Noticia - 11
marzo, 2013 - Tokyo, Japón.- Hoy se cumplen
dos años de la catástrofe nuclear
ocurrida tras el terremoto y posterior tsunami
en Fukushima, Japón. El panorama no es
muy favorable. Las víctimas de esta tragedia
continúan sufriendo no sólo por
la naturaleza de estos eventos, sino por el
olvido y desamparo en el que la industria nuclear
y las autoridades han dejado a cientos de miles
de personas.
La semana pasada,
en vísperas del aniversario de la tragedia,
Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace
Internacional recordó que el accidente
perjudicó de distintas formas a la población,
y afirmó que la industria se ha deslindado
de sus responsabilidades.
“Greenpeace apoya
a aquellos que perdieron a seres queridos en
el terremoto y el tsunami, pero también
se solidariza con cada ciudadano de Fukushima
cuya salud aún está en peligro
de contaminación radioactiva. Más
de 160 mil personas que huyeron de la radiación
aún no pueden volver a casa. Las familias
y las comunidades se están desmoronando,
algunos quedaron en la ruina financiera, mientras
que los divorcios y los trastornos mentales
están a la alza. Ellos necesitan una
compensación adecuada y apoyo para reconstruir
sus vidas. Las empresas que causaron esta crisis
nuclear tienen que hacerse completamente responsables”,
afirmó.
Por su parte,
Junichi Sato, director ejecutivo de Greenpeace
Japón, aseguró que las autoridades
de su país dejaron en el abandono a los
afectados.
“Parece que el
gobierno de Japón ha abandonado a la
gente que fue afectada por la triple fusión
en Fukushima. Sus esfuerzos temerarios de restablecer
plantas nucleares peligrosas e innecesarias
demuestran que han perdido el contacto con lo
que su gente quiere y que no ha aprendido nada
de la peor catástrofe nuclear desde Chernobyl”,
señaló el activista.
La semana pasada,
cerca de 200 activistas de Greenpeace en tres
continentes denunciaron que los proveedores
de los rectores nucleares de Fukushima: GE,
Hitachi y Toshiba se han lavado las manos respecto
a su responsabilidad en el diseño y mantenimiento
de los reactores y han negado su responsabilidad
en el desastre ocurrido hace dos años.
Es por eso que
Greenpeace instó a los gobiernos que
tienen centrales nucleoeléctricas a reformar
el sistema de responsabilidad por daños
nucleares para que los operadores y proveedores
se hagan plenamente responsables por sus fallas.
Cara y peligrosa
la energía nuclear: Beatriz Olivera
En México,
la energía nuclear es muy cara y peligrosa,
así lo consideró Beatriz Olivera,
coordinadora de la campaña de Clima y
energía de Greenpeace México.
“La energía
nuclear no es en definitiva una opción
para los mexicanos ya que como fuente de energía
es extremadamente costosa y al mismo tiempo
representa un peligro potencial a la salud pública
y al medio ambiente. El gobierno mexicano debe
aprender de la experiencia de Japón y
reconsiderar que el mismo financiamiento puede
ir encaminado hacia fuentes renovables y seguras
de energía, que no pongan en peligro
a ningún mexicano”, aseguró Olivera.
Para el año
2020 - cuando debe ser desmantelada la planta
de Laguna Verde (en Veracruz), el costo estimado
será de 500 millones de dólares,
sin considerar los millones en el manejo de
residuos radioactivos y que vendrán de
los impuestos de todos los mexicanos. La construcción
de una nueva central nuclear costaría
en promedio 65 mil millones de pesos.
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