Publicado el
11 marzo 2013 Los países latinoamericanos
que, junto a otros, presentaban hoy varias propuestas
para la protección de varias especies
marinas, están de enhorabuena. Los estados
miembros participantes en la Convención
de Comercio Internacional de Especies Amenazadas
(CITES) en Tailandia han votado que varias especies
de tiburones y rayas se incluyan dentro del
Apéndice II del tratado, regulando su
comercio trasnacional.
Varios países,
entre los que se encuentra un nutrido grupo
de naciones latinoamericanas, conseguían
hoy que tres especies de tiburón martillo,
el tiburón oceánico, el marrajo
sardinero y dos especies de mantas rayas se
incluyan en el Apéndice II de la Convención
de Comercio Internacional de Especies Amenazadas
(CITES), que regula su comercio internacional.
Carlos Drews,
jefe de la delegación de WWF en la Convención,
declaraba al término de las negociaciones:
"Este es un momento histórico que
demuestra que los gobiernos del mundo apoyan
la pesca sostenible y están preocupados
por la explotación excesiva de los tiburones
y las rayas para su uso comercial. La decisión
de hoy será crucial para frenar la sobrepesca
desenfrenada que está empujando a estos
animales al borde del colapso".
"Hoy se
ha demostrado que los gobiernos siguieron los
criterios científicos para tomar decisiones
sobre la explotación comercial de la
vida marina. Alentamos a los gobiernos a ser
consecuentes con estas decisiones y no reabrir
el debate antes de que termine la semana, poniendo
en riesgo esta victoria para los tiburones las
manta rayas y los pescadores".
Varias ONG internacionales,
entre las que se encuentran algunas relacionadas
con el ecoturismo, se han manifestado a favor
de las manta rayas, comentando que proteger
las poblaciones de manta rayas no sólo
ayuda al futuro de las pesquerías sino
que también impulsa el turismo sostenible
de buceo en todo el mundo, un importante generador
de recursos para algunas comunidades costeras.
Tiburones y manta
rayas tienen una madurez sexual tardía,
(por ejemplo, las manta rayas sólo tienen
una cría cada dos años) y viven
alrededor de 30-40 años. Además
el hecho de que se congreguen en grandes grupos
de un mismo sexo y un mismo rango de edad les
convierte en un blanco fácil para los
barcos pesqueros. Una pesquería como
la actual, tiene un impacto enorme en el futuro
de las especies.
En el caso de
los tiburones, los argumentos en contra vienen
de parte de países que, como Japón,
China o Rusia, opinan que CITES no es el foro
para regular la pesca de estas especies de importancia
comercial, aparte de la dificultad para identificar
las diferentes aletas. Sin embargo, los países
a favor han explicado durante el debate de hoy,
que la identificación de una aleta de
tiburón oceánico o martillo es
muy fácil, por lo singular de sus características.
La razón
para regular el comercio internacional es frenar
el descontrol existente, alimentado por una
demanda creciente, sobre todo en los países
asiáticos. Las aletas de tiburón
son un producto de lujo para la gastronomía
asiática, mientras que las agallas de
raya se usan en la medicina tradicional china.
Ambos productos están llevando a estas
especies a un rápido declive de sus poblaciones.
Algunas de ellas han experimentado descensos
de hasta un 86% en algunos lugares.
No es la primera
que los tiburones se han debatido en CITES.
En la pasada edición (2010), las mismas
especies fueron sometidas a debate y no consiguieron
pasar.
Según
el último informe de la organización
PEW, presentado la semana pasada en CITES, España
figura entre las primeras flotas del mundo en
exportación de tiburones y rayas. Los
datos provienen de la Organización de
Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura (FAO). Según el estudio,
la carne se vende legalmente en mercados europeos
mientras que las aletas se exportan a Asia.
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