Reportaje - junio
25, 2013 - * Las ONG, preocupadas
por la voluntad del Gobierno de incrementar
las exportaciones de armas en un contexto de
reducción de las compras en España.
* En 2012 se autorizaron o
realizaron operaciones “preocupantes” con al
menos diez países.
Madrid/Barcelona, 25 de junio
de 2013. Durante 2012, el Gobierno español
autorizó exportaciones de armas y material
de defensa por un valor de más de 8.000
millones de euros, una cifra que representa
un aumento de más del 150% respecto a
las autorizaciones de 2011. Por su parte, las
ventas de armas españolas efectivamente
realizadas al exterior en 2012, cayeron un 13,6%
respecto al año anterior. Estas exportaciones
ascendieron en 2012 a más de 2.200 millones
de euros.
El informe “La crisis económica
no afecta a las exportaciones de armas españolas”
publicado hoy por Amnistía Internacional,
FundiPau, Greenpeace e Intermón Oxfam,
analiza estos datos.
Las exportaciones a cualquier precio no son
aceptables
Las ventas de material de
defensa y de doble uso (civil y militar) de
2012 se realizaron en un contexto de clara tensión
entre las limitaciones que establece la Ley
53/2007 sobre el control del comercio exterior
de material de defensa y de doble uso y la voluntad
del Gobierno de incrementar las ventas en el
exterior. El objetivo del Ejecutivo, expresado
de forma explícita por su titular de
Defensa, Pedro Morenés, es apoyar la
industria armamentística para exportar
más armas. Este impulso se ha plasmado
en medidas de liberalización para exportar
material de defensa como la Ley 12/2012, de
26 de diciembre, que regula los acuerdos Gobierno
a Gobierno, y una intensa agenda internacional
del Ministro para abrir y consolidar nuevos
mercados.
”Nos preocupa que con esta
política del Gobierno se relajen los
controles y se lleven a cabo operaciones cuando
existe un claro riesgo de que el material vendido
se use para cometer o facilitar violaciones
graves de los Derechos Humanos”, señala
María del Pozo, responsable de Relaciones
Institucionales de Amnistía Internacional.
“La industria militar española
está sufriendo una bajada de ventas en
el mercado nacional debido a los recortes del
Gobierno en nuevas compras”, afirma Mario Rodríguez,
director de Greenpeace.
“La deuda histórica
acumulada por el Gobierno con diversas empresas
españolas de material de defensa es la
causa principal de esta disminución en
las adquisiciones y, a la vez, del interés
en que aumenten las exportaciones” añade
Jordi Armadans, director de FundiPau.
“Dar prioridad a las ventas
a cualquier precio incrementa el riesgo de que
se relajen los criterios de control de las exportaciones,
algo particularmente alarmante en un momento
en que el Gobierno intenta encontrar salida
en el exterior a armas y municiones españolas
ante una demanda nacional menguante y con una
mayor competencia internacional”, declara Francisco
Yermo, responsable de Acción Humanitaria
de Intermón Oxfam.
Siria en el punto de mira
La situación de la
población civil en Siria es particularmente
dramática. Naciones Unidas han informado
que casi 100.000 personas han muerto desde el
inicio de la guerra civil y que hay más
de siete millones de sirios y sirias que dependen
de la ayuda humanitaria.
Según la información
de 2012, España no ha realizado ni autorizado,
ninguna transferencia de armas o munición
al Gobierno sirio o a la oposición. Sin
embargo, según las declaraciones recogidas
en los medios de comunicación del ministro
García-Margallo, tras el levantamiento
parcial en mayo del embargo europeo de la venta
de armas a Siria, ha abierto la posibilidad,
de que se suministren armas a los grupos opositores
sirios.
Aunque el embargo de la UE
se levante definitivamente a partir del 1 de
agosto, España deberá asegurar
que cualquiera transferencia a las fuerzas de
la oposición cumple con los criterios
el artículo 8 de la Ley española
y los del Tratado sobre el Comercio de Armas
que firmó en Nueva York el 3 de junio.
Avances en el cumplimiento
de la Ley, pero persisten operaciones preocupantes
En su informe anual sobre
las ventas de material de defensa en 2012, el
Gobierno ofrece una información detallada
sobre las operaciones realizadas, los productos,
el usuario y el uso final. También es
muy positivo que haya casos en que el Gobierno
haya aplicado el enfoque preventivo de la Ley,
y denegase ventas ya autorizadas cuando hay
dudas sobre el destinatario o uso final de los
productos. En 2012 se revocaron algunas ventas
ya autorizadas a Bahréin y Libia.
Sin embargo, persisten las
ventas preocupantes entre las que destacan algunas
a países de la UE, como Francia, implicada
en la ofensiva militar en Mali, y las realizadas
a países del norte de África y
de Oriente Próximo. Los materiales destinados
a Bahréin, Egipto y Arabia Saudí
corren el riesgo de ser usados para cometer
violaciones de los derechos humanos.
La posible venta de 250 carros
de combate Leopard españoles a Arabia
Saudí es uno de los casos que genera
más inquietud. En 2009, las fuerzas armadas
saudíes utilizaron tanques en el norte
de Yemen en bombardeos con resultado de muerte
de civiles. Las ONG recomiendan al Gobierno
español que condicione esta venta al
establecimiento de salvaguardias como la formación
y sistemas de rendición de cuentas para
evitar la comisión de graves violaciones
de derechos humanos y del derecho internacional
humanitario por parte de las fuerzas armadas
saudíes. Además, hay que sumar
los más de 21 millones de euros en armamento
y municiones enviados por España a ese
país en 2012.
También ha habido transferencias
de armas y munición que pueden ser calificadas
de “especialmente preocupantes”, debido a la
naturaleza del material exportado y al riesgo
de que éste pueda ser usado para cometer
o facilitar graves violaciones de derechos humanos,
a destinatarios en Colombia, Pakistán,
Ghana, México, Israel y Estados Unidos.
Recomendaciones de las ONG
El informe publicado por la
campaña Armas Bajo Control hace recomendaciones
específicas al Gobierno sobre las transferencias
de 2012, entre las que figuran:
Aumentar el control de las
operaciones que pudieran ser preocupantes para
los derechos humanos, aplicando la dimensión
preventiva de la Ley, como reforzar el control
parlamentario
sobre las transferencias realizadas
y autorizadas. (Esta recomendación se
dirigen también al Congreso, cuya Comisión
de Defensa debe presentar un dictamen en septiembre
al informe gubernamental, para asegurar un cumplimento
riguroso del artículo 8 de la Ley.)
Modificar la legislación
española y adaptarla a la “Regla de Oro”1
del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA),
reflejada en sus artículos 6 y 7, que
suponen la no autorización de transferencias
de armas para cometer atrocidades.
La delegación
española fue muy activa en la negociación
del TCA, defendiendo ese articulado, y el ministro
Soria, que firmó el tratado en Nueva
York el 3 de junio, fue el único representante
estatal en declarar en el momento de la firma
que “aplicará provisionalmente lo dispuesto
en los artículos 6 y 7 del Tratado, hasta
su entrada en vigor, con objeto de salvaguardar
los derechos humanos y respetar el derecho internacional
humanitario”. Este compromiso temporal es muy
positivo y debe estar presente y orientar todas
las decisiones de autorización de transferencias
de armas españolas al extranjero.
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