Para Petróleos
Mexicanos (Pemex), cada vez son
menos los obstáculos para que pueda
iniciar exploraciones en aguas profundas
del Golfo de México.
Recientemente, la Comisión Nacional
de Hidrocarburos (CNH) avaló los
proyectos de Pemex que perfore los pozos
Trión-1 y Supremus-1, en el área
conocida como “Perdido” en el Golfo de
México, lo que demuestra que ese
organismo, a pesar de emitir sus opiniones
técnicas sobre los riesgos de un
derrame en aguas profundas, prefiere dar
el sí a la empresa petrolera en
vez de rechazarlos por no cumplir con
los criterios mínimos para responder
en caso de una contingencia en aguas profundas.
Si bien,
la CNH ha señalado la ausencia
de protocolos de respuesta y capacidades
técnicas para contener y recuperar
hidrocarburos en caso de derrames en aguas
profundas, también.
Entre las
deficiencias que la CNH encontró
en los proyectos de los pozos Trión-1
y Supremus-1 destacan:
•La paraestatal
debe desarrollar mayores capacidades para
la contención de un derrame de
hidrocarburo y recuperación del
mismo, también se le pide que adquiera
equipos y materiales para aumentar sus
capacidades de contención y recuperación
de crudo en la superficie marina.- Pemex
debe desarrollar protocolos específicos
en donde se describa paso a paso, los
equipos, materiales y las acciones concretas
que se realizarán en caso de que
suceda una contingencia o siniestro en
el menor tiempo posible.
•No cuenta con “protocolos o procedimientos
en donde se establezcan criterios de decisiones
operativas y coordinación para
realizar trabajos simultáneos de
perforación de pozos en aguas profundas.
•No ha demostrado contar con una metodología
para determinar el peor escenario de derrame
de hidrocarburos ni procedimiento a seguir,
tiempos de respuesta, y recursos necesarios
a ser aplicados para controlar el derrame
en el pozo.
Para el pozo Supremus-1, la CNH señaló
que la Secretaría de Energía
(Sener) debe valorar el establecimiento
de mecanismos de monitoreo más
estrictos para la perforación del
pozo piloto, dada la existencia de numerosas
fallas geológicas presentes en
el área e imponer requerimientos
mecánicos a Pemex, que garanticen
en todo momento la seguridad del pozo.
Es muy
grave que la CNH avale un proyecto de
perforación de alto riesgo sin
comprobar la capacidad financiera y la
existencia de las pólizas de seguros
correspondientes para la perforación
de ambos pozos, sin contar con un soporte
ante un eventual derrame de hidrocarburos.
La Comisión debe mantenerse como
un órgano regulador autónomo
y con autoridad para rechazar proyectos
riesgosos para el país, de ello
depende la seguridad ambiental y económica
de los mexicanos.
+ Más
Hansa Urbana,
de nuevo bajo los focos
La cascada
de escándalos e ilegalidades derivada
de los años de excesos de la burbuja
inmobiliaria en España no cesa
de salir a la luz en los principales medios
de comunicación, y parece lejos
de terminar. La empresa alicantina Hansa
Urbana, que ha diseñado y sostiene
el mega-proyecto de Cabo Cortés,
en México, no es en este sentido
ninguna excepción. Su presidente,
Rafael Galea, está entre un grupo
de seis acusados que se van a sentar en
el banquillo de un juzgado de lo penal,
bajo cargos de delito fiscal y falsedad
documental, por valor de 6 millones de
euros.
Según
el diario de Murcia La Verdad, este caso
de fraude tributario está vinculado
con Enrique Ortiz, participante en otras
tramas ligadas a la corrupción
urbanística como el caso Brugal.
En el que nos ocupa, parece que Ortíz
y otros vendieron suelo de Alicante a
Hansa Urbana, y en la operación
se evitó el pago del Impuesto sobre
el Valor Añadido (IVA) de forma
indebida. Ahora la Fiscalía, que
ya ha presentado su escrito de conclusiones
provisionales, pide para ellos casi 6
años de cárcel y que hagan
frente a una responsabilidad civil equivalente
a lo defraudado, es decir 6 millones de
euros.
No es la
primera (y posiblemente tampoco será
la última) operación de
carácter dudosamente legal en la
que se ve envuelta Hansa Urbana. Varios
de sus proyectos ubicados en la región
de Murcia, como el de Novo Cartagho, permanecen
aparcados debido en parte a recursos legales
y en parte a la falta de liquidez por
la crisis económica.
Para hacer
frente a un impago, la empresa cedió
a finales del año pasado su proyecto
de Cabo Cortés a la Caja de Ahorros
del Mediterráneo (CAM), intervenida
por el Banco de España, con varios
de sus ex directivos investigados y a
punto de ser absorbida por el Banco Sabadell.
Sin embargo, el proyecto sigue figurando
en su web y sigue teniendo parte en él
a través de sus filiales en México.
Cabo Cortés,
con un tamaño previsto casi igual
a la capacidad hotelera de Cancún,
puede poner en serio riesgo el arrecife
de Cabo Pulmo, una de las reservas marinas
más productivas del mundo, y Patrimonio
Natural de la Humanidad de la UNESCO.
La campaña contra este proyecto
sigue recabando firmas –ya van más
de 160.000- para pedir al gobierno de
México que cancele todos los permisos
ya que incumple claramente la ley.
¿A
quién va a escuchar el gobierno
de México? ¿A sus propios
ciudadanos y la comunidad de Cabo Pulmo,
o a estos jugadores de ventaja que sólo
piensan en incrementar sus beneficios?
Fuente: Greenpeace
– Internacional
Todos los derechos reservados a los autores
de los artículos
Asesoría de prensa |