Mediante un programa
que busca implementar infraestructura de revalorización
de residuos orgánicos para utilizarlos
como combustible en el desarrollo de ERNC, nuestro
país pretende reducir sus emisiones de
gases de efecto invernadero.
(15 de abril
de 2013) Chile acaba de inscribir ante la Organización
de Naciones Unidas la cuarta NAMA (Acción
Nacionalmente Apropiada de Mitigación)
para el combate del cambio climático,
que tiene por objetivo implementar, a lo largo
del país, instalaciones para la valorización
de los residuos orgánicos sólidos
municipales e industriales, los que contribuyen
con un 3% del total de nuestras emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI).
Gracias a la
acción conjunta del Ministerio de Medio
Ambiente de Chile, el Center for Clean Air Policy
y el Gobierno de Canadá, durante el año
2012 se realizaron dos estudios para el análisis
de las potencialidades y alternativas para desarrollar
programas de valorización de residuos
orgánicos en Chile y se determinó
que el sector puede aportar considerablemente
en la reducción de emisiones totales
de una manera medible, reportable y verificable,
además de aportar con otros benéficos
económicos, sociales y ambientales para
el país.
La NAMA de Residuos
Orgánicos de Chile, que viene a ser la
cuarta de siete medidas registradas que están
actualmente solicitando apoyo para su implementación,
se compone de un paquete de cuatro acciones,
financieras y regulatorias, y se propone contribuir
con la generación de biogás, electricidad
y compost, a partir de residuos exclusivamente
orgánicos, obtenidos de las técnicas
de fermentación seca (no se incluyen
los del sector silvoagropecuario). Dado lo anterior,
uno de los ingresos más importantes del
proyecto, además del pago por tratamiento,
será la venta de energía eléctrica
y la venta de compost. Por tratarse de energía
renovable no convencional, se considerará,
además, el bono o tributo verde con que
cuenta esta energía a partir de la ley
26.190. Se espera una inversión del sector
privado de US $ 130 millones.
Para el subsecretario
del Medio Ambiente, Ricardo Irarrázabal,
"esta es una importantísima medida
que suscribe nuestro país, con la que
se espera valorizar cerca de 11 millones de
toneladas de residuos orgánicos en toda
la vida útil de los proyectos subvencionados
y evitar más de 12 millones de tCO2e,
a lo largo de la vida de los proyectos".
También
es importante considerar que un porcentaje de
los residuos que tratarán las plantas
de valorización provendrán de
municipios y serán exclusivamente orgánicos.
De forma de compensar económicamente
a la localidad que acoja los proyectos, se ha
considerado que el municipio respectivo pagará
sólo una pequeña fracción
de los costos de tratamiento, tentativamente
un 10%, y recibirá un fondo de inversión.
Dependiendo de los resultados económicos
de la iniciativa, este monto podría alcanzar
hasta los 40.000 US$ anuales.
Esta NAMA contribuirá
a la capacidad del país para cumplir
con el compromiso voluntario de Chile ante las
Naciones Unidas de realizar acciones nacionalmente
apropiadas de mitigación, de modo de
lograr una desviación de 20% por debajo
de su trayectoria creciente de emisiones "business-as-usual"
en el 2020, proyectadas desde el año
2007.
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