Greenpeace reclama una solución
definitiva para impedir la destrucción
de los últimos bosques primarios del
planeta
marzo 21, 2012 - La Amazonia es el bosque
primario más grande que queda en el
planeta y alberga más biodiversidad
que cualquier otro sitio de la Tierra. Sin
embargo, este maravilloso y único bosque
tropical se encuentra atrapado entre dos fuerzas
destructivas: la deforestación y el
cambio climático.
En las últimas cuatro
décadas, solo en Brasil, la Amazonia
ha perdido una quinta parte de su superficie
(unos 700.000 km2), lo que representa un área
más grande que toda Francia. Si la
tasa de deforestación sigue a este
ritmo, la Amazonia podría desaparecer
dentro de 50 años. Hasta el momento
se estima que se ya se ha perdido cerca del
18% de la selva amazónica.
Brasil ocupa el cuarto lugar en el ranking
de países emisores de gases de efecto
invernadero (GEI), lo que le convierte en
un país clave para la lucha contra
el cambio climático. El 75% de estas
emisiones de GEI brasileñas proceden
de la deforestación.
“Urge encontrar una solución
permanente y definitiva para salvar los últimos
bosques primarios del planeta, especialmente
la Amazonia, que en la actualidad se enfrenta
a grandes amenazas. Nos acercamos peligrosamente
a lo que podría ser un punto de no
retorno y de perder la oportunidad de salvar
uno de los bosques más importantes
de nuestro planeta”, ha afirmado Luís
Ferreirim, responsable de la campaña
de Agricultura y Bosques de Greenpeace España.
La expansión de la
frontera agrícola (cultivo de soja
y ganadería) son las principales causas
de la deforestación, problema que va
precedido por la tala legal e ilegal con destino
a la industria maderera.
Los datos más recientes
muestran que en los últimos tres años
la tasa de deforestación ha ido decreciendo
(1). El éxito en la lucha contra la
deforestación es debido a un conjunto
de medidas políticas y de gobernanza
como son: un mayor control por parte del gobierno
brasileño, una mayor implicación
de las autoridades judiciales, la ampliación
y mejora de las áreas protegidas, las
operaciones policiales y la lucha contra la
corrupción, así como el éxito
de las iniciativas de la sociedad civil, entre
las que se encuentran las campañas
de Greenpeace.
Pero hay nuevas amenazas.
El actual debate sobre la reforma del Código
Forestal en Brasil pone en evidencia la fragilidad
de la gobernabilidad en la Amazonia y lo importante
de incidir en su protección. El nuevo
código pone en riesgo millones de hectáreas,
incluso antes de ser aprobado. A pesar de
que la deforestación ha ido decreciendo,
en abril de 2010 se produjo un repunte de
la deforestación en Mato Grosso, con
un aumento del 800% con respecto al año
pasado.
“Solo hay una solución
para la Amazonia y se llama Deforestación
Cero”, ha concluido Luís Ferreirim.
Greenpeace trabaja con el
objetivo de acabar con la deforestación
en la Amazonia en el 2015 y de forma global
para el 2020.
(1) http://www.obt.inpe.br/prodes/index.html
+ Más
Agricultores, consumidores
y ecologistas exigen la prohibición
del cultivo de maíz transgénico
MON810 en España como ha hecho Francia
El maíz transgénico
MON810 no garantiza una mayor rentabilidad
ni contribuye a la seguridad alimentaria,
en contra de lo que ha afirmado recientemente
el ministro Arias Cañete
marzo 27, 2012 - Ante la proximidad del inicio
de la época de siembra de maíz,
Amigos de la Tierra, Confederación
de Consumidores y Usuarios (CECU), Coordinadora
de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos
(COAG), Ecologistas en Acción, Greenpeace
y Plataforma Rural exigen que España
apele al principio de precaución siguiendo
los pasos de otros países como Francia
y que prohíba el cultivo de maíz
transgénico MON810, al amparo del articulo
34 del Reglamento 1829/2003 CE.
El Ministro de Agricultura
francés, Bruno Le Maire, acaba de establecer
una nueva moratoria para la siembra de maíz
transgénico MON810 como medida preventiva
de protección a la salud y al medio
ambiente, a la espera de una respuesta por
parte de la Autoridad Europea de Seguridad
Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés)
ante las evidencias científicas remitidas
por el Gobierno francés.
En la actual moratoria francesa
se esgrimen razones de peso para prohibir
el cultivo de este maíz (1). Entre
ellas cabe destacar que el maíz MON810
fue autorizado en 1998 bajo la Directiva 90/220
CE dónde los requisitos para la evaluación
de riesgos eran mucho menores que los establecidos
por la Directiva 18/2001 CE, que la ha derogado
y sustituído, por lo que su seguridad
en todos los ámbitos está puesta
en cuestión.
Por otro lado, estudios
recientes llevados a cabo durante los últimos
tres años por organismos oficiales
españoles, demuestran que el maíz
transgénico MON810 no es más
productivo que las variedades equivalentes
convencionales (2).
España debe apostar
decididamente por soluciones respetuosas con
el medio ambiente y con la salud pública,
que no provoquen el rechazo de la ciudadanía
ni de los mercados en general y que sean un
valor distintivo de los productos españoles.
España es la mayor potencia de la UE
en materia de agricultura ecológica
(3) y el principal productor y exportador
de miel (4).
Por ello, la reciente sentencia
del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea (5), que prohibe la presencia de polen
proveniente de plantas transgénicas
en la miel y en complementos alimenticios,
pone a España en el punto de mira y
ya está provocando graves consecuencias
para el sector apícola español,
con el rechazo de los principales países
importadores de la UE, como Francia y Alemania.
La superficie de maíz
transgénico cultivado en España
es suficiente para poner en jaque sectores
fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas,
para la generación de empleo verde
y para la puesta en el mercado de productos
de calidad como son la agricultura ecológica
y la apicultura. Para Greenpeace y Plataforma
Rural prohibir los cultivos transgénicos
es la única y definitiva solución
a estos problemas.
Con Francia son ya siete
los países europeos que han prohibido
el cultivo del maíz transgénico
MON810. Los otros países son: Alemania,
Austria, Hungria, Grecia, Luxemburgo y Bulgaria.