Publicado el
22 diciembre 2013 | Veinticinco años
después del crimen que acabó con
su vida, esta semana
el Gobierno brasileño ha nombrado al
líder campesino y ecologista de la Amazonía,
Chico Mendes, “Patrón del Medio Ambiente
de Brasil”. El Congreso Nacional brasileño
está organizando también un homenaje
para conmemorar la fecha. El 22 de diciembre
de 1988, a los 44 años de edad, Chico
Mendes fue asesinado a tiros por un ranchero
en su casa de Xapuri, en el estado de Acre,
por su lucha en defensa del bosque amazónico.
Chico Mendes propuso la conservación
de los bosques como un medio para solucionar
conflictos sociales, particularmente en el Amazonas.
La categoría de área protegida
brasileña “Reservas Extractivistas” es
una solución resultante de la alianza
de sindicatos locales y habitantes de los bosques
con movimientos sociales y ambientales de Brasil
y de todo el mundo.
“Con esta categoría
de protección, el Gobierno declara la
tierra pública (y de su propiedad, lo
cual ya solía ser así), y la cede
para su gestión a las comunidades locales,
con el compromiso de mantener el bosque y promover
su uso sostenible”, explica Claudio Maretti,
el líder de la Iniciativa Amazonía
Viva de WWF.
El modelo de “reservas extractivistas”
ganó reconocimiento en 1992, durante
el tercer Congreso Mundial de Parques Nacionales
y otras áreas protegidas celebrado en
Caracas. En 1994, durante una Asamblea Global
de la UICN celebrada en Buenos Aires, obtuvo
el reconocimiento de categoría internacional
de área protegida (categoría VI),
entendida como la conservación a través
del uso sostenible de los ecosistemas por parte
de las comunidades locales.
Esta categoría de protección
se ha convertido hasta el momento en uno de
los más importantes elementos de conservación
de la Amazonía, y se asocia normalmente
con territorios indígenas y con áreas
estrictamente protegidas.
“Las áreas protegidas
necesitan ser justas para ser sostenibles, y
distribuir beneficios localmente para ganar
apoyo local. Pero no podemos olvidar que las
áreas protegidas nos proporcionan servicios
sociales, económicos y culturales que
van más allá, como mantener la
calidad del agua que beben las ciudad, y minimizar
los impactos de los llamados eventos climáticos
catastróficos”, ha declarado Claudio
Maretti.
Chico Mendes supo ver la necesidad
de una alianza entre las personas y la conservación
de los bosques, construida sobre el mantenimiento
del balance ecológico, y no sólo
la explotación descontrolada e insostenible.
“Su legado es un ejemplo que
debería recordarnos que la naturaleza
es una solución y un medio para construir
un mundo mejor para todos”
Tributos
Los tributos al líder
del movimiento de los recolectores de caucho
brasileños, que contribuyó a la
creación y difusión del concepto
de ciudadanía-forestal (“florestania”)
opuesto a “ciudadanía” (“cidadania”),
llegan en un año difícil para
la protección ambiental en Brasil.
Desde la aprobación
de la reforma del Código Forestal a principios
de 2012, el Congreso Nacional de Brasil ha discutido
numerosos proyectos que ponen en peligro los
avances históricos en la construcción
de un marco legislativo para la protección
de la naturaleza. Entre ellos, los derechos
de los Pueblos Indígenas reconocidos
por la Constitución de 1988 y el Sistema
Nacional Brasileño de Áreas Protegidas
(SNUC).
“Ya que el 60% de la Amazonía
está en territorio de Brasil, y es el
país más grande y con la economía
más fuerte de la región, tememos
que esta triste tendencia pueda extenderse por
los países amazónicos vecinos.
Es hora de que los líderes políticos
entiendan que toda la humanidad depende de la
buena salud de la Amazonía”, ha concluido
Maretti. |