Publicado el
07 junio 2013 | En los últimos días,
se han producido dos noticias que ejemplifican
las luces y sombras que acompañan a la
esperanzadora recuperación del lince
ibérico. El viernes 31 de mayo supimos
que Hongo, un macho procedente de Doñana,
había sido localizado en la localidad
portuguesa de Vila Nova de Milfontes, a 250
kilómetros en línea recta de su
lugar de origen. Por otro lado, en la madrugada
del domingo al lunes 3 de junio, la Guardia
Civil encontró atropellado a un macho
de un año de edad en una pista forestal
de Lucena del Puerto (Huelva), según
ha comunicado Ecologistas en Acción.
Las infraestructuras viarias
continúan siendo una trampa mortal para
el lince ibérico, y cada pocos meses
conocemos la noticia de un nuevo atropello.
Esta vez ha muerto un macho de un año.
En Doñana se ha hecho un importante esfuerzo
para incrementar la permeabilidad de las infraestructuras,
reduciéndose notablemente la mortalidad.
Sin embargo la expansión de la creciente
población hace que se vayan produciendo
atropellos en sitios cada vez más periféricos
y alejados de las zonas protegidas. Otro problema
es la trama de pistas forestales asfaltadas
que se utilizan como carreteras pese a atravesar
zonas sensibles.
Este nuevo atropello nos recuerda
que hay seguir trabajando para reducir el riesgo
que corren los linces ibéricos al expandirse
sus poblaciones. Debe reducirse la mortalidad
por atropellos en la dispersión, mejorando
la permeabilidad de la red viaria, para fomentar
la conectividad entre las distintas poblaciones
y permitir la llegada del lince ibérico
a nuevos territorios.
La historia de Hongo, el lince
detectado en Portugal, nos demuestra la extraordinaria
capacidad de supervivencia y dispersión
de la especie. En julio del año pasado,
cuando tenía año y medio de edad,
Hongo fue rescatado junto a su padre de una
balsa de riego semivacía en Aznalcázar
(entorno de Doñana). Tras recuperarse
en el centro de cría de El Acebuche,
fue liberado de nuevo en el campo. Ahora, su
instinto le ha llevado muy lejos de su territorio
de origen, hasta Vila Nova de Milfontes, donde
ha sido fotografiado con una cámara trampa
del programa Life Iberlince.
La hazaña de Hongo,
que ha recorrido 250 kilómetros atravesando
pistas, carreteras y autopistas hasta llegar
al sur de Portugal, es un hecho excepcional,
y habrá que seguir trabajando para que
muchos más linces puedan seguir su camino.
+ Más
Juicio por el envenenamiento
masivo de especies amenazadas
Publicado el 14 junio 2013
| El próximo lunes, 17 de junio, se celebra
en Don Benito (Badajoz) el juicio por el envenenamiento
masivo de aves rapaces protegidas ocurrido en
una finca ganadera de Siruela (Badajoz) en 2010.
El caso, en el que WWF está personada
como acusación, pudo ser descubierto
gracias a la muerte de “Atlas”, un alimoche
marcado por la organización con un transmisor
vía satélite.
Según se recoge en
el escrito de acusación de WWF, el inculpado,
un ganadero que tenía su rebaño
en la dehesa boyal de Siruela, utilizó
cebos envenenados con la idea de matar zorros
u otras especies que pudieran atacar a su ganado.
En la finca se encontraron los cuerpos de 3
alimoches, 2 buitres negros, 4 buitres leonados
y otras aves rapaces, todas ellas especies protegidas.
El envenenamiento fue descubierto
el 6 de marzo de 2010, cuando técnicos
de WWF localizaron el cadáver de uno
de los alimoches, llamado “Atlas”. Este alimoche
era objeto de seguimiento por satélite
dentro de un estudio sobre la migración
de esta especie. El ejemplar fue envenenado
en su viaje de regreso a España, hacia
su zona de cría, desde su zona de invernada
en África.
Los técnicos acudieron
a Siruela alarmados porque el emisor de Atlas
daba señal de inmovilidad. Lo encontraron
junto al cadáver de un cordero, que había
sido utilizado como cebo envenenado. Agentes
de la Junta de Extremadura y del Seprona se
personaron en el lugar de los hechos y encontraron
el resto de ejemplares tras revisar la zona.
Muchos de ellos, escondidos en el tronco de
encinas huecas. Al inspeccionar el vehículo
del ganadero, el Seprona encontró un
recipiente con el mismo tóxico que se
había utilizado para envenenar a las
aves.
El ganadero, según
establece el Código penal vigente, se
expone a una pena que puede llegar a ser de
cárcel y a indemnizar a la Junta de Extremadura
en algo más de un millón de euros,
por el valor de las especies envenenadas. La
fiscalía de Badajoz también ha
presentado acusación.
Según el Ranking de
CCAA en la lucha contra el veneno, publicado
por WWF, Extremadura es una de las regiones
que presenta graves carencias en el trabajo
contra esta práctica ilegal. El uso de
cebos envenenados es la mayor amenaza para especies
en peligro como el alimoche, el águila
imperial ibérica, el buitre negro o el
milano real, entre otras. España alberga
entre el 80% y el 100% de la población
europea de estas especies y Extremadura una
parte muy importante de la población
española.
NOTA PARA EL EDITOR: El lugar
de celebración del juicio es el Juzgado
de lo Penal nº1 de Don Benito (Badajoz).
A las 10,30 horas de la mañana. Estará
a disposición de los medios de comunicación
el responsable del Proyecto contra el Veneno
de WWF España, Carlos Cano (699 42 37
38).
+ Más
Se hace justicia por el envenenamiento
masivo de especies amenazadas
Publicado el 17 junio 2013
| Hoy se ha producido en los juzgados de Don
Benito (Badajoz) un hito en la lucha contra
el uso de veneno en el campo. El ganadero responsable
del envenenamiento masivo de aves rapaces, destapado
por WWF en marzo de 2010, ha sido condenado
a año y medio de cárcel, 30.000
euros de multa y tres años de inhabilitación
para ejercer su profesión. Además,
tendrá que costear medidas para reparar
los daños causados a la fauna. La defensa,
la Fiscalía y WWF, que ejercía
de acusación particular en el juicio,
han llegado a este acuerdo.
Los hechos juzgados hoy sucedieron
en marzo de 2010, en una finca ganadera de Siruela
(Badajoz). Técnicos de WWF acudieron
allí alarmados porque el emisor vía
satélite del alimoche “Atlas”, marcado
por la organización para el estudio de
la migración de la especie, daba señal
de inmovilidad. En la finca hallaron el cuerpo
de “Atlas”, además de otros dos alimoches,
2 buitres negros, 4 buitres leonados y otras
aves rapaces, todas ellas especies protegidas,
víctimas del veneno. En el vehículo
del ganadero se encontró el tóxico
utilizado para matar a las rapaces.
Además de indemnizar
a la administración con 30.000 euros
por las aves envenenadas, el ganadero tendrá
que costear una serie de acciones que, con la
aprobación de la jueza, diseñarán
conjuntamente WWF y la Junta de Extremadura.
El objetivo de las medidas será favorecer
a las especies afectadas, principalmente las
aves carroñeras, para compensar por los
daños causados.
La sentencia es un buen ejemplo
de que, poco a poco, se acaba la impunidad de
los envenenadores. El uso de cebos envenenados
pone en peligro la conservación de muchas
especies amenazadas y es un delito que supone
sanciones muy importantes. |