31 octubre, 2012
- Para que los proyectos eólicos impulsados
en México sean realmente sustentables,
como lo señaló ayer el presidente
Felipe Calderón en el Istmo de Tehuantepec
mientras inauguraba dos
parques eólicos, es preciso que sean
resueltos los conflictos sociales generados
por la instalación de las primeras de
centrales eólicas en la zona de La Ventosa,
Oaxaca, entre los que se encuentran litigios
de tierras, despojo, violaciones a los derechos
humanos e intimidación a comunidades
aledañas.
Si bien la energía
eólica es una de las alternativas para
mitigar el calentamiento global del planeta
-cuyos efectos devastadores son visibles en
fenómenos como el Huracán Sandy
que asoló la Costa Este de Estados Unidos-,
la instalación de aerogeneradores en
el territorio mexicano debe guardar ciertos
criterios que aseguren precisamente su sustentabilidad,
como la consulta pública a todas las
comunidades aledañas, brindar información
adecuada, ubicación en terrenos que no
esté en litigio y que sean centros generadores
de inversiones, empleos, desarrollo regional
y beneficios para las comunidades cercanas.
Algo que no ha ocurrido en la región
de La Ventosa, en Oaxaca.
La organización
ambientalista recordó que desde 1994,
la instalación de aerogeneradores en
la zona de La Ventosa ha estado sujeta a un
tenso debate entre los propietarios de la tierra,
en su mayoría ejidatarios y comuneros
y las empresas inversionistas. Las principales
disputas se deben a conflictos por las tierras
y al pago por el usufructo de las mismas.
Comunidades indígenas
oaxaqueñas han acusado reiteradamente
a empresas transnacionales por promover inversiones
que no generan empleos, desarrollo regional
ni beneficio alguno para las comunidades cercanas
y que sólo les han acarreado violaciones
a sus derechos, intimidaciones y despojo.
Entre los pueblos
indígenas de la zona que han resultado
afectados se encuentran: los binnizaa, los ikoots,
chontales, chinantecos, mixes y zoques. Si hay
alguna participación de los pueblos indígenas
en proyectos para mitigar el cambio climático,
se deben reconocer y respetar los derechos contemplados
en el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y en el Artículo
26 de la Declaración de la ONU sobre
los derechos indígenas, en especial el
derecho a las tierras, territorios y recursos
que tradicionalmente han poseído, ocupado
o de otra forma a utilizado.
La energía
eólica forma parte crucial de la transición
energética y tiene un gran potencial
en México: en la Rumorosa en Baja California,
en Zacatecas, Hidalgo, Veracruz, Sinaloa y en
la Península de Yucatán, pero
sobre todo en el Istmo de Tehuantepec en donde
los vientos del norte soplan durante siete meses
del año.
Greenpeace promueve
en México y el mundo una [R]evolución
Energética: un escenario de energía
renovable que busca prescindir del uso de combustibles
fósiles y transitar hacia la implementación
de energías renovables bajo un modelo
sustentable.
+ Más
Productores de
Sinaloa le hacen el feo a los transgênicos
30 octubre, 2012
- Nadie les dijo nada. Los productores de maíz
criollo de los municipios de San Ignacio y Concordia,
en Sinaloa, no fueron notificados sobre la existencia
de un proceso de consulta para cambiar la forma
de producción del maíz en la región
ahora que la empresa Monsanto solicitó
autorización para sembrar maíz
transgénico con fines comerciales en
las 700 mil hectáreas de cultivo de temporal
en esta entidad.
Mucho menos les
comentaron que para acceder y participar en
dicha consulta era requisito indispensable contar
con servicio de Internet y su respectiva computadora,
porque la convocatoria lanzada por el Servicio
Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria
(Senasica) se encuentra en su página
web.
De esta manera,
a cientos de campesinos e indígenas,
los mismos que durante miles de años
ha conservado la riqueza de maíces mexicanos,
les arrebatan la posibilidad de emitir una opinión,
claro, por medio de la web, porque ya alzaron
la voz para gritar su indignación por
las violaciones a sus derechos y para exigir
al Gobierno de este país niegue a Monsanto
la autorización para sembrar maíz
transgénico en todo el territorio de
ese estado.
Los productores
sinaloenses denuncian que el sesgo de la Senasica,
que margina de la consulta pública a
campesinos e indígenas que no tienen
acceso a Internet, representa violaciones a
la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados (LBOGM).
De acuerdo con
el Artículo 2º, Fracción
XIV, se obliga a “establecer mecanismos para
la participación pública en aspectos
de bioseguridad materia de esta Ley, incluyendo
el acceso a la información, (…) y la
consulta pública sobre solicitudes de
liberación de OGMs al ambiente”. Así
mismo, el Artículo 108 obliga a realizar:
“… los estudios y las consideraciones socioeconómicas
resultantes de los efectos de los OGMs que se
liberen al ambiente en el territorio nacional,
y establecerá los mecanismos para realizar
la consulta y participación de los pueblos
y comunidades indígenas asentadas en
las zonas donde se pretenda la liberación
de OGMs, considerando el valor de la diversidad
biológica”.
Aquí no
termina la indignación, de aprobarse
las solicitudes de siembra comercial de maíz
transgénico para las 700 mil hectáreas
del estado de Sinaloa, el Gobierno Mexicano
no podrá garantizar la producción
de maíz blanco libre de transgénicos
para la alimentación de los mexicanos.
¿Dónde quedará el derecho
constitucional a una alimentación nutritiva,
suficiente y de calidad, y la soberanía
alimentaria de los mexicanos? Tampoco nadie
nos ha dicho nada sobre eso. |