Publicado el 09 abril 2012
- Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción,
Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF ven una enorme
contradicción entre unas partidas marginales
para el medio ambiente en los Presupuestos
y los grandes desafíos ambientales
como el cambio climático y la desaparición
de biodiversidad.
Con ocasión de la presentación
del Proyecto de Presupuestos Generales del
Estado a las Cortes Generales, las organizaciones
ecologistas de ámbito estatal denuncian
el poco peso dado a la protección del
medio ambiente en las previsiones de gastos
para 2012. Las partidas directamente relacionadas
con la preservación ambiental previstas
por el Gobierno sufren un recorte del 21%,
pasando de 2.258 millones de euros en 2011
a 1.789 millones este año, cuando el
recorte medio del gasto de los ministerio
es del 16,9%. Se sigue por lo tanto la tendencia
a la baja de la importancia relativa del medio
ambiente en los Presupuestos, que se viene
dando desde 2008. Este año, estas partidas
representan solamente un 2,7% del gasto previsto
de los ministerios.
Esta marginación de la actuación
ambiental por parte del Estado entra en grave
contradicción con los importantes desafíos
del cambio climático, la perdida acelerada
de la biodiversidad, la degradación
de ecosistemas, la contaminación de
agua, aire y suelo, y el agotamiento de los
recursos naturales. Frente a estos grandes
retos, síntomas de la crisis ambiental
mundial en la que estamos inmersos, cabe esperar
una respuesta contundente del ejecutivo. La
protección decidida del medio ambiente
forma parte de la solución a las actuales
crisis social y económica, y esto debe
quedar claramente reflejado en los Presupuestos
Generales del Estado.
Por lo contrario, desde
hace varios años estamos asistiendo
al desinterés del Gobierno por los
temas ambientales, dando la espalda al firme
y urgente compromiso con el medio ambiente
imprescindible para emprender el camino hacia
un modelo compatible con la capacidad real
del Planeta. Amigos de la Tierra, Ecologistas
en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife
y WWF esperan una mejora sustancial en este
sentido de los Presupuestos Generales del
Estado durante su trámite parlamentario.
En todo caso, instan al ejecutivo a gastar
estos muy pocos recursos económicos
en inversiones realmente beneficiosas para
el medio ambiente, investigación y
proyectos pilotos, participación, y
no en infraestructuras y obras muy a menudo
dañinas para el entorno.
La prevención de la contaminación
y el cambio climático es la partida
que más recorte soporta en el Proyecto,
pasando de 101 millones de euros en 2011 a
53 millones en 2012, ¡un 48% menos!
Esto representa un ridículo 0,08% del
gasto de los ministerios. Parece que cuanto
mayor es la problemática, menos recursos
económicos se le dedica. La lucha contra
el cambio climático es el reto más
importante que tiene la humanidad frente a
sí. En España, los impactos
del calentamiento global ya son evidentes
e irán incrementándose, provocando
graves pérdidas económicas a
sectores como el turismo o la agricultura.
Los recientes incendios forestales, así
como la actual sequía, son una muestra
de la repercusión económica
que tiene y tendrá el cambio climático
sobre nuestro país.
La protección y mejora del medio natural,
que incluye la partida de Parques Nacionales,
pasa de 225 millones de euros en 2011 a 190
millones en 2012, una reducción del
16%. Supone tan sólo un 0,3% del gasto
de los ministerios. Estas cifras son ridículas
para frenar la acelerada desaparición
de biodiversidad, reflejada en la pérdida
tanto de especies como de interacciones ecológicas,
bienes, procesos y servicios ambientales esenciales
para mantener las condiciones de existencia
del ser humano en el Planeta. España
tiene compromisos europeos e internacionales
en el marco del Convenio de la Diversidad
Biológica con objetivos que cumplir
para 2020 y no se puede permitir retrasar
una acción contundente de protección
de la biodiversidad.
Tampoco se entiende un recorte del 38% a la
protección y mejora del medio ambiente,
de la que depende asuntos tan importantes
como la calidad del aire o la gestión
de los residuos. España contabiliza
unas 16.000 muertes prematuras al año
por contaminación atmosférica,
por lo que apostar por una mejor calidad del
aire repercute en un evidente ahorro en el
gasto sanitario del país. De igual
forma, un incremento de los porcentajes de
reciclado de residuos tendría una repercusión
económica muy positiva por el valor
de los materiales recuperados y la creación
de empleo.
La actuación en la costa ve disminuir
su partida en un 36%, a pesar de que se trata
de uno de los ecosistemas más frágiles
de nuestro territorio. Con esta situación,
es más necesario que nunca emplear
los recursos disponibles en inversiones realmente
protectoras del litoral, rechazando las obras
y regeneraciones de playas que no contribuyen
a ello.
Por su parte, la calidad del agua pierde un
25% de su asignación presupuestaria
frente a 2011, aunque el propio Ministerio
reconozca los incumplimientos de la normativa
europea en esta materia. En cambio, el gasto
en gestión e infraestructuras del agua,
la partida de lejos más importante
del capitulo ambiental, se recorta solamente
en un 12%, haciendo temer que no desaparecerán
las inversiones las obras hidráulicas
innecesarias y altamente impactantes.
En desarrollo rural, los recursos económicos
para medidas del Fondo Español de Garantía
Agraria no varían. En cambio la dotación
del programa de desarrollo rural sostenible
pasa de 200 millones a 28 millones, aunque
sea un aspecto esencial para mantener un medio
rural vivo por permitir la participación
de muy diversos agentes.
Con estas cifras, las organizaciones ecologistas
de ámbito estatal no pueden dejar de
establecer alguna comparación. Las
grandes inversiones muy negativas para el
entorno, en particular en materia energética,
de transporte y de defensa, no desaparecen.
Así se anuncia por ejemplo unas inversiones
en infraestructuras de 11.368 millones de
euros. Las partidas de lucha contra el cambio
climático o de protección de
la biodiversidad, dos de los mayores impactos
ambientales de estas infraestructuras, son
insignificantes a su lado.