambientales rechazan el
modelo de gestión de las poblaciones
de lobo basado casi exclusivamente en el control
de una especie clave para el equilibrio de
nuestros ecosistemas. También se oponen
a la petición de la Junta de Castilla
y León de que el lobo pueda ser considerado
una especie cinegética al sur del Duero,
ampliando su caza a todo el territorio de
la región.
Esta medida no va a solucionar los problemas
existentes, puesto que al norte del río
también se producen daños y
conflictos con el ganado. Por ello van a solicitar
al Ministerio que rechace esta propuesta y
que en cambio vele por el buen desarrollo
y cumplimiento del plan de conservación
y gestión de la especie, un instrumento
exigido por la UE y del que también
es responsable el Gobierno central.
Las ONG ambientales denuncian de nuevo que
las ideas de modificación del Plan
de conservación y gestión del
lobo de la Consejería de Medio Ambiente
de Castilla y León cede ante la presión
de las organizaciones agrarias y prevén
una continuidad de las políticas ineficaces
llevadas a cabo hasta hoy. Además,
critican que no ha existido, hasta la fecha,
ningún tipo de proceso participativo.
Desde el pasado mes de septiembre el Comité
de seguimiento del Plan no se ha reunido y
la mayor parte de los miembros no han recibido
información alguna, excepto a través
de la prensa.
Una de las mayores fortalezas del Plan es
la existencia de este Comité, en el
que todos los sectores podrían trabajar
en la búsqueda de soluciones, más
allá de ser convocados para la aprobación
de los cupos anuales de caza, como ha venido
ocurriendo hasta ahora. Los grupos esperan
que la disposición al diálogo
de la Consejería se muestre con todos
los sectores y se haga a través del
Comité.
En los últimos años se han primado
las medidas de control de la especie y de
compensación por daños, frente
a la inversión en medidas de prevención,
como perros guardianes, cerramientos o pastores
eléctricos.
Por ejemplo, en 2010 tan sólo se repartieron
14 mastines en toda Castilla y León,
pese a ser una de las medidas de prevención
más eficaces que se conocen y tan sólo
27 beneficiarios recibieron algún tipo
de ayuda para medidas de prevención.
Es crucial la inversión en este tipo
de medidas, así como en investigación
y desarrollo de nuevas formas de prevención
para compatibilizar la existencia de lobos
y ganaderos.
También resulta especialmente
necesaria la aprobación definitiva
de la norma que permita el uso de muladares
tradicionales y el abandono de cadáveres
de reses en el campo, algo fundamental para
aportar recurso alimenticios a muchas especies
y aliviar así gran parte de las tensiones
existentes, a la vez que para facilitar la
labor de muchos ganaderos.
A esto hay que añadir el interesante
anuncio de la Junta de desarrollar posibles
medidas agroambientales de apoyo al sector
ganadero que ayuden a compatibilizar conservación
y producción y sirvan para complementar
, las rentas en zonas con presencia de lobo,
y la necesaria mejora de los sistemas de pago
vía seguro, que sin duda resultan más
interesantes y prácticos que otras
formas de compensación.
Otra anuncio interesante por parte de la Consejería
es la mejora del seguimiento de las poblaciones
de lobo, un elemento fundamental para poder
aplicar planes de gestión de la especie
con efectividad.
Las cifras actuales de población de
la especie en Castilla y León son poco
fiables, los estudios realizados son poco
rigurosos. De hecho, no se ha llevado a cabo
un censo del lobo desde hace más de
10 años. Esta situación permite
especulaciones acerca del número de
lobos existentes. Por una parte, los ganaderos
hablan de un incremento de la población
mientras que la Junta asegura que la población
permanece estable. Las ONG conservacionistas
y los científicos dudan de estos datos,
alegando que los cupos de caza no se cumplen
porque no existen tantos ejemplares. Por otra
parte, las cifras indican que asciende la
mortalidad ilegal por veneno o disparos.
Es fundamental encontrar soluciones a los
problemas estructurales del sector ganadero
en extensivo ya que éste supone una
herramienta básica para vertebrar el
territorio y para mantener una actividad fundamental
para la conservación del patrimonio
natural castellano. Pero el lobo no es el
responsable de todos los problemas y dificultades
que sufren los ganaderos. El lobo es necesario
para controlar poblaciones de especies salvajes,
evitando la propagación de enfermedades
al ganado doméstico.
La dureza del trabajo, la falta de relevo
generacional, los bajos precios, la subida
de los costes de producción, las excesivas
trabas burocráticas o la falta de apoyo
institucional son algunos de los elementos
originarios de la crisis en el sector. Para
atajarlos, las ONG solicitan además
la elaboración urgente de un Plan Nacional
de Apoyo a la ganadería extensiva,
elaborado con la participación de todos
los grupos de interés.