Publicado el
18 septiembre 2012 - La situación del
lince ibérico en España continúa
siendo altamente frágil
e inestable, pese al incremento de la población
en los últimos años. El pasado
domingo se localizó atropellado un cachorro
hembra de unos seis meses de edad en la zona
de Andújar-Cardeña (Córdoba)
y al día siguiente moría el lince
Heno en la población de reintroducción
del Guadalmellato, en la misma provincia. La
muerte de un solo ejemplar representa una pérdida
incalculable, teniendo en cuenta la baja variabilidad
genética de las poblaciones y el enorme
esfuerzo que supone sacar adelante a los animales.
WWF demanda la puesta en marcha de medidas que
eviten los atropellos en las nuevas zonas de
presencia de la especie.
La población de lince
ibérico ha aumentado de tan sólo
100 ejemplares en 2002, a más de 300
en el 2011. Sin embargo estos números
responden al inmenso esfuerzo y recursos empleados
en su recuperación. No obstante, sin
unas medidas concretas de prevención
de la mortalidad, todo el trabajo realizado
hasta ahora podría ser inútil.
El pasado domingo 16 se localizaba
atropellado un cachorro hembra de unos seis
meses de edad en la población de Andújar-Cardeña,
en el km 83 de la carretera N-420, entre Cardeña
y Azuel (Córdoba). Al día siguiente,
lunes, aparecía muerto Heno en la población
de reintroducción del Guadalmellato en
la carretera A-421, entre Adamuz y Villanueva
de Córdoba. Este individuo era un macho
de 2011, nacido en el centro de cría
en cautividad de La Olivilla y liberado en la
zona a principios de año.
Ramón Pérez
de Ayala, técnico del programa de especies
de WWF explica: “La muerte de un lince puede
parecer algo sin importancia, pero sin embargo
es un golpe descomunal para la población.
Es necesario construir poblaciones diversas
y abundantes para poder decir que la especie
se encuentra a salvo”. Y añade: “El trabajo
de recuperación de los linces supone
un gran esfuerzo y es necesario complementarlo
mediante la protección efectiva de las
poblaciones con medidas como la correcta señalización
de las carreteras o pasos de fauna en lugares
de mayor tránsito de animales. Es necesario
elaborar un plan de mejora específico
de las carreteras en el área de distribución
del lince, tanto presente como futura”.
Los atropellos son la principal
causa de muerte no natural para la especie y
para WWF es imprescindible estudiar detenidamente
los nuevos datos de cifras de población
salvaje y de distribución del lince para
adaptar adecuadamente las infraestructuras.
Solamente desde Agosto del 2011 han muerto otros
seis linces atropellados: cuatro en Doñana,
uno en Andújar y otro en más en
Guadalmellato.
Mientras que el trabajo realizado
dentro de los proyectos Life+ Lince ha conseguido
reducir en gran medida la mortalidad en el corazón
de la población de Doñana, el
incremento de las poblaciones y de la superficie
ocupada ha hecho que comiencen a producirse
frecuentes atropellos en nuevas zonas. Algo
similar ocurre en la zona de Sierra Morena,
donde la especie está colonizando nuevos
territorios en los últimos años.
La Junta de Andalucía
debe tomar nota de las lecciones aprendidas
en Doñana, donde se han conseguido grandes
resultados, y exportar las soluciones al resto
de poblaciones de manera anticipada, para prevenir
tanto el continuo crecimiento de las poblaciones
como las vías de dispersión de
la especie.
Por otra parte, es necesario
el compromiso de otras administraciones. WWF
espera que el nuevo Plan de Trasporte Infraestructuras
y Vivienda (PITV) que el MAGRAMA ha anunciado
recientemente, corrija los defectos de planes
anteriores y preste una particular atención
en adecuar la actual red viaria para mejorar
la seguridad de las carreteras y minimizar los
atropellos de especies protegidas.
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